
Se ha escrito mucho sobre las necesidades precarias que han sufrido algunos de nuestros escritores de renombre, tanto de España como de Latinoamérica. Es importante decir que es triste en cualquier persona las necesidades en productos de primera necesidad, hecho que se está viendo en los anaqueles de los supermercados venezolanos, como también en Cuba, pero esto no debería decirse que es una aberración propia de sus gobernantes, sino del bloqueo que sufren estos países cada uno en sus particulares circunstancias. Recuerdo la anécdota de que Juan Carlos Onetti vino a España, él y su mujer se guardaban los panecillos para la cena, panecillos que podía coger quienes le apetecieran, ya que eran actos sobre literatura, donde la necesidad de este escritor hacía cierto acto de presencia guardando para la cena esta comida que seguramente fuera a la basura después del acto. En otras ocasiones también se ha hablado de la necesidad sufrida por Gabriel Celaya al final de su vida, hecho que me lleva a decir aquello de “las vueltas que el mundo da”, ya que él tenía una empresa familiar que fue a la ruina, como tantas empresas que entran en banca rota, pero como de la poesía no se vive, aunque sea está un arma cargada de futuro muchos poetas pasan por distintas necesidades, a veces la soledad, otras el ostracismo, y otras tantas otras la necesidad de llevarse algo a la boca, otros poetas en menor consonancia con el de la literatura, y sí con el mundo de la escena musical, como era el caso del Gato Pérez, lo llamaban telefónicamente acreedores, ya que Gato Pérez estaba plagado de deudas. Implico a la figura del Gato Pérez porque yo sí lo considero un poeta, tal vez por lo magnífico de sus letras.

Esta madrugada he soñado que toda la juventud del barrio donde residía con mis padres estaba enganchada a la heroína en vena. Ha sido una pesadilla donde yo, espectador desde la distancia y la experiencia, les aconsejaba de lo malo que es ser un yonqui confeso. Veía al frutero de mi barrio con los brazos hinchados y morados tras haberse inyectado la heroína fuera de vía. Veía incluso un primo que tengo fallecido armar un escándalo con la vecindad de ese barrio donde ya no resido. En el sueño, me da cierta alegría volver a ver a mi primo, que murió joven y sano de drogas y adicciones. Murió de paro cardíaco. Anoche me daban taquicardias y temía, sin haber soñado con él, un paro cardíaco como el que le dio a él, a lo mejor ese fue el punto de partida para que yo soñara entre las semillas de un sueño, que no suelen abrirse nunca ninguna, como bien dejó escrito Lorca. Este post que ahora escribo debería haber sido un canto a mi pasada juventud, aunque no hablara en él de mis sueños raros y mis hipocondríacas maneras de temer mi próxima muerte. Debo confesar que no sabía que me asustaba la muerte hasta que me dieron las taquicardias. Me siento en deuda con mi primo, era un ser maravilloso, una persona sensible y particular, y me siento en deuda porque él hizo algo en vida que tocó mi lado sensible, era una persona que tenía su orgullo, eso, y que su madre está harta que la vida la golpee, crearon un muro impenetrable entre sus hijos y sus abuelos paternos. Se sabe que mi tía, en su situación, no les tomó nunca la fiebre a esos niños, pero tiene su corazón.
Posted on 2:15

Qué asquerosa es la vida codiciando el oxígeno azul que respiran los otros. Qué asquerosa es la vida para los que apuntan al paredón de las verdades, qué asqueroso y qué rancio es oler el cuero de cien años tras la apariencia de los beatos, qué asquerosa es la vida para los que expulsan a la nieve de los sueños de azúcar, qué asquerosa es la vida para los que absorben cada neurona del pensamiento, qué asquerosa es la vida para los que desnudan a los niños de la fría sopa, qué asquerosa es la vida para los que con una vela en la nariz beben a morro limonada con menta, qué asquerosa es la vida de los que odian las espinas de una rosa y la señalan por ser una roja rosa fresca, qué asquerosa y triste es la vida para los que estornudan en la cara a los benditos, qué asquerosa ha sido la vida para los que husmean en los trasteros comunitarios, qué asquerosa ha sido siempre su vida para los que tienen hambre de que algo le suceda a los príncipes de la dicha, qué alegría sería pasarte un STOP en la almohada, qué alegría más grande sería ver a mi madre con treinta y ocho años y decirle: -¡Qué guapa estás hoy mamá! Qué alegría sería ver a mi padre como un roble erguido silbando una canción por bulerías, qué alegría me daría besar la mejilla de mis abuelos y someterlos al abrazo que no abarca, qué alegría más grande sería repartir poemas por las calles y que la gente los guardara como reliquias del despertar nuevo, qué alegría sería remontar el vuelo desde mis patas de vencejo y creerme una águila en el cielo, qué alegría sería ver fornicar perros en el invierno y esbozar aire congelado desde los corazones ciegamente calientes.

La gente es hipócrita porque es otra manera más de salvación y de supervivencia. En este mundo si no haces bondad cínica te condenan al ostracismo, y al final, a fin de cuentas, todos nos quedamos solos, aunque sí hubiésemos rehusado de la hipocresía nos encontraríamos solos mucho antes. El mundo no tiene la culpa de lo que se hace a sí mismo, ¿o sí? Todos nos pisamos unos a otros y la amistad dura como duran las ilusiones, un momento. Yo no soy ni peor ni mejor que nadie, también tengo mi gran parte de culpa en esta trastada que cometemos sin saberlo. Nos rodeamos de amigos que nos soportan a trancas y barrancas, aunque yosotros también llevamos nuestra carga de culpa, que no es otra cosa que soportar lo que nos remueve la entraña. No existe buena gente en el mundo, huimos unos de otros, es como el juego del perro, gato y ratón. Es una ley natural. Estamos en un escenario de animalidad. El lobo no sabe por qué es lobo pero cuando tiene hambre corre a por el cordero, luego viene la carroña y remata la faena. Tienen razón aquellos que dicen que el toreo es una tortura, que no tiene ningún arte matar a un animal de esa manera, pero también el torero pincha hueso cuando va a entrar a matar, pero el toro cuando entalla al torero también se ceba usando su brutalidad natural de bestialidad y fortaleza. Escuchar por ejemplo al toro mugir cuando el torero está cerca, es para atarse los machos de lo horrible que resulta, el toro tiene miedo, el torero tiene miedo. Tiene cada cuál lo suyo. ¿Acaso no es eso justicia? ¿No están a la misma altura toro y torero? Los dos mueren, esa es la verdad, es pura alegoría de la vida y su lucha sin descanso. Por eso alguno de los dos tiene que morir. Esperar al toro a puerta gayola es esperar a que la muerte te tenga compasión o te atraviese el alma. El toreo es el momento de la caza, el torero usa su inteligencia de matador y el toro usa su embestida para matar, si no, no sería toro bravo. Es peculiar en el ser humano tener compasión por los animales, pero cuando trabajas en un matadero comprendes la justicia animal y la justicia del hombre, es algo recíproco.
Posted on 2:13

Existe una música que, en esta postmodernidad, no sabemos si tardía o llegó a la hora, parece una bendita suerte el hecho de tenerla y disfrutarla, esa música de los antiguos reinos de Babilonia, de los antiguos persas y los otomanos. El hombre se ha olvidado de lo ancestral, cierto es que en los primeros milenios de la humanidad la mujer estaba en el mismo lugar que el hombre, pero cuando la mujer pasó a un segundo plano los hombres despertaron a la diosa de la discordia y el caos llamada Eris, según cuenta la leyenda. Lo ancestral es parte de lo divino. La santería entiende bien todo esto y está muy arraigada a las profundidades de América Latina. La música tiene una pequeña mixtura de todo ese repertorio que viene y va de la fría y decadente Europa y vuelve hacia la resplandeciente magia de los magos y los santeros allá en tierras amazónicas. Hasta del infierno de la esclavitud se nutrieron las musas de toda la magia que existe en las canciones del negro, del africano en el establo. Envidia la heredera Gertrud, con su cabello rubio y sus ojos celestes, con su vestido azul cielo de raso y gasas de punto de chantillí, envidia ciegamente la alegría pobre de los negros que bailan mientras descansan, que ríen y disfrutan, mientras que en la cotidiana casa de los Chesterton hacen un almuerzo en silenciosa rutina, y oyen, ellos oyen, en el único ruido de la hacienda; es el de los negros recogiendo el algodón cantando blues, ya que la empresa familiar se llama Chesterton cotton company e ignoran de músicas y danzas, solamente juegan al Bridge, y tienen una hermosa biblioteca cogiendo polvo que luego limpian las criadas negras, Gertrud quisiera reír, bailar y cantar como lo hacen ellos, con esa gracia especial que imponen dignidad a su cautiverio. Su padre, el señor y negrero John Chesterton, tiene asumido que le ganarán la guerra a los yanquis. Le dice a Gertrud mientras los miran: -Compadéceles, pues son monos de circo, y ella sonríe a papá. ¡Nos olvidamos tantas veces desde donde vienen esos sonidos que ahora escuchamos con facilidad en las plataformas de música! Vemos a los Rolling Stones dar los acordes de su música, pero nadie se acuerda de Sister Rosetta Tharpe, entonar esos mismos acordes que ahora tocan los Rolling Stones.
Posted on 2:18

Ayer hice una breve incursión por la web www.nuevoateneoonline.com de Ediciones Vitruvio, que es donde se publicará mi nuevo poemario Poemas con Nocturnidad y la experiencia con libros como Méster de Poesía del poeta Vicente Valls Haendel y el poemario En las entrañas de los locos sólo vive Dios por Nathalia Sesma de Pablo Otero, me ha dejado perplejo. Hoy es la presentación de Madrid, 2020 (pandémica y celeste) del poeta Pablo Méndez con ilustraciones de Eugenio Rivera, seguramente no me perderé la presentación a través de la web antes mencionada. No me he perdido ninguna de las dos anteriores, y sin duda, tal y cómo está el patio esto irá a más. Aunque quieran negar la mayor con excusas cínicas y sin credibilidad. No es lo que yo deseo, por mucho como sea yo y mis circunstancias. Pero en fin, es una buena manera nueva de presentar libros interesantes deleitando a la gente con la mejor poesía. Os tendré informados de cuando será la de mi poemario, aunque yo no asista por cuestiones que algunos ya saben. Aunque firmaré ejemplares a quienes lo adquieran, cosa que yo agradeceré.
Posted on 3:03

Yo soy de aquellos que piensan que las mejores estaciones del año son otoño y primavera. Las demás son estaciones con temperaturas extremas y hacen que la gente no esté cómoda, aunque mejor que el invierno, prefiero el verano. Recuerdo la canción Autumn Leaves, la versión de Chet Baker, creo que lo he dicho otras veces, es buena, pero la de Miles Davis es apoteósica. Es extremadamente sensible. Montones de intérpretes han versionado esa canción, como la letra, como instrumental, pero los mejores intérpretes son trompetistas, ya que la canción tiene una melodía que es inigualable. También hay otras canciones que se han versionado instrumentalmente y cantadas han mejorado, me refiero al tema Europa de Carlos Santana, es una canción idónea para bailar abrazados. Pero tiene una versión cantada por la cantante Eva Ayllón que es un deleite. Volviendo a la canción Autumn Leaves es necesario decir que la primera versión, la original se llamó Les feulles mortes y la compuso Jacques Prévert y Joseph Kosma, luego la hizo famosa por Yves Montand, y después se hizo estándar en el mundo del jazz y se ha americanizado. De igual manera que The Girl of Ipanema en la versión de samba que conpuso Vinicius de Moraes (poeta y diplomático brasileño) se llamó en portugués Garota di Ipanema y se ha versionado en jazz y también se ha estandarizado de una manera asombrosa. En Latinoamérica hay grandes compositores de canciones, el territorio es enorme y han nacido desde norte a Sur grandes compositores. Por ejemplo Agustín Lara, José Alfredo Jiménez, esos en México, y en Venezuela Simón Díaz con su Bamboleo, y más al sur hay excelentes compositores Rubén Blades, Facundo Cabral, Amparo Ochoa, y toda la música que se crea allá y acá es música de Ida y vuelta, ya referido por mí en otros post.
Posted on 2:15

Salíamos Ella y yo a comprar en los mercados del Callao, en la zona de Estibadores. Había uno cercano pequeño, no muy concurrido, y el grande, al que accedíamos en Moto-Taxi. Pero normalmente íbamos a otro más cercano. Compramos lúcuma para hacer marcianos, compramos mangos, maracuyá, y compramos pollo. La señora que vendía el pollo era una señora rolliza y cortaba el pollo con gran habilidad, se notaba que llevaba tiempo haciendo esa labor. Le dice Ella: - Córtame la pechuga en filetes para hacer milanesas. Las milanesas las rebozaba con galletas de soda machacadas. No usaban pan rallado como en el hemisferio norte, en España para ser más concretos, la señora que nos vendía el pollo le preguntó a Ella: -¿De dónde es tu amigo? Y Ella contesta: -De España. La mujer del pollo me miró y me dijo: -Por culpa de los españoles es porque hay tanta pobreza acá. Y yo le repliqué: -No creo, señora, los españoles hace mucho que nos fuimos de estas tierras. Y dice la señora: - Sí señor, se llevaron nuestro oro, abusaron, asesinaron, hicieron destrozo por todas partes, eran malos. Yo le dije: -Bueno señora, yo no tengo nada que ver. Y la señora apunta: -Sí señor, son ocho soles. Yo le dije:-La culpa es de los políticos a quién vota la gente del pueblo, todos son ladrones corruptos y mafiosos, y la señora asentía, pero se notaba que tenía esa idea arraigada en sus pensamientos. Nos fuimos Ella y yo saludando a la señora. Ella me decía: - No tengas miedo, pero la gente de mi país tienen un mal concepto de los españoles. La mayoría son cholitos que vienen de la sierra a buscarse la vida a las ciudades grandes. Es mala la ignorancia, pero puede ser que aquella mujer no estuviera del todo equivocada. En las veces que nos reuníamos con los familiares el tono despreciativo eran apelativos como: cholazo, serranazo, incluso había por televisión una serie que se llamaba La Paisana Jacinta donde era objeto de burla la gente andina, la serie era de humor, vale. Pero se pasaban, el personaje de Jacinta era tonto, necio, metía la pata siempre, en fin, que era utilizada como burla y risa. A mí no me gustaba. Pero los sobrinos de Ella todos la veían y se partían de la risa. Incluso en la prensa chicha habló una congresista andina declarando que ellos no eran así. Ahora en la distancia comprendo que los mismos mestizos de la costa se ríen y se burlan de los mestizos de la sierra, y al fin y al cabo, todos son mestizos en definitiva. Me acordé de la canción que cantaba Amparo Ochoa que se llama La maldición de Malinche, en esa canción se hace alusión a que existe cierta hipocresía entre la gente blancona del centro, y los mestizos del lugar, es como una jerarquía racial. Tendrían que resolver ese problema primero y después todos los demás.
Posted on 3:44

Hoy he comprobado que aún tengo amigos, a pesar de que dejé de buscarlos. No es que tenga amigos, yo tengo muchos hermanos, como dice la milonga. Tener amigos es saludable. Todos aspiramos a tener amistades, relacionarnos, y disfrutar de la vida. Mi hermano es mi amigo, y mi amigo, mi hermano. Es bonito encontrar a los viejos amigos y recordar anécdotas del pasado. Yo no soy huérfano de pasado. He tenido amigos buenos y amigos malos, pero siempre he tratado que me enseñara algo cada experiencia vivida con mis amigos. Cuando no te relacionas te vuelves huraño, ermitaño, introspectivo, tienes un mal concepto de la gente. La buena gente está en todas partes, también la mala, pero es importante saber estar y saber con quienes estás. Después de haber vivido una vida de disparates, de aventuras y desventuras, una vida de grandes decepciones, como también grandes alegrías, pero con los amigos de verdad bastan unas cervezas, tabaco y un poco de simpatía y cariño y pasas un día total. O mejor decir especial. Hoy ha sido un día de esos. De vez en cuando va bien soltarse las riendas. De este día puedo decir algunas cosas al respecto que tienen que ver con el reencuentro. Reencontrarse con viejas amistades lleva como añadido que recuerdas momentos inolvidables y el pasado te coge por el corazón, y las risas y el disfrute está asegurado. Tener amigos, qué gozada. A veces eres tú el que pone un muro de dos metros de grosor entre la nueva vida que te ha tocado vivir. Para amigos está mi hermano, Juan Herrada Sabio. Los dos hemos cambiado. La vida a veces te pasa factura, entonces es cuando son importantes los amigos. En realidad existe buena gente.
Posted on 0:43

No me gusta comer callos, sin embargo yo tengo dos callos muy certeros en cada extremidad. Se puede tener callos de trabajar conduciendo un camión, se puede tener callos de rozar varillas de hierro trabajando en encofrados, se puede tener callos trabajando de feriante, se puede tener callos de trabajar de chatarrero, pero no se puede tener callos de hacerte pajas, la dureza de la carne no es sensible a la dureza de la vida, a no ser que tengas callos en el corazón, al hacer de chapero en un antro, en la calle, la oscura y fría calle, también se tienen callos de cocinar anticuchos en plena calle, como si las cañas cortadas pincharan en el sazón de un corazón de ternera. Yo tengo unos callos distintos. Callos de pincharme día a día detrás de los cañizares, en los sótanos, en los trasteros, escondido, siempre escondido. Como si fueses un maldito que se esconde de la migaja y la salpicadura, de la mañana preñada de aurora, de la gente que te confisca y te juzga la palabra como un triste don nadie al que le supera un don dinero. Callos, durezas, rozaduras, llagas, estigmas, aunque nada de todo eso venga acompañado de las palabras sagrado, felicidad, prosperidad y ambulancia, las ambulancias sí acuden, a por ti, puto yonqui enajenado. Puta escoria sin futuro, puto hijo plagado de maldita desesperación. Tener callos en los brazos no es malo, también tienen callos Los Santos y los beatifican como a dioses del lamento. Callo, en cada brazo, un día pruebo una vía y al otro día pruebo con otra, y pasa el tiempo, y te salen mordazas en la carne, esa carne tuya, nacida de tu vientre, madre, callo, piel que se resiste a ser blandura, resplandor de sangre persigues contumaz y ebrio de ceguera, ¿para quién tu callo que cicatriza? ¿Para qué esa secuela como un zapato desgastado? Llagas también tiene el eccehomo, llagas y callos tiene un vía crucis de los peregrinos a pie, llanta que golpea en el bordillo, coágulo que exige suyo la ceniza, comparación ferviente de la noche sin sueño, emperatriz puta que ignora a la corte de castrados, gusano de resentimiento quien deja en paz lo ya tan muerto, madre de los perdones, entera de sufrimiento y lágrimas que no salen, maldición prieta de sístoles y diástoles que no se ven en simples cardiogramas.
Posted on 2:09

Es lamentable comprobar que el ser humano es contumaz y siempre vuelve a caer en el mismo tropiezo. Vemos a los políticos con toda esa retranca y con intereses espurios, y nada tranquilizantes. Nos mienten, nos manipulan, unos lanzan balones fuera sin rasgarse las vestiduras, para nadie la culpa, para nadie el mochuelo. No voy a ponerme a favor de unos colores políticos, pero lo que llaman “nueva normalidad” no tiene nada de normal. Ves a los políticos dando ejemplo con la mascarilla y la llevan personalizada según sea el color político. A mí ellos no me dan pena. Es un paripé chusquero. Otros celebran fiestas a pesar de que en otros lugares las han cancelado. Me refiero a Barcelona y la fiesta La Mercé. Nos quieren hacer ver que es todo muy normal. Incluso algunos oportunistas ganan dinero vendiendo el kit vuelta al cole anti COVID-19. Es parte del capitalismo. El kit lleva una bolsa de plástico con el nombre del niño y está equipado de gel desinfectante y una mascarilla, comprado a los chinos al por mayor. Muchos niños no van a la escuela, hay mucha psicosis y la gente está desinformada. Ha salido a la palestra una chinita diciendo que tiene pruebas de que el COVID-19 se ha diseñado en un laboratorio. Es todo muy normal. Está todo controlado. La gente tiene miedo. En las redes sociales cada cuál cuenta la feria según su punto de vista, el de un familiar, o de un compañero de su hijo. A mí lo único que me da pena ver a toda esa gente con su mascarilla viviendo esta mierda de “nueva normalidad “ que nos venden, ver, por ejemplo, a esos viejitos que han sufrido nada más que calamidades en sus vidas y los ves con sus mascarillas aferrándose al último cabo del naufragio universal.
Posted on 2:21

La vida está repleta de altibajos que en muchas ocasiones no los administramos bien, o los vemos con cierta frivolidad al respecto, pero considero que son parte de nuestra rutina, si no la vida no tendría sentido. Todo esto que acabo de escribir sé que suena a topicazo, aunque muchas veces los altibajos están en todos los aspectos de la vida moderna, y aún más, si es posible, referentes en las relaciones humanas. En un bar vi un cartel en el que ponía: Hoy hace un día estupendo, ya verás como algún gilipollas viene y te lo jode. En fin, puede que no sea un mensaje políticamente correcto, o diplomáticamente mejor decir. Se puede sentir por aludida parte de la clientela, o quizá, toda la comitiva de parroquianos del bar en cuestión. Pero una cosa es segura, no sé si el gilipollas es el que se da por aludido o el mismísimo dueño del bar. Ya que tiene un tufo de bar de cochambre y mugre que no se lo quita nadie. Pero, en lo que se refiere a los altibajos, es muy habitual culpar a la gente, ya sean minorías o clases desfavorecidas, de los problemas que ocasionan gentes con ese tipo de eslóganes tan bien paridos. Es para ponerle una estatua en una plaza pública para después dejarle sin cabeza, que es como dicen que está Francisco Pizarro en su sepulcro. En Latinoamérica es muy habitual usar calaveras porque dicen que espantan a los ladronzuelos, que es lo que hace también el dueño del bar antes mencionado, espantar con ese letrero a todo tipo de visitantes, incluso a los más listos y honrados. Ya digo que al bar no volví más, ni falta que me hace. A lo mejor el gilipollas es el dueño.
Posted on 2:11

En noviembre del 2019 salió publicada mi única novela al día de hoy titulada: Cibernétic@ Esperanza, en la Editorial Avant. La novela tiene un cambio que hice a última hora. En definitiva los cambios de última hora no son malos si éstos merecen la pena. Cambié el lugar donde Capplannetta se desplaza en el apartado de Desenlace. Puse, en lugar de un punto de América del Sur en el que Capplannetta se desplaza, lo puse en el hemisferio sur, que es verdaderamente el lugar concreto desde el cual Capplannetta se desplaza de un sitio a otro. No quiero hacer spoiler aunque también diré, que no sólo cambié el lugar donde voy de un lugar a otro, también cambio el personaje. Hablo de mi amigo Leo Finkelstein. Y hablo de él porque en la trama de la novela tiene más lógica hablar de Leo que de los personajes que hablaba en un principio. Ustedes se dirán: -¿y eso a qué viene ahora? ¿Por qué el cambio de un personaje a otro? La explicación tiene mucha lógica. Además de que favorece a la trama de la novela, se debe a que a veces nos creemos que una amistad será para toda la vida, y te equivocas sin saberlo, tal vez ni tan siquiera sospecharlo. Pero es así la vida. El mundo gira y gira, y da muchas vueltas a lo largo de una vida. A veces crees que vas a tener amigos para siempre, y cuando los necesitas, no atienden a tus atenciones o llamadas de auxilio. También quité un monólogo anti independentista catalán tan sólo porque me indignó el juicio a los presos políticos catalanes que hicieron el referéndum del 1-O, y creí por justicia y ética personal que era necesario quitarlo. Un trabajo literario puede tener cosas que una vez publicado ya no tiene oportunidad de rectificarse porque la vida gira (repito). Por eso es bueno que una obra repose y se lea y se corrija antes de que salga a imprenta. Y con la experiencia corriges errores que ya cometiste otras veces, y eso te enseña a tomar medidas para no acabar improvisando sobre la marcha. Ahora voy a publicar otro poemario, se llamará Poemas con Nocturnidad (Ediciones Vitruvio) y si no lo corrijo o no lo reviso sería una falta de respeto al rigor que exige el lector, pero aún más, sería una traición a mí mismo como persona con criterio que sé que soy. Hacer cambios es bueno, ya no porque la obra perdure, que esa es otra cuestión, ya que nada es eterno, pero sí con el hecho de crear algo que tenga presencia, personalidad propia, y rigor literario. Es preciso contar con la complicidad del lector cuando estás contando una historia. Yo no me arrepiento nada de los cambios improvisados que hice, lo que sí tengo que reprocharme es no haber hecho las cosas bien desde un principio. Cuando tienes que ser meticuloso es como si saltaras por las azoteas de la vida sin ningún control y cuidado alguno.

Puede sonar a pedantería, o tal vez, a falsa humildad, pero muchas veces he recogido libros de la basura. A algunos les parecerá extraño pero tirar los libros a la basura es como quemarlos, me recuerda a Farenheit 451, una novela distópica escrita por Ray Bradbury; el escritor estadounidense vendió los derechos de la novela escrita en 1953, considerada una de sus mejores obras, fueron los británicos quienes la llevaron a la gran pantalla en 1966 y como director fue, nada más y nada menos, que François Truffaut. En la película y en la novela los bomberos son los que se encargan de quemar los libros. Bueno, después de esta aclaración, quiero seguir diciendo que tirar un libro es algo que debería estar prohibido. En el Quijote se queman libros, que se encargan de ese menester el barbero y el cura, por algo sería que Don Miguel de Cervantes escogiera tales personajes para ese empeño. Yo no me considero un gran lector, pero antes que quemarlos tendrían que saber que pueden venderlos en una librería de viejo, que los compran por peso, creo, no sé, no he vendido nunca ninguno, pero éstos libros se donan a un colegio, o a una residencia de ancianos, o a una cárcel. Pero ¿tirarlos? Yo tengo libros sobre cualquier tema, libros que nunca me leeré como por ejemplo Cómo se lo decimos a los niños, sé que el título es hasta ridículo de lo sumamente obvio que resulta, aún así no lo tiraré, antes lo regalo. Regalar libros es un bonito detalle. Tengo una prima que me regaló una colección nueva de escritores del Siglo de Oro español. Los libros son en tapa dura, preciosos, pues tuvo un detalle del que estoy agradecido. Los que quieren librarse de libros por hacerle espacio al cuarto de los niños deberían saber a parte de lo de las librerías de viejo, que existen unos trasteros de alquiler que por un módico precio mensual y razonable puedes almacenar los libros leídos. Lo que es triste es una casa sin libros, una casa con decoración naif, o vulgar, o quizá con un toque kitsch, o muebles rústicos con amplias estanterías con jarrones o figuritas industriales o souvenirs de países exóticos, pero ningún libro, ni siquiera del Doctor Estivill, es una señal de que han viajado mucho por el mundo pero lo conocen bien poco. Me encanta esa gente que toma como excusa el hecho de viajar como el hecho de conocer. Sí, es eso viajar, conocer. Conocer y viajar son cuestiones que te alejan del chovinismo. Y es preferible tener esa parte de aventura en total trayecto permanente. Hay que ver buen cine, buenas lecturas son un deleite para la imaginación, escribir es un placer, comer bien es necesario y es otro placer, como dormir bien, y luego está el sexo, no es el lugar ni la voluntad, es lo que depende de con quién se haga. Si se hace con la persona adecuada es un acto inolvidable, al contrario, es un mal recuerdo.

En todo el tiempo que llevo trabajando en mis Mixturas (collages) he expuesto dos veces. La primera vez fue en La Capella de Can Gambús, hice unos plafones de distintos tamaños (ahora no recuerdo el número) pero había desde tamaños grandes y pequeños, en total sólo vendí uno, por 25€. A la inauguración vinieron gente de Santa Coloma de Gramanet, mi amigo Juan A. Herdi cuando éste residía en Barcelona, vinieron familiares, y las socias de cuando mi hermana tenía la asesoría de imagen, la exposición fue concurrida, brindamos con cava. Aunque imprimir y crear los plafones me costó caro, no diré el precio, pero caro. Después realicé otra exposición en el Centro Cultural de Torre-Romeu. Era una exposición donde yo exponía poemas cortos y mixturas, esta vez en papel pequeño, recuerdo que nos dejaron las superficies donde poder colgar el papel fotográfico, que enganchamos con chinchetas. Nos dejó las superficies el partido político de Unidas Podemos en Olot. Eran carteles rígidos para publicitar al candidato de la alcaldía de Olot, en Catalunya es En Comú Podem. A mí me vinieron bien. Y todo gracias a mi amigo Juni, de aquí del Centro Cultural de Torre-Romeu. Vinieron a la exposición varios amigos y familiares del barrio donde yo antes residía con mis padres. Vino mi hermano, Juan Herrada Sabio, y teníamos de todo en la celebración, hasta mi amigo Juni (Juan Sabat Reyes) se trabajó un proyector acondicionándolo para poder visualizar unos vídeos con mis Mixturas. Bebimos cerveza, comimos, lo pasamos bien.

En 1973 mis padres se casaban, eran años de dictadura en España y el país se manifestaba valientemente mientras muchos presos políticos eran torturados o asesinados bajo el garrote vil, después de casi cuarenta años de una larga dictadura donde en 1936 se sublevaron en contra de la República de España unos militares asesinos con el apoyo de la Iglesia católica. En España terminaban años de represión en 1973 aunque todavía perduraba el fascismo con olor a rancio. Sin embargo, en ese mismo año de 1973 empezaba Chile a ser oprimida tras un golpe de estado en el día fatídico 11 de septiembre cuando con la ayuda de los Estados Unidos hubo una represión tan dura, que miles de personas desaparecían y otros eran enviados a Pisagua. Lo bautizaron como “Operación Cóndor” y se propagó por todo el cono sur de América Latina y murieron muchas personas defendiendo sus ideales. Por aquel entonces un jovencísimo Roberto Bolaño emigraba del país, también otro jovencísimo Pedro Lemebel era testigo de las atrocidades ocasionadas al pueblo chileno bajo el liderazgo de Pinochet. De ahí salieron las famosas crónicas de Pedro Lemebel, ya apuntaba a maneras de revolucionario con sus performances en los años de dictadura. Sin duda eran los años ochenta, años de represión, torturas y asesinatos como suele ocurrir en un estado católico rancio y una dictadura fascista mediocre y opresora. A Pablo Neruda lo asesinaron al poco tiempo de haber asesinado a Salvador Allende; Neruda, todo un premio Nobel asesinado, aunque también fue un Nobel de la paz un tal Henry Kissinger y fue el cerebro de dicha operación opresora. La historia puede tenernos en el presente con las manos atadas pero en años venideros sale a la luz la verdad, y es un error humano que la justicia no haga nada al respecto. El camino del opresor es la violencia contra su pueblo, y sí gente como Pedro Lemebel ha sido uno más de los millones de personas que han luchado contra la represión fascista, y su labor ha sido como un testigo del tiempo que le ha tocado vivir, con sus crónicas y sus programas de radio, seguramente fue un gran pilar dentro de la libertad de los pueblos y de aquellos incansables que piden a voz viva justicia, justicia para los miles de asesinados en todas las dictaduras, ya que justo es un hombre libre.

Se puede criticar o no el sentido que le damos a las plataformas de Internet, pero una cosa es cierta, basta con estar atento un poco y te vas dando cuenta de cómo las percibimos cada uno, y cómo las usamos. Por ejemplo, en Facebook, se dispara una alerta o una notificación de que hay rueda de prensa por el señor Fernando Simón Soria, médico epidemiólogo desde hace años, con un gran criterio sobre la pandemia, como todo el mundo sabe. Éste tiene 236 espectadores en toda España. Después me suena otra notificación, es de Vicious Magazine, una página de música electrónica en directo, y tiene 867 espectadores en toda España, pero esta opción tiene los días contados, ya que Facebook va a deshabilitar los vídeos musicales In Streaming porque la empresa tiene que pagar los royalties a las compañías discográficas y en eso Facebook no está por la labor, así que a partir del 1 de octubre de 2020 cierran el chiringuito, y si lo hacen en Facebook también lo harán en Instagram, pero en definitiva, ¿estamos involucrados en las plataformas de Internet de manera que ya se han convertido en líderes de una audiencia harta de la realidad que les ofrecen las televisiones? Yo creo que sí, y me digo, ¿esto es el interés que tiene la gente por el COVID-19? Y la gente ¿está harta? ¿Está sobreinformada, y a la vez manipulada? ¿Están tan hartos de esta pandemia que huyen de cualquier dato o declaración acerca del coronavirus y de todo el circo que lo envuelve? Otro dato curioso, ¿sabían que desde que empezamos en España con el COVID-19 se han incrementado las suscripciones a plataformas como Amazon Video, Netflix, Filmin y otras tantas que hay por ahí? Es de cajón, además de ser un dato fidedigno, cabe decir que se han incrementado las suscripciones en un 27%. Cosa que nos pone los pelos como escarpias. Entre las últimas lluvias, algunas tormentas también, y la pandemia, la gente se ha hecho más hogareña. El hecho de salir a tomar una copa agrupa más gente que dar un paseo por el bosque. No sé, estamos adentrándonos en otra era. La era de la atomización. Esto no es nuevo. Al final nos vendrá a recoger para que salgamos de la larga cuarentena, no un taxi, ni siquiera la ambulancia, sino un coche fúnebre, con lo poco que me gustan los sepelios y toda la mandanga implícita.

Se aconseja por parte de los escritores que pongan en negro sobre blanco más ficción y menos prosa autobiográfica. Yo creo que ahora lo que predomina es la autoficción, aunque en el mundo literario se detesta. Tienen aceptación las novelas históricas bien documentadas, aunque cuando tocamos el tema biográfico con el trasfondo de la experiencia propia, lo mandamos a galeras. Y ahora se escribe mucha autoficción, pero los críticos la detestan (repito). ¿Acaso Enrique Vila-Matas no tiene su roce con lo biográfico? ¿Es la ficción un género literario que a cierta edad nos aburre? Son dos preguntas distintas, aunque con la misma respuesta: la ficción a cierta edad carece de público lector a edades maduras por que ya hemos visto los hilos del títere y ahora queremos saber más acerca de los titiriteros. La ficción está repleta de influjo autobiográfico. Acuérdense de los personajes y las historias contadas por Dostoyevski, o Virginia Woolf, o Marcel Proust, en toda la literatura no hay ningún escrito de género ficción que no tenga unas gotas de realidad o de autobiográfico “guardando siempre las distancias”. ¿Acaso no roza la literatura de Galdós, Pío Baroja, Valle-Inclán, Alas Clarín, toda la generación de prosistas españoles de mitad del siglo XX, como también los escritores franceses como Victor Hugo, Balzac, y Flaubert en sus novelas con tintes de realismo, al igual que en Sudamérica y Norteamérica? ¿Acaso Bolaño, Zambra, y Lemebel no parten del realismo? Es indiscutible, todos estos escritores han mamado de la realidad de sus días. Es la literatura una experiencia que trasladamos al papel con restos de ilusión fantasiosa, la acomodamos, la retocamos, la exponemos al lector usando trucos, herramientas, trampantojos, digamos que es diseñar una realidad para hacerla bonita a la vez que verosímil. Se aconseja no usar demasiado la realidad porque pueden usarla en tu contra en todo momento, y para eso hay que estar bien amarrado a la propia personalidad de que disponga cada cual. El público es respetable, aunque el mundo literario está repleto de envidias y vanidades. Existe un tufo de mala leche en el nepotista mundo literario que da hasta vergüenza. Es como decir el pez grande se come al pequeño, pero además que escritores no leídos se convierten en aduladores de los sí leídos, que éstos últimos tienen el ego demasiado endiosado. Truman Capote es ejemplo del éxito en su obra literaria realista; todo roza realismo.
Posted on 8:30

En mi casa, la de toda la vida, donde residen mis padres, ponerse delante de un plato de comida es todo un acontecimiento. Es un acontecimiento con su liturgia y sus costumbres tradicionales. En primer lugar se compra pan a diario, y a veces también en la tarde-noche para la cena. Mis padres valoran el hecho de tener un plato de comida caliente, ya que han vivido una posguerra, y mucha necesidad también. Comer paella en mi casa los domingos es un ritual y una costumbre muy habitual, aunque cuando están mis padres solos en casa es típico en ellos una comida sencilla. Comen mucha verdura y muy poca carne de ternera, y comen más pescados que carnes de pollo o conejo. Las navidades en casa es motivo de comida en abundancia. Mi madre es una gran cocinera, de esas a las que les gusta la cocina. Se come bien en casa de mis padres. Recuerdo cuando yo y mi padre nos íbamos a cazar y hacíamos carne a la brasa lejos del lugar donde se efectuaba la caza, pero comíamos carnes como chuletas, panceta, chorizos, y salchichas. Hemos disfrutado en casa con pitanzas descomunales. He dicho que mi madre es buena cocinera, aunque también lo es mi padre. Ellos comen mucho de cuchara, aunque no le dicen que no a unas patatas fritas con huevo. A sabiendas de que el almuerzo es todo un acontecimiento, a la hora de cenar se vuelve la cosa más pacata, y comen lo que haya en la nevera, que puede ser queso o embutido. Siempre con pan. El pan guarda un lugar importante en el día a día de casa de mis padres. Se usa para mojar en los guisos, también a la hora de hacerse un bocadillo.
Posted on 2:13

En la historia de la literatura y las demás artes se ha representado o mentado a un perro en muchas fases de lo que podamos tildar o no como cultura. Recuerdo el perro semihundido (no sé si se titula así) de Francisco De Goya, es un cuadro que simboliza la soledad y la ansiedad, (ubicado en el Museo Del Prado en Madrid) que plasmadas en las Pinturas Negras, Goya escarba en nuestro sentimiento hasta en lo más recóndito, y nos muestra varias pinturas con un simbolismo preclaro de lo que muchos han bautizado a ese periodo como el punto de partida de la pintura moderna. Puede que tengan razón, lo que sí es verdad es que Las Pinturas Negras están en la vanguardia de lo que hoy conocemos en la pintura del siglo XX, incluso en muchas obras que nos podemos encontrar en la actualidad. Recordemos también a Luis Eduardo Aute y su film Un perro llamado Dolor es algo parecido a lo que Juan Ramón Jiménez (con jota) hizo en su poemario Platero y yo, es una forma de reencuentro tierna y amable de lo que es el hombre bajo la presencia animal. Aute trabajando dibujo a dibujo en la película nos invita a dilucidar un poco entre cultura y arte a personajes como Dalí, Buñuel y Lorca. Es precisamente este último el que se consideró traicionado por sus compañeros de la Residencia de Estudiantes con la película un chien andalou (un perro andaluz) y que Lorca reprochó el título de la película a su persona, ya que era andaluz, como es sabido, pero queriendo hacer hincapié en la santurronería y la cultura beata de los andaluces. Hecho que disgustó mucho a Federico. Como descendiente de andaluces tengo que decir que un perro andaluz es un perro con gracia, y si Andalucía es a veces beata, es cosa de respetar, aunque todos conocemos el punto de transgresores que tenían Dalí y Buñuel, pero bueno, pienso que el hecho de que los andaluces sean beatos no es culpa de ellos, es un pueblo de tradiciones y una tierra atractiva aún por conocer. También recuerdo la figura de un perro por parte de otro andaluz al que admiro, ese es Jesús Quintero y su conocido programa de Televisión Española El Perro verde, pues en Andalucía es muy dado a comparar la rareza de alguien con un perro verde, y los entrevistados por Jesús Quintero eran raros.
Posted on 2:21

Era un persona querida y a la vez trabajadora. Nos encontramos un día que venía de pedir por las casas para comer para él y sus hermanos. Eran los años 1987-1988. Me impresionó bastante que me dijera que venía de pedir para comer. Cargaba una botella de leche El Castillo y un paquete de galletas María. Me dijo que tenía que llevárselo a su familia; su padre, en paro y solía beber, su madre, atada a sus hijos, eran cinco criaturas contando con mi amigo. Le invité a comer a casa de mis padres, aceptó sin pensarlo, pero antes me dijo que lo esperara que le iba a dar lo reunido cuando había ido a pedir casa por casa, lo esperé. Él era conocido en el barrio, jugaba muy bien al balón, al rato vino respirando fuertemente pues venía sofocado, ya que había ido corriendo. De camino a mi casa nos encontramos con un cartonero que recogía cartones para ganar una miseria. Camilo se llamaba el hombre. Se puso a hablar con mi amigo, hablaron y se despidieron y fuimos camino a mi casa. Al llegar le pregunté a mi madre: -Mamá ¿puede quedarse mi amigo a comer en casa? Y mi madre dijo: Sí y yo le pregunté: ¿qué hay hoy de comer? Mi madre contestó: -Hay lentejas. Yo le pregunté a mi amigo: -¿Te gustan las lentejas? Y él me dijo que sí. No tenía opción. A nosotros no nos sobraba el dinero tampoco. Eran tiempos duros. La gente se buscaba la vida como podía. Nos sirvió mi madre la comida y los dos nos pusimos a comer. Yo le dije: -Come pan si quieres. Y se cortó un trozo de pan con el cuchillo. Comía con ganas, teníamos hambre los dos, yo pasé la mañana en el colegio, y mi amigo la había pasado pidiendo víveres para él, su madre y hermanos. Después de comer fuimos a jugar al balón, estuvimos un rato y yo me tenía que volver al colegio. Mi amigo decía que se iba a recoger chatarra con un amigo de su barrio, al parecer llevaban una carreta.
Pasó el tiempo. Y mi amigo no me saludaba. Yo pensaba que estaba ofendido por algo. Pero no, descubrí que no me saludaba porque le daba vergüenza. El que comiera en mi casa le hizo perderme la confianza, ya que había una línea invisible que nos separaba. Yo, a colegios de pago y comida caliente todos los días, él la mayor parte de los días no sabía si iba a comer ese día, y de ir al colegio ni pensarlo. No me saludaba por la línea, esa maldita línea divisoria entre su realidad y la mía. No me miraba, le daba vergüenza mirarme, mi presencia le molestaba, no me sentí ofendido, al principio me dio rabia, después sentí pena por él. No quería saber de mí por si yo iba contando la realidad de su día a día. No estaba escolarizado, tal vez sí, pero no iba. Cuando pasó el tiempo se lo recordé a mi madre, le dije: -Que mira lo que me ha pasado con mi amigo, que no me saluda, que no quiere cuentas conmigo, parece como si le diera vergüenza el haber venido a casa a comer. Yo entiendo a ese chaval, dijo mi madre. La necesidad que pasará la criatura. Y sus hermanos lo mismo.
Pasó el tiempo, y me armé de valor y fui a buscarlo a su casa, a ver qué pasaba. Cuando le golpeo en la puerta de su casa, sale su madre y me dice: -¿Qué quieres? ¿A quién buscas? Busco a su hijo José, y la madre me dijo: -José está en un reformatorio con sus hermanos, vino la asistenta social y se los llevó. Ahora el que sentía vergüenza era yo, yo por tenerlo todo, y ellos por no tener nada. Sentía vacío que en mi jovencísima experiencia no podía entender bien. Ahora no hay esas líneas pues tenemos la comida y la bebida diaria, nos podemos dar un capricho de vez en cuando. Con los años volví a ver a José, tenía coche y una familia. Me alegré.
Posted on 5:23

En primer lugar diré que los consejos muchas veces sólo sirven para uno mismo. Al menos eso dicen. Mal de pocos, consuelo de nadies. En segundo lugar diré que para que te quieran bien, solamente es necesario ser tú mismo, eso sobre todas las cosas, luego están cuestiones como la empatía hacia los demás, eso siempre es plato de buen gusto. Otra cosa es la humildad, que no nos confundamos con la falsa humildad, lo mismo ocurre con la modestia, la falsa modestia es motivo de escarnios producidos por la vanidad, que viene siendo lo contrario de la humildad. A la gente le cae bien la persona sincera y que es sencilla, omitamos la vulgaridad, omitamos la chabacanería, omitamos la ordinariez, todo estos tres últimos defectos son primos hermanos que se llevan mal unos con otros, es obvio que no sean virtudes, aunque muchos de éstos defectos se confunden con la humildad, y eso, amigos, es un gran error. Luego está el tema del cariño, el roce hace el cariño, y el cariño se gana con respeto pero también con amabilidad. Una cosa importante es el respeto, el respeto nunca es moneda de cambio, tienes que ser dueño de tu vida para disponer de un respeto en su justa medida. También está el tema del hecho de ser extrovertido, o en caso contrario, introvertido, los dos son estados de la personalidad, aunque no tienen que ser lo contrario, se puede ser extrovertido con algunas personas, sin embargo con otras eres introvertido. De ninguna de las maneras se debe ser zafio, déspota, pendenciero. Es mejor que te digan tonto porque siempre vas con una gran sonrisa y eres amable, que te digan listo, porque sueles ser soberbio. Una cosa importante es la gratitud, y el hecho de saber perdonar. Perdonar es siempre una cosa que se aprende con el tiempo. No hables nunca mal de nadie, ya que hablar mal de alguien dice mucho de ti. Sé amigo de tus amigos, no reprimas un beso a una madre, un abrazo a un amigo. Es preferible que te critiquen por raro, que sacarle los defectos a la gente, todos los tenemos. Si tienes como deporte el hecho de ser altanero, solitario, o rarito, no culpes a los demás. Todos tenemos nuestra forma de ser, ser amables es fácil, más fácil es llevarse bien que andar siempre peleando.
Posted on 2:20

Hace unos meses fui al podólogo, y cuando me rascaba el talón y la planta del pie con la máquina yo movía el pie bruscamente y me decía: -¿Qué te pasa? ¿Tienes cosquillas? Y yo le dije que sí. Y el podólogo me dijo: -Eres celoso ¿verdad? Y yo avergonzado le dije que sí asintiendo con la cabeza. El caso es que me viene de herencia. Mi abuelo también lo era. Mi abuelo en los tiempos que vivieron de campesinos y pastores en el pueblo le hacía nudos a la puerta de la casa por sí salía mi abuela o entraba alguien tenía que desatar nudos y por consiguiente mi abuelo descubría que había entrado en la casa alguien más que él. Mi abuela lo entendía, y entendía también que lo hacía porque la quería. Murió mi abuelo antes que mi abuela, pero mi abuela siempre lo recordaba con cariño. Yo también he sido celoso con mis parejas, pero yo me hice celoso con los años, digamos que fui engañado. Amigos desleales, parejas despechadas, todo ha sido una multitud de ingredientes. Mi ex dice que nuestro matrimonio terminó por mis celos absurdos, puede que tenga razón, pero siempre hay más que eso. Al principio ella me quería a mí más que yo a ella y cuando la conocí me hice el ciego en aspectos económicos, yo ya sabía que no era la mujer de mi vida, pero me casé y lo intenté, aunque fracasé. Ella me quería más a mí al principio (repito) pero después, cuando el cariño se apagó, era yo quien más la quería. En el post anterior digo que un amigo me había propuesto acostarme con su chica por 40.000 pesetas (240€), puede parecer machista, pero el caso es que su chica estaba encaprichada de mí, yo era para ella un capricho, un juguete, mi amigo se fue de prostitutas y su chica lo notó en la economía y digamos que la chica le hizo ese chantaje. Esos dos sí que no sentían celos ninguno de los dos, pero amor tampoco, ni siquiera cariño. En fin, que sí, soy celoso, aunque no lo digo con ningún orgullo, más bien es algo de lo que no suelo hablar normalmente, y si ahora lo cuento es para que me sirva de efecto terapéutico. Aunque contra los celos el único tratamiento que nos pueda redimir de sus aguijonazos es mordernos los labios, resignarse, quien calla otorga.
Posted on 2:23

Hubo un tiempo, allá por los años 1994-1998, que anduve perdido. Fracasé sentimentalmente y mi corazón estaba inmerso en una oscuridad que nadie entendía. Me metía en líos, en peleas y anduve en las adicciones. Mi corazón estaba perdido, andaba como un loco intentando hacer equilibrismo como un funambulista, andaba haciendo equilibrios con una cuerda y sin red, debajo de mí el abismo. Recuerdo que a un amigo mío le dimos una botella de anís, y él, ni corto ni perezoso, se la bebió copa a copa. El anís es una bebida dulce aunque un tanto traicionera, a mayor cantidad ingerida más enérgico resulta su efecto embriagador. Cogió un coma etílico y tuvo que venir la ambulancia a por él, tuvimos que avisar al padre del estado de su hijo, y fue él el que le acompañó en la ambulancia camino al hospital. Recuerdo que lloraba y maldecía dándole al hijo zarandeos y levantaba su puño como para rematarlo. Con el tiempo vino el chico a mí con su pareja y me propuso que si me acostaba con su chica me daba 40.000 pesetas (240€) que fue el dinero que se había gastado él en prostitutas. Yo me negué rotundamente. No soy esa clase de hombres, tengo principios. Con el tiempo me enteré de que había bajado a Andalucía con su padre y no supe nada más acerca de su paradero. A mí me daban por aquella época unas gotas para no ingerir alcohol, unas gotas muy peligrosas, COLME se llamaban. A veces me bebía una simple cerveza y me ponía rojo como un tomate y malísimo. Las gotas me las daban por los líos en que me metía, y por las borracheras tan malas; con cualquiera me peleaba. Mi única válvula de escape era el cine, llegué a ver mucho cine en VHS, hasta que un año me fui al pueblo natal de mi padre y me reencontré con la lectura, cosa que no hacía desde el colegio. Me seguía metiendo en líos, fueron cuatro años de alcohol, peleas y empecé a escribir. A veces escribía borracho, todavía conservo los cuadernos. Llevo veinticinco años amarrado a las palabras. Digamos que lo hago con tanta soltura ahora que no sé hacer otra cosa. El otro día me enteré de que aquel amigo que se zampó la botella de anís y agarró un tremendo coma etílico, ese chico, joven, inteligente, aunque vicioso, pero muy buena gente. Ese chaval murió de una sobredosis de cocaína, al parecer se inyectaba la cocaína en la yugular. Da escalofríos tan sólo con pensarlo. Ahora me pregunto por la reacción del padre. Lloraría y lo zarandearía como en aquella ocasión perdida, como yo tantas veces me perdí, en el recuerdo más oscuro que pudiera imaginar, en la taberna más sucia y más fantástica. Aquel chaval que hizo conmigo una película, película que la guardo en casa. Una película mala. Aunque dentro de todo lo malo que hicimos salió ese fruto. Un fruto podrido.

He hablado algunas veces de mi amigo Juan A. Herdi, hoy no lo voy a halagar ni voy a vapulearlo. Hoy voy a hablar de las diferentes maneras que tenemos de hablar los dos siendo él vasco y yo catalán con raíces andaluzas. Al tener acento andaluz, porque señores, yo soy auténtico, y hablando parezco de la Andalucía Este, de donde es mi madre, mi padre es de Sevilla, otro acento distinto, Andalucía es muy rica en todos los aspectos. Aunque aún lo es más Catalunya, pero yo me considero español. Digo esto porque él siendo vasco su acento es más castellano, el mío también, pero me refiero a que él sesea y yo me como las eses. Me he dado cuenta que en nuestras conversaciones telefónicas él está más surtido de palabras, ya que es un latinista. Sin embargo yo, menos leído que él, todo hay que decirlo, mi manera de hablar con mis conocidos es mi manera de hablar materna (repito). He notado montones de veces que no entiende bien lo que digo. Me ocurrió una vez, cuando él residía en Barcelona, que fuimos a un bar y tomamos cerveza, y ninguno de los dos habíamos comido, y se le ocurrió tapear en el bar de un tipo que parecía o sevillano o de Cádiz. Pedimos patatas bravas, y croquetas caseras, y se le ocurre preguntar al amigo que de qué eran las croquetas, y el dueño del bar, muy garboso, le dice: -De cosio, (cocido andaluz que se hace con la pringada de ternera, en algunos sitios le echan carnes de porcino) y Juan A. me dice: -¿De qué ha dicho? Y yo que sí lo entendí le dije con mi acento: -¡De cocido! Y él reía y se fue encarado a la pitanza, porque es un buen Gourmet, nos echamos unas risas y nos fuimos con la música a otra parte. Pues a lo que me refiero que él es un gran lector pero de Andalucía conoce poco, y lo entiendo. A veces no nos entendemos ni los propios andaluces y descendientes. Pero una cosa que sí tiene es que es un gran conversador, de aquellos de los que se puede hablar de cualquier cosa, aunque él odia el fútbol, los toros ni fu ni fa, aunque él es bilbaíno, donde está el Atlético club de Bilbao, y la plaza de toros de Vista Alegre, la más exigente según solía decir Ernest Hemingway.

Recuerdo que cuando estaba casado y veía una niña sudamericana se me caía la baba. En realidad sé poco sobre el instinto paternal, pero lo poco que sé, lo sé por mis hermanos, ya que ellos sí que son padres. Cuando algún sobrino mío se pone malito me afecta, no sé, no lo puedo remediar. Hoy le he dicho a una amiga que me despierta el instinto paterno, no sé cómo se lo habrá tomado, pero no creo que sea una ofensa. Ha habido mujeres en mi vida que me han estimulado el instinto paternal, aunque ese no es el sentimiento que quieren las mujeres de ti. Pero algunas mujeres dan ganas de abrazarlas y sentir conmiseración hacia ellas, también mis sobrinos. Si yo sufro por los padecimientos de mis sobrinos, imagínense sus padres. Recuerdo cierto día en mi niñez que despertamos a mis padres y mis padres se levantaron a desayunar, y yo y mi hermano nos quedamos en la cama de ellos saltando como en una colchoneta, y de pronto se cayó mi hermano de la cama dando una voltereta y se dio un golpe en la cabeza y quedó inconsciente, recuerdo que cuando lo vio mi padre cogió a mi hermano del suelo y se lo llevó al hospital, mi hermano despertó en el coche, sería del traqueteo del automóvil. Entonces nos dimos cuenta. Nos dimos cuenta de que mi padre iba en pijama y en zapatillas de andar por casa, eso, y al ver que mi hermano despertaba nos alegró el día. Digo esto como ejemplo vivido de que no soy padre, aunque tengo la idea de lo que puede serlo. Te desvives por tus sobrinos, pues con tus hijos que llevan tu sangre con gusto la lamerías porque esa sangre es tuya, como bien dejó escrito Lorca.

Cronometré mis plegarias y todas duraron tres segundos, de cada mixtura que recojo en el transcurso, me llevo un souvenir repleto de olvidos, ya no confío en Mickey Mouse, sin embargo, me he hecho furtivo en los bosques negros, y trampas pongo a mis sueños, a mis placeres pequeños un gran cielo abierto, con el que se me erizan los vellos y mi corazón es un dulce y sagrado escalofrío. El momento de las despedidas tiene una dicha y una pena, el momento de la muerte es lo que no tiene solución, acaso un ángel viniera y me prestara su hombro en mi desconsuelo, pues no he fumado ninguna porquería, ni le eché vodka a mi vaso de leche. Me rodeo de rotundos desengaños que me arrancan la piel a tiras, y me invento personajes de arte pop en cualquiera de mis impresiones por domesticar, no conozco a nadie que no codicie un don de astro, yo no soy astro, y os digo hoy que nunca nadie, nunca nadie regresó de las tinieblas, pídele consejo a papá. Recojo leyendas en los bulevares, y me apropio de aquello que no hice, pero no es que sea un ladrón, soy un coleccionista de alegrías con minifalda. Me gustan las adolescentes con sus uniformes a cuadros, la tragedia inglesa es que nunca regresarán de los patíbulos de Oxford. Dicen los agoreros que llegará la mañana a ser mañana, y que la madrugada es tan suya que parece una pared en el campo abierto, pero yo conozco un algoritmo que la pone como Dios la trajo al mundo, libre y necesaria, atractiva y arrebatadora, el sol es lo único que nos queda a los amantes de la tormenta. Fuego sobre fuego es el universo, y éste poema en prosa finaliza ahora.
Posted on 2:25

Yo no me siento para nada un Playboy, quizá en mi juventud haya tenido cierto éxito con las mujeres, pero nunca he sido un mantenido. Quizá porque no he podido, pero la profesión de “mantenido” es una profesión arriesgada. Conocí un tipo una vez, que estaba hecho un haragán y además un pingajo en la calle de homeless y el hombre tenía unos ojos de un celeste claro, eran casi turquesa, y tenía un hoyuelo marcado aunque lo disimulaba la barba relativamente larga; digamos que el tipo, por lo que vi en él y lo que me contó, al parecer tuvo una vida intensa. Decía que había sido proxeneta, y un Playboy, me contó que estuvo con un montón de mujeres a lo largo de su vida, y ya se sentía acabado, abandonado como un perro de nadie en la calle, ya no era aquel que fue. Me vinieron a la cabeza gentes como Porfirio Rubirosa, que estuvo con muchas mujeres aunque al final de su vida murió solo en Paris, aunque había hecho antes el papel de mamporrero o celestino de Trujillo (el dictador dominicano). También en menor grado me viene a la cabeza Chet Baker, el trompetista y cantante de jazz, que aunque los últimos días de su vida fueran una tragedia aún por dilucidar, tuvo una vida de Gígolo de la que se sabe muy poco, o quizá no demasiado, lo que sí queda claro es que fue una especie de vampiro y que estuvo con muchas mujeres a lo largo de su breve vida, aunque era un gran músico. También está el caso de Hugh Hefner, que en el 1953 fundó la revista Playboy y de la que astutamente se hizo rico y famoso. Empezó con el número de Marilyn Monroe y la revista se vendía como rosquillas. La revista fue fundada en Illinois (Chicago) y es por todos sabido las fiestas que organizaba en su mansión y las que en varias entregas fueron televisadas donde venían al festejo músicos de jazz, pero en esas apariciones televisivas las chicas no aparecían desnudas. Si les soy franco, todo aquel que le haga un agravio a una mujer lo paga a lo largo de su vida. Hay veces que el agravante lo haces tú pero hay otros momentos que lo suelen hacer ellas, quienes hacen daño a la larga suelen pagarlo, es cierto.

Existen canciones que nos acompañan para siempre a lo largo de nuestra vida. También hay canciones que nos recuerdan un amor u otro, pero existe gente que convierten las canciones en monotemáticas, dejando éstas una importante huella en las mentes de algunas personas. Cuando una canción se convierte en monotema es peligroso hacérselo saber a tu nueva pareja viniendo de una relación anterior duradera, más sí la relación fue tu exmujer, la nueva pareja te lo reprochará siempre, por eso es mejor no ser demasiado monotemático, ya que algunas personas se convierten en obsesión, no todas, pero existen algunas que dejan huella. Lo malo es el caso a la inversa, que ella te cuente a ti la canción que le cantaba, o le recuerda, o la teletransporta con la ex pareja de tu actual amante, enamorada, o novia. Entonces el celoso eres tú. Son tantos los celos que te provocan que acabas por cogerle asco a la canción. Y te vienen unas tremendas náuseas con tan solo escucharla cuando estás comprando, o en un restaurante, o incluso en la cola del súper del barrio. También está el lado masoquista, esa vertiente nuestra masoca que escuchas la canción por el hecho de recordarla. Conozco gente que es, por ese lado, tan masoca que se hacen una playlist, y no sólo eso, sí es un tío o una tía que ha tenido muchos fracasos con parejas le ponen nombres a las playlists y entonces viene la pelea, cuando tu nueva pareja descubre tu playlist oculta en la plataforma de música se monta la de Dios, pero aún más si tu ex es extranjera, con la nueva pareja basta con que escuches una canción del folclore del país de tu ex para que se monte el tangai musical. Es mejor hacerte playlist mezcladas, o mejor decir, barrechadas, pero es durísimo entender, no por que te lo diga, que esa es otra, cuando lo descubres por cómo se comporta cuando escuchas la canción. Hay gente que cambia el disco, o pasa a la siguiente canción, porque repito lo de las náuseas, le coges tanto asco a la canción que le rayas el CD o el vinilo donde está la canción, con el mp3 es distinto. Ahora ya no hay que poner nombre a las playlist, pero a veces es tanta la obsesión, que te descargas el repertorio para suicidarte.