Capplannetta y sus caprichos automáticos

Posted on 10:54


Ni yo ni mis antepasados vimos ni una diminuta brizna de sangre ni en Tenochtitlan ni en la batalla del Ebro, pero sí se nos escapaba la vida como agua derramada como de manos que se cierran, como viento salvaje, caprichoso y molesto, hostil e indómito. Trato de vivir sin imitar a los dibujos animados, esto podría llegar a ser un serio homenaje a la solemne seriedad del frac, manantial de agua tibia y también salada, soldado de plomo que no sabe el porqué ni el cómo se rompió una pata en un lugar de Sant Colom dels Coixos, un cantar primero es el sonajero y un palpitar pequeño en la quietud sin dueño, un niño de goma espuma con el pelo de lana, un jardín del mañana con un estanque repleto de ranas, tengo cuatro dedos que son niños, tengo cuatro dedos sin cariño, por la soledad del bosque vi un jilguero cantar, el jilguero cantaba y cantaba sin más, cacé al jilguero con liria de muérdago y se le ensuciaron las plumas de pegajosa liria, se las limpié con agua y aceite y ese jilguero ya no parecía jilguero, le puse el secador ante él y se asfixió, gajes del cazador con el perdón de ecologistas y demás gente sensible, pienso y con el pensamiento imagino que todo es parte de un ser como un niño feliz que ríe de mis tonterías, la carretera de Terrassa era un paseo de notorios adoquines, los recuerdo todavía, ese temblor en el SEAT de mi padre, y en la euforia de los festines con papel de aluminio me enrollo los michelines, tinc moltes ganes de tancar la paradeta, estoy esperando el ocre del otoño, estoy esperando el hogar y el acomodo, estoy esperando y al esperar lo pierdo todo, echo de menos los algodones, las sábanas de franela, los sueños de azúcar y las almohadas acolchadas y tiernas, echo de menos beber del porrón con mi abuelo, echo de menos els seus mugrons com cigrons, echo de menos los caramelos de eucalipto y las alfombras de felpa, echo de menos todo aquello que de nada queda. Vivo la vida sin rencores, vivo en paz y sin temores, vivo en la plenitud y sin temblores, me gustan los tomates con sal, me gustan los yogures en tarros de cristal, me gusta el arroz bien sucarrat y los nervios tranquilos repletos de paz. 

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