Dos lados tiene esta vida, dos lados como una moneda, nos sentamos a la fresca con la resaca de la alegría, y entre risas y melancolía rompemos con la rutina de este día a día para llevarlo mejor, blanco y negro son piezas del ajedrez, cal y arena y otra son tres, elige el atajo más largo, da un garbeo y vuelve otra vez, no interpretes lo mal interpretado, no resuelvas este acertijo ya acertado, finge, ríe y canta inusitado, pues quien el corazón le canta le brota la sonrisa sin quererlo él.
En la seriedad de Buster Keaton tengo yo un alfiler que me mide los pasos que me duplica el traspiés, en la mitad redonda del Ying-Yang de la China tengo oculta una culpa que se os inclina, bebe el agua ciego cuando tranquilo tengas la sed, bebe de mi culpa brava cuando tú desees beber, yo sostendré la razón que mira incauta, un astrolabio en la tierra y mi forma de ser.
Y en la primavera morada como un lirio marchito tengo yo mi almohada y un sueño pequeño en mi ombligo, bajo la primavera morada de 1927 tengo un cuaderno que es nada y es todo el mundo descrito, unos trece poetas salieron como pájaros asustados y el blanco y el negro deshilaba la sangre.
Posted on 1:48

Entre anuncio y anuncio me quemo, entre reclame y reclame me voy quemando, veo la televisión, a los que tienen buen sueldo, a los que no les importa el número de parados y me voy encendiendo, el anuncio de la Peugeot, el anuncio de la coca-cola, la chispa de la vida y salgo ardiendo, me voy a la calle y en la calle hay miles de hombres y mujeres ardiendo, los bomberos están en los fuegos, en los miles de fuego que existen por la geografía española, yo me quemo y más me quemo, no tengo ni tan siquiera un sueltito para apagar este fuego con cervecita freís quita, pero tengan cuidado, tengan cuidado por que un hombre ardiendo es muy peligroso, vaya donde vaya todo arde a su alrededor, que tengan cuidado allí en el norte de Europa, el fuego no entiende de fronteras, ni de territorios inexpugnables, el fuego no entiende de primas de riesgo, ni de bonos basura, ni de déficit ni de colas de paro, eso, eso, parados, quemados, hombres quemados como yo, hombres negros del carbón, de la minería de España, por que España ya es una tragedia, España se quema, y existen montones de hombres quemados que en lugar de apagarla la hunden más en su miseria, en su destino de desierto de hombres quemados.
Posted on 1:30
Cuando se escribe y se encuentra el éxtasis escribiendo, es algo que quema, el éxtasis en la escritura quema. Pero es un éxtasis placentero y que te impide parar. Cuando estás en una racha de éxtasis estás tú solo ante la página en blanco y lo demás no importa.
Somos unos peculiares animales y un carnaval de conversación, solemnidad cuando lo requiere y fiesta, loca fiesta, somos lo que otros antes lo han sido, y nuestro vocabulario en unos es una joya natural y en otros es lo natural sin joya. Mientras somos alegría corre el tiempo con sus alitas de colibrí, esperamos el verano, ahora que lo tenemos no sabemos qué hacer con él.

Cuando los zombies acudan a la tele para extrapolar los sueños que no se ven en la rutina, cuando nosotros como pájaros dormidos acudamos a los rayos catódicos como la gloria que no quiere ser nuestra, babearán en la tele basura para llenar su ego de una esperanza que a nadie pertenece, cuando veamos la lucha en una puesta en escena peculiar y poco ensayada, cuando sepamos que en cualquier lugar del planeta no hay pan que les distraiga el apetito y sí televisión que les engatusa el sueño de colores y oropel, cuando nosotros comprobemos que lo que educa de verdad cae de nuestras manos como el agua sucia de las acequias podridas, cuando nuestra pobreza sea contradicha por los papanatas que desconocen nuestra hora larga de tedio y reclusión por que no hay vaca ni siquiera ya flaca, cuando contemos los minutos y vengan a engañarnos con programas repetidos hasta la saciedad y comprendamos que todo es la misma cosa, que no hay nada nuevo bajo el sol, y que todo es vanidad, cuando comprendamos todo eso, saldremos de nuestra prisión o de nuestras jaulas de oro y ellos seguirán diciéndonos comprad, comprad, comprad, y nosotros le diremos: libertad, libertad, libertad.

Bailar a contracorriente es como escarbar la tierra sin esperanza, cuando encuentras las lombrices te sorprendes, por que desde cualquier mundo se puede mirar la vida. Bailar a contracorriente es hacer aspavientos con las manos y desesperarte seco desde una contradicción que habita sola, las huellas del delito parecen ser mentira, mientras respire el alma el mismo oxígeno de tragedia oculta en los zapatos. Para todos hay masacre tendida como una culebra, la prueba de ello la tenemos en los huesos que nos hablan cuando revienta la tierra. Un hombre corriente, así, cogido por los hombros, como andrajo por los suelos, cicatrices en la calle desnuda, una muda, una canción que sabes desde niño, la mugre te persigue desde antaño, desde que tu viejo abofeteó a tu madre, madre grieta exhausta de donde salen las derrotas para ser vidas a la deriva. Un beso de ángel te dan en la frente, el hambre lo estropea cuando intentas hacerte con un pan que migue el sueño de fuego fatuo en el que crees como una aurora, tus pies hierven de insalubridad, tus huellas serán camino para el mañana. Baila, baila, gacela en el aire, hazte consuelo de equilibrio y coartada, baila la despedida de los caballeros trajeados, debes ser equilibrio y forma, laurel que se pliega para coronar al ángulo recto. Se despide de ti este camarada, se despide este pobre andariego que disimula la contracorriente en el paso del Minho, se despide el tonto poeta que de tus pies envidia su brevedad de colibrí. Su brevedad arrinconada por el verdugo.

Si nos matan o nos dan café que se les seque la sangre a los dictadores, que desconozcan el alivio del rosa, que se les pudra el consuelo como pájaro muerto en la calle, que sus secuaces se traguen el betún de sus pistolas, que toda la luz que vean que sea la de los marchitos ojos, que nosotros somos el camino del technicolor, que nosotros somos aquello por lo que rezuma la tierra, los gerifaltes y la clase política nos verán mover montañas y abanicar nuestros calores con las palmas del aire en libertad, si nos matan o nos dan café ellos perderán la raya en el horizonte y los besos que se dan en un rellano de portal, nosotros, los de la sabía joven y universal andaremos a tropel para enrojecerles la maldad, los expondremos como negros buitres repletos de lesa humanidad, treparemos los robles y las encinas y alcanzaremos estrellas nuevas como bocados de sal en libertad, les mostraremos la dulzura de los que aman, se cansarán sus voces de ladrar, se tapiarán sus estrategias en paredes de cristal, en muros de cristal.
Cuando los que se meten una raya de cocaína se sienten como si un diablo los estuviera frecuentando, en realidad, es verídico que ese diablo esté ahí acunando en vigilia su proceso tóxico que los corrompe y los envilece, la cocaína es producto de muchas muertes, de muchas tragedias, de muchas desgracias, no solamente repercute a los cocainómanos, también repercute a los niños que son utilizados por sus padres cuando hacen de burriers, repercute a gente que paseaba tranquilamente y una bala perdida en un tiroteo de narcos acabó con los sueños de él y sus familiares y allegados, la cocaína la toman los ricos, pero las víctimas de ella son los pobres, dinero, dinero manchado de sangre, producto, producto endemoniado y sucio, muy sucio.
Posted on 2:46

La Generación Perdida me enseñó el cuento de que no debes golpear con el puño una pared, me enseñó que el lugar de la fiesta es el mejor en el que estar. La Generación Perdida me enseñó el cuento de que cualquier guerra es un duro trago que has de tragar, me enseñó que los enemigos saben a fuego, y tienen mucho fuego por quemar, queman los mejores metales, queman la nuca y el paladar. La Generación Perdida me enseñó el cuento y cual es la noche que de loca en un Déjà vu te dirá au revoir, me enseñó la verdad noble que los hombres han de mil veces lograr, me enseñó la patria del mundo, como ciudadano libre que tierra ha de pisar, me enseñó que los golpes se devuelven aunque la Biblia diga que la otra mejilla pondrás, la Generación Perdida agarró el sueño como una sábana que se anuda en las manos del deambular, que debemos disfrutar de lo que se pueda, que cruzar un camino puede ser cambiar el destino, que beber el último sorbo puede ser tu plegaria en el patíbulo, que los años pasan añejos y hacemos cruces con el cuerpo, cruzamos las piernas esperando el último naufragio salvaje, que el Carpe Diem quizá sea cierto, aunque a veces tu puño cerrado apriete fuerte lo que no está en él. La Generación Perdida es en parte una mentira y las veces que yo quiera será verdad.
Si este verano al encender el ventilador se fuera todo a la mierda, saliese todo por los aires como cuando en aquel film en donde salen las páginas al viento de una novela sin copias, si este verano se fuera todo a la mierda, a mí me daría igual, por que ¿Cuál es la capacidad de aguante que puede albergar nuestro corazón? Quizá sea mucha, pero cuando tocas fondo y los más preciados, los siempre cercanos, cercanos y terriblemente sencillos, ellos son mis padres, que se vaya todo a la mierda, ellos son los merecedores del mejor de los paraísos.
A mí dejadme con mi ángel de la suerte, se llama Marilyn, y por ella ejecutaré mi propio magnicidio.
En la oficina de tráfico suele haber dos colas separadas por un metro, llegó el momento de que me tocara y en ese momento también le tocó a otro señor, mientras me atendía a mí la chica se ausentó un momento por temas burocráticos, y mientras tanto me fijaba en la cola de al lado, en la cola de al lado el funcionario le preguntó el nombre a un señor un tanto peculiar y fanfarrón, a lo que el susodicho respondió: Ángel Martínez Vivar, y añadió, descendiente de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador; el funcionario se quedó estupefacto, de piedra, el hombre tenía los ojos claros y sí era de raza blanca, pero también era Calvo, medía alrededor de un metro sesenta, y tenía menos chicha que el perro de un afilador, entonces me dije, ¡Como han terminado las viejas glorias de España! El descendiente de Rodrigo Díaz de Vivar no tiene ni media hostia, lo que sí tenía era una estupidez soberana.
Suena Vivaldi, broche de oro, los oídos gozan, afuera el tedio es sólido, como los sueños en donde corres y siempre estás en un mismo lugar, no avanzas, la ansiedad y el sudor aparecen, es una pesadilla, pero basta, me paro a escuchar a Vivaldi, las cuatro estaciones, hasta la tormenta es bella.
Posted on 8:58

Pinté la armonia en tu cara, pinté la nueva norma que establecen los azares perpetuos, pinté un talismán para que acompañara tu solemnidad, pinté siete borrones de acuarela en las comisuras de tus párpados y la boca, pinté una custodia de cobalto que estremeció al mismísimo Tiziano, pinté el volcado disolvente como un azar cegado que se extendiera por la planicie de lo que pinté, pinté estrellas románicas con un Pantocrator excelso y divino que le vigilara el alma, pinté y pinté y cuando dejé de hacerlo, las pinturas entonaban mi nombre secreto, lo entonaban las acuarelas, los óleos, y los acrílicos, todo el taller estaba aliado con la forma de tu alma, tu alma, pura y vívida de mi sustancia pegajosa, de mi sustancia, magma escogido entre las cosas primeras, genealogía inexacta de lo que el azar supone, ¿Dios es azar o es razón cubierta de dejadez y desamparo? Yo, estaré en el remolino de nostalgia que sabe la tarde con mi nombre en sus labios, yo seré estatua conmovedora que esparce las razones de lo que no es ya, quizá ni quiso serlo, cuando empiezan los resplandores a dar las primeras cucharadas de una tragedia chica y casi remota que está por ejecutarse, plegaria de hipócrita ceguera, nudo atado a la esperanza del sueño, verdad y estupor por el latido más simple.
Posted on 5:27

Pasas la vida entre tranquilizantes, ansiolíticos y posologías por descubrir, toda nuestra vida da culto a la química redentora y a las panaceas de éxito, no nos damos cuenta de que todo es parte de un efecto placebo que nos evoca sanidad, curación y motivación de antesala. Empiezas tomando medicación para la jaqueca y acabas tomando 18 pastillas diarias, para aquellos que se medican, para aquellos que saben lo lento del proceso. en los pasillos de las consultas están los agentes de la industria farmacéutica intentando convencer a los médicos de que ha salido un nuevo fármaco que no deben dejar de recetar, los enfermos, que toman el testigo de las cobayas y las ratas de laboratorio son un banco de pruebas a veces improbable, por que cada uno es quien es y cada cual obedece a una cierta naturaleza, después están esos médicos que creen en el arte curador y terapeuta mientras que aquellos artistas que lo dan todo por el arte rentable y no divulgador hacen números con su métrico sistema de la basura oculta en los rincones y hacen cuenta de que la sociedad quiere espectáculo y muestran la miseria irrefutable de aquellos que se dejaron la vida en las trincheras del dolor y la nausea colectiva. Frivolidad hermanos, frivolidad redundando las esquinas, parásitos que guardar bajo la alfombra, y un cortejo con la muerte me espera en el botiquín diario, ahora quieren cobrarme una parte por la barbaridad de medicarme como un yonqui autómata, ahora quieren estos que pague una parte simbólica por atiborrarme a lo que el sistema me aplaca, los yonquis van al infierno, los yonquis edulcorados agarran el confort y lo hacen cajas de Diazepan, tranquimazin, Dormidona, etanol, cortisona, sesonal, seroquel, risperdal, ibuprofeno, rivotril, y todo un conglomerado de redentora química que me salva la vida cada vez que intento vivir como mi naturaleza me exige, la naturaleza de las personas se amolda a la naturaleza reinante, respeto, orgullo, aceptación, mes a mes, caer, crisis, de rodillas, no hay dios, ni cielo, colores pastel y el rey de los simulacros soy yo.
Posted on 5:40

Corrían los años de las epidemias de las gripes, tú correteas entre prados de flores y trigales amarillentos, mi abuelo te pide que subas a su mula, al pasar por la calle de tu madre ya os dais por casados, mi bisabuela te prepara dos mudas y un vestido de diario, mi abuelo te lleva montada en su mula, te lleva a su casa, recientemente heredada de sus padres. Por aquella época las cosas en el campo se hacían así. Todo era parte de un trato que se daban los hombres del campesinado. Tu padre está en Montevideo, no sabe si quiera que te has casado, por que aquello por aquellos años era casarse. Pasa un año y ya tienes tu primera hija, ya no correteas por los campos floridos y las espesuras de espiga, has pasado una guerra de niña, has visto partir a tu padre para el extranjero, y ahora ya eres madre de una niña, la niña se parece al padre. Por las tardes haces queso y cuando acabas te sientas con las otras mujeres de la aldea, tienes suerte, las tierras son de tu marido, las tierras, los animales, los árboles frutales y lo poco que se siembre. Así eran las cosas por aquellos años, ahora te quieren meter en una residencia, a ti, con lo que has labrado sola, cría cuervos y vendrán a llevarte con sus garras sutiles hacia la muerte. La muerte, por entonces te parecía mentira.