MONÓLOGO DE UN POETA CON VOCACIÓN (1ª Parte)
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Esta vida va a ser novelada, esta vida va a ser un largo poema, ahora, que empiezan mis duras batallas, ahora, que siguen mis largas esperas. Empecé a escribir poemas casi por accidente. Fuí cantaor de flamenco con tan poco éxito, que si quería en aquel tiempo poder expresarme, mejor era que me dedicara a la escritura de canciones empalagosas y redundantes, que era lo que en aquel tiempo yo hacía, ya que en el flamenco iba a pasar hambre verdadera. El flamenco es un mundo para masocas, y yo, tenía poca vocación de ser sufriente, y sí como ser que se flagela. Nací unas horas antes de la Noche de Walpurgis, nací durante la agonía de los demonios grises, nací para fustigamiento de los que me quieren, nací para ser alimento de los que me odian, nací y fuí dos caras de una misma moneda, nací para ser un mentiroso profesional, nací para ser el arlequín de la nobleza decadente del espíritu de los que no anhelan nada ambicioso, nací para ser otro. Quizá, si no me hubiese dedicado a escribir poemas, me hubiese encantado ser actor, ser estrella del rock, ser un escritor de éxito, pero la vida me ha destinado a ser un espectador ciego de las derrotas del subconsciente. Estoy destinado a experimentar con la verdad y la mentira, estoy destinado a despreciar la negación y el porqué del derecho que puedan tener los hombres a ser felices. ¿Por qué exigimos ese derecho con tanta soberbia, con tanta prepotencia, por qué? A veces se nos niega la vida sin lograr la muerte, a veces se nos otorga la enfermedad sin estarlo, ¿qué nos falta a los que lo tenemos casi todo? ¿Qué anfibios poderes tienen los hombres que se acomodan a las ruinas del asfalto, a las soledades vacías, a las temidas opacidades del alma? Este cortejo con la muerte de los vivos tiene su poder en todos los hombres, te están llamando para empezar una revolución, pero la revolución es una artimaña, solamente quieren el poder de los dioses, y dios solamente está y proviene de la poesía, del efluvio sagrado que contiene la poesía, como una galaxia de doradas estrellas en el aire, la poesía es el misterio de las cosas que se entienden a la manera del silencio, la poesía es la partícula mágica que le falta a los átomos del orbe, la poesía es el dios del azar caprichoso, azar que da vueltas entorno a una verdad difuminada. Somos difíciles. Somos mortales. Muchos estamos muertos hace tiempo ya.
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