MIRANDO AL MAR
Posted on 18:49
Miras al mar, miras la tele. Sigues el espectáculo por entregas de Belén Esteban. Lo ves por que eres tú, es tu vida. La gente sigue a la Esteban o por que la odia, o por que la quiere. Belén Esteban es el estereotipo mundano del extrarradio, es el espejo orgánico de la gente común. ¿Es princesa del pueblo o del populacho? ¿Es madre coraje o madre oportunista? Belén Esteban es el paradigma de todas las tele-realidades. Su vida es la nuestra y la nuestra sale por televisión. ¡Basta ya de eruditos! ¡Viva la casposidad! Miramos al mar y comprendemos que la vida resulta dificil. La gente mientras sigue la edulcorada novela amarilla de Belén Esteban se olvida de las letras impagadas del banco, de las deudas de fin de mes, de conflictos laborables, del pisoteo entre unos a otros, del tráfico agobiante, de los inoportunos fracasos del día a día, de los recortes, de los ahogos, de los tedios y de las soledades, la gente que mira a Belén Esteban se mira así misma y se imagina espectacular, la gente sale de sus miserias y se conforma con verla recien operada y feliz, se habla demasiado sobre ella por que todos desean verla una vez más, se exige verla en la pequeña pantalla por que su vida nos pertenece, el vulgo la solicita aunque sea del todo vulgar, Belén tiene una corte de pelotas y de detractores, tiene a crápulas novios que la chulean, tiene amigos que son también sus enemigos y enemigos que solamente desean ser parte de ella, en eso se resume la vida, y la vida es espectáculo. ¿Qué será de ella cuando Andreita crezca? ¿Qué será de ella cuando de ella se cansen? ¿Qué será de sus prepotentes respuestas y de sus poses de madre súper-estrella cuando el pueblo esté harto de todo? La respuesta no la sabemos, pero yo no pienso perdérmelo.
Posted in
Belen Esteban,
mirando al mar,
textos