Posted on 1:39

Chicas que se desnudan ante el mar con sus gaviotas y un sol de media tarde y frágiles como polluelos de gorrión se acercan a las rocas calientes, calientes de todo el sol recibido a lo largo del día, y notan el tacto de las rocas calientes y se encuentran a salvo por esas partes del cuerpo. Están mojadas y ya en la tarde se repliega una brisa con mezcla de aire fresco, y eso, y que el sol ya se pone, les da frío. Juntas con sus grandes toallas y su desnudez absoluta parecen un cuadro de Rubens con sus mujeres anchas de caderas y profundamente voluptuosas. Seguramente no han dado ninguna vez de mamar, o sí, ¿quién sabe? Pero hasta su primer calostro debió de ser nutritivo, son hembras fuertes que resisten jornadas de trabajo de diez y doce horas, y después la casa, el hogar las clama. Son estas horas en la playa cuando más lo gozan, desnudas y frágiles y recargan más batería de la que generan. Son mujeres bellas, extraídas del horario de oficina, van en busca de los últimos coletazos de sol, en el trabajo el café, los dossiers y ese jefe puntilloso que las quiere ver trabajar, sea en lo que sea, hagan lo que hagan, ellas se levantan por la mañana en verano, y mientras cuchichean de camino al trabajo: luego a la piscina y se guiñan un ojo, lo hacen para que las demás no le digan a su jefe que se desnudan en la playa, menudo alboroto se daría en la oficina, se enterarían todos,y les joderían los planes.

Explosivo sabor de mi
viejo barrio,
libra el alma un tanto longeva,
suena Camarón en la radio
con nuevo disco y canciones nuevas,
plagados los dientes de sarro,
Cuba-libre de cocacola y ginebra,
noches con pies en el Barro,
decidme ¿qué se celebra?
la rumba mueve sola el cotarro
y se baila en pasos de zebra,
tiempo de Magoty, de Albatros,
aguja con nylon que solo se enhebra,
Rímel para ojos y rojo
pintalabios,
allí en las enormes salas de espera
mucho humo en los lavabos,
noches de encanto y de verbena,
ruido de muchachos dando pasos
persiguiendo a una gota ebria
de muy corto recorrido amargo,
como somos hijos de Adán y Eva
algún Caín habrá bajo este letargo
y algún Abel que a ratos se enerva,
todos andamos buscando milagro,
puede parecer pura niebla de quimera
pero Barcelona en aquellos años
era epicentro de limones de cera,
Barcelona de golfos y voluntarios
que se desnudan de nochecita buena,
akelarre de catarsis y espectáculo,
en un plis arde por entero la primavera
y los noventa son el gran escenario,
años de querer conquistar la ceguera,
años que nacen pretendiendo algo,
años de juventud y vida sin cautela
y muchas ganas de querer aparentarlo.
Posted on 3:13

…Descubrir la muerte siendo un niño es algo que se te
mete en las profundidades del alma como si en el alma tuvieran cabida todos los
muertos de este mundo. Descubrir por ejemplo, que la muerte está en las salas
de espera de ambulatorios con suelos desinfectados y con fotos de monjas con
velos morados, velos desconsolados de herida abierta y pus que empieza a hacer
mella, velos a los que les corroe un tufo a vela recién apagada; monjas
con la cara pálida, implorando compasión en plegarias de hábito y fe morada
como la mercromina, con gafas de culo de vaso, gafas de pasta gruesa, redención
de monjas en la larva de moscarda, tiempos en los que redime el incienso, y los
cirios encendidos enarbolando al aire su espesa peste de cera suben por una
escalera de santidad fingida por hombres que no son santos ni jamás lo fueron,
también en los cementerios de crepúsculo existen lápidas con luces paupérrimas
como venidas de una pila de batería y custodiando una foto en blanco y negro
donde la muerte agazapada roe y sube con su hálito de mansedumbre y
resignación, se cruza de brazos la misericordia que todos llevamos dentro
mientras que esperamos ese pedazo de paz que nunca conoceremos, conforme
estamos de que la muerte nos concluya los latidos y no haya más derrota ni venganza
que la de no existir cavando en las cumbres de la nada hasta que encuentras un
abismo al que todos pertenecemos. Ese abismo es vacuidad…
Querida Mamá,
Los colchones donde suelo dormir se han hecho duros e incómodos, las
heridas en las palmas de mis manos se disuelven en suspiros que de manera
efervescente ya no tienen el efecto analgésico que antes sí tenían, todas mis
preocupaciones se convierten en tres ceniceros repletos de colillas y sorbo a
sorbo en cada café puedo perder los nervios que ya de por sí también tenía,
suelo escarbar en los sueños de algún vecino anfibio que viene a visitarme con sus pesadillas y me pone en un tercer grado que yo
pronostico acabará mal. Estamos preocupados por ti, sí, mi Madame Bovary, sí,
mi Madame Butterfly, sí, mi Anna Karenina, mi caramelo de crema de dulce de
leche, mi antigua Cleopatra, mi Lucero con pelo rubio, estamos tan preocupados
por ti que mi reino de paz se ha vuelto lánguido y espeso como un tren de
chicle bobo al que le persigue una boca salivosa, ojalá el dolor de tu rodilla
se evapore como los vapores chiquitos de un té de limón y hierbabuena, ojalá
tus dolores de cabeza se hagan fugitivos de una revolución libertadora y toda
la represión la encuentren escondida en los exabruptos exagerados de una
chabacana que ni quisiera encontrarme, y lo de tu ojo, que no sea nada malo, le
rezaré al niño Jesús, a la Virgen del Cobre, a la Virgen de Guadalupe, a la
Virgen de Regla, no sé, a una estrella, a una flor, a la primera doncella que
se emancipe del barrio, a los colibríes azules, a los verdes, a los amarillos,
oh Mamá, no padezcas ni angustia ni calentura, no padezcas ni preocupación ni
molestia alguna, dejaré de fumar tanto para que dejes de temer en mi primer
infarto de miocardio, dejaré de beber café, que sí, por la retención de
líquidos, que sí, también por mi hígado, recuerda, las promesas que se escriben
son las verdaderas, las que deben cumplirse, no, no pienso hacer deporte, me
veo ridículo corriendo y haciendo ejercicio con esas poses tan chistosas,
cuando te mejores quiero que tú y papá viajéis, no sé, por el mundo, un crucero
de esos, o ¿te imaginas? ¡Nueva York! Lo sé, lo sé, a papá le molesta el
bullicio, o, no sé, París, Roma, Londres, ya hablaremos los hermanos, también
depende del dinero que haya, tu hijo que te quiere: Cecilio.

¿En qué lugar clandestino del mundo
sería oportuno ponernos a los dos?
Si cerca el uno del otro somos uno
o cada cual en paz con su ayuno de Dios,
es arrancarnos de un jardín fecundo
donde conocernos tan sólo a media voz,
es darnos de bruces con un no rotundo
y secar nuestras dudas al sol,
es como sentirme a tu lado presunto
y caminar entre cristales de presunción,
no voy a negar que fue algo confuso
amarrarse a las bridas de la desilusión,
a veces hablaba este ser mudo
en los pellizcos de la desesperación,
si lloraste yo también lloré, eso es asunto
de dejarnos llevar por el amor,
te he querido, me has querido y punto,
somos víctimas del desnudo corazón,
nunca se dieron dos latidos juntos
latiéndose en un mar de mares de pasión,
siempre habrá que curar la parte
sensible, inocente, evocadora de esta sinrazón,
es lamentar a cada hora el desastre del mundo
que nos condujo a este bendito amor,
es mejor para los dos no separarnos mucho
para encontrarnos enamorados también a la pos,
para lograr el gran milagro de ser uno
en los puntos cardinales de nuestra
canción de amor.]