Posted on 0:28

Pocas personas me han hablado con la sinceridad y la valentía hacia mí persona como lo ha hecho estos días Pablo Méndez (el editor). Me soltó, así, de sopetón: yo creo que el peor enemigo que tienes eres tú mismo. Y tiene razón. Me ha demostrado Pablo que es bueno para elogiarte si lo has hecho bien, aunque también es bueno para decirte verdades como puños. Sí, soy mi peor enemigo. Y es que he aprendido de las constantes de esta vida sin experiencia alguna, nadie nace sabiendo. Todo me ha sobrevenido de golpe. Sin nadie que me aconseje, con muchos referentes a los que seguir o imitar, pero yo soy así, mal o bien me quiero, pero me tengo a mí mismo como mi principal enemigo que me hace cagarla en situaciones que pudieran ser mejores. O tal vez distintas. Pablo me ha hablado claro, conciso y no puedo enfadarme. Me tengo que conformar. Porque es una realidad. En las relaciones personales, que son las reales motricidades de esta vida, es donde tengo mis peores flaquezas, mis debilidades, y mi autoestima la pisoteo yo mismo sin pensar en ello. La verdad, es que no tengo demasiados enemigos, y sí por alguna razón tuviera alguno, no tendría noticias de mi existencia, es decir, que mi reacción sería ignorarle. Me gusta la gente sincera, que te dice las cosas a la cara sin esconderse. Pablo lo ha hecho. Y me parece un tío con una integridad como persona realmente excelente. Aunque mi lucha, mi verdadera lucha sea el tratarme con equilibrio y luchar contra mis miedos, la gente como me ha hablado Pablo es la gente que vale. Luego está la otra parte. Que es el tipo de perspectiva que tienen de ti gente como Pablo, o otra gente válida como persona, que prefieren otra cosa. Desde ahí radica mi soledad, no puedo culpar a nadie de su ostracismo hacia mí mismo, no puedo porque mi peor enemigo está claro que soy yo. Y tienen razón cuando prefieren otras amistades. Yo, mientras tanto, vivo en una soledad que muchas veces no es total por la bondad y la buena fe de la gente. La pregunta no es si el mundo ha sido bueno conmigo. La pregunta sería si he hecho bien las cosas en este mundo para que mis semejantes me quieran. Y no encuentro la respuesta. Porque me da miedo encontrarla, pero yo la sé. La respuesta es que no soy justo. Que no tengo empatía alguna con mis semejantes. Párate Capplannetta y ponte de una vez en el corazón del otro, pero lo intento, y persisto, pero no puedo. Y no puedo porque mi corazón pretende elegir la misma canción en la Juke Box para que la disfruten otros, y está claro que nadie disfruta, aguantan y resisten porque te quieren. Y está muy feo hacerles pasar por ese sufrimiento como árbol sin fruto. Por eso, lo mejor es hacer del olvido un olvido perpetuo, un olvido vacío, y nada más.

Hoy día 28 de mayo ya ha aterrizado Capplannetta en la mejor librería de Sabadell. La Llar del Llibre, en la calle peatonal Sant Antoni, en el mismo centro de la Vila. Ya puedo estar tranquilo que mis libros están donde nací. Cualquier poeta quiere que sus libros se vendan en su ciudad natal. El capricho me ha costado 14€, pero valen la pena. Si ha llevado el mensajero dos libros que se venden a 20€ cada uno, y el 35% se lo lleva la librería poco dinero puedo ganar. Pero no es cuestión de dinero. És un pont de mar blava. Cuando era pequeño recuerdo a un hombre con el cabello rizado tocando un clarinete haciendo de pasacalles por mi ciudad, Sabadell. Yo vivo en Torre-Romeu, que es una pedanía. Aquí hace más o menos dos siglos vivía el alcalde de Sabadell, el senyor Romeu. En la Serra, que es la zona donde yo vivo, tenía el senyor Romeu su gran palacio ilustre. Hoy ya no existe nada. Solamente el barrio lleva su nombre. Más bien su apellido. Yo, la verdad, adoro vivir en Sabadell. Aunque la disfruto poco, pero es la ciudad más moderna que conozco del Vallés Occidental. Incluso mejor que Terrassa. Aquí en Torre-Romeu vive también mi gran amigo Juni. Aquí, cuando salía de vez en cuando, hice una exposición con mis Mixturas (collages) y con poemas breves. La hice en el Centro Cultural de Torre-Romeu. Adoro esta ciudad porque siempre he vivido en ella, y me considero uno más de los seres que la habitan. Aquí he realizado sortides por sus calles cuando era capgrós. He disfrutado mucho a ritmo de grallas y tambores. Por eso, que mis libros se vendan en Sabadell me da un subidón de endorfinas. Aunque a Capplannetta no lo conozca nadie, me da lo mismo.

Ya han llegado, ya están aquí. Desde el 2012 hasta ahora mismo no tenía ilusión certera de lo que considero como colofón a un trabajo que aquí concluye. He sembrado para cosechar. Y pienso que esta es la obra definitiva de Cibernetica esperanza y estoy muy contento. En el 2012 que empecé a escribirla, pasada ya la experiencia de mi reciente divorcio, no imaginé ni por asomo, que me estaba entregando a una escritura que estará viva mientras yo viva o la modifique, le añada, le suprima, pero siempre desde el amor. Una vez me dijeron que era un libro poco habitual, que quienes me dijeran cosas malas de él estaban incurriendo en la envidia. Y puede ser verdad. Éste libro es una caja de mantecados navideños surtidos. No sabes si comenzar por mantecado de coco, o por el de limón, o tal vez, ir probando, a cada cual más exquisito. Es una parte de mi vida, eso sí lo tengo claro, de una vida mala a veces, y otras buena, pero una vida al final donde confluyen varios aspectos. No es la novela poética ni de un yonqui, ni de un enfermo psíquico, ni de un inocentón, y porqué no, y todas esas cosas a la vez entremezclando la soledad, el desamor, y la esperanza y el perdón. Son cosas, mejor decir valores, que mucha gente no los asimila bien, y yo les invito a que vivan este viaje personal entre el lector como cómplice y yo mismo. Yo mismo que desde algunos años atrás he ido tejiendo esta maraña especial de la que ni yo mismo puedo salvarme. Porque esta novela poética camina conmigo a través de un tiempo que cambia al unísono de la vida y sus desmanes, grandezas y avances, acaso tecnológicos o no. No, no es una novela de ciencia ficción; es una novela fresca, puede que a veces ponga puntos sobre las íes, o tal vez otras veces trate de hacernos ver un mundo presente del cual no somos conscientes. Aquí están mis libros, les aconsejo que esperen un poquito a que se pongan a la venta, y puedan sentirse arropados por sus páginas y por su personaje estrella, que soy yo mismo, Capplannetta, y soy ese charneguito que jugaba en los suelos de la casa de mis padres imaginando mundos, y soñando despierto con mis miniaturas, mis clips de playmovil, mis sueños de pegatinas y cromos donde yo ejercía mis primeros devaneos con el collage, lo que yo llamo ahora Mixturas. Espero que la lean y que disfruten de su lectura tanto como yo disfruté escribiéndola. Una persona cuando escribe un libro está poniendo ante el lector una mirada, otra manera de ver el mundo. Con un libro en tus manos puedes imaginar, ser cómplice del escritor. Hay ratos de humor y de tristezas, pero así es la vida. Todo tiene su tiempo, y repito, ahora es cuando debo cosechar, ahora que los almendros y los cerezos están repletos de fruto.

En estas fotografías que les presento son portada y contraportada de la segunda edición de Cibernética esperanza y pronto saldrá en librerías de todo el país. Recuerden que la editorial será en ediciones Vitruvio. Debo agradecer a Pablo Méndez la confianza depositada en mí. Estoy deseando su distribución, aunque todavía está en imprenta. Puede que el libro ojeándolo a primera vista parezca raro, pero si se fijan en los nombres de cada relato narrativo o ensayo narrativo pueden encontrar cierta cordura y también cierto orden de continuidad, en este caso. Cuando me puse a escribir en el 2012 era un libro que combinaba prosa y poesía con la estructura de la novela: exposición, nudo y desenlace. Pero aunque siga esta manera de narrar encontrarán en él cierto énfasis en que la novela poética sea un cúmulo de flashbacks con avances y retrocesos. Y tengo que decir que no es una biografía aunque es toda autoficción. Espero que al lector le guste y tenga buena acogida. Esta novela poética tiene dos vertientes que son verso y prosa. No es un experimento. Aunque lo parezca. Espero guste tanto al lector avezado como aquel que se interese por la literatura posmoderna. Estamos en una nueva era. La era digital y el internet de las cosas. Ahora estamos sobreinformados y en esta era digital puede incluso que haya cierta distopía, o en el peor de los casos, seguramente van a cambiar las costumbres de seducción ante tales avances tecnológicos. Digo costumbres porque se van a convertir en todo nuestro modus vivendi. Estamos ante un nuevo paradigma de las relaciones personales, y de atomizadas personas que no sólo buscan compañía, también buscan evasión. Estoy deseando que la lean y que la disfruten. Espero que les guste, ya pronto en Ediciones Vitruvio.


Existen muchas razones para que un médico se ría de disparates provenientes de la sexualidad. Por ejemplo, cierta vez que una mujer llamó a urgencias para que viniera la ambulancia a buscarla, llegó ésta al hospital y se encontraron los médicos de guardia del servicio de emergencias que la mujer tenía una botella de coca-cola introducida en la vagina. Los médicos y enfermeras no podían creerlo, o sí, ya que en la vagina de una mujer caben los neonatos, ¿por qué no iba a caber una botella de coca-cola? Sin duda, esta mujer se saciaba sexualmente de esta manera. Hay que decir que tenía un gaseoso apetito sexual. También ocurre el caso de la coprofagia. Que es comer excrementos propios del cuerpo humano. Existen prácticas como La lluvia dorada, que es orinar en la cara de alguien, práctica sucia y una humillación consentida, propia de personas masoquistas. También hay experiencias como el canibalismo. Aunque después está la zoofilía, hombres o mujeres que hacen sexo con animales. En un barrio colindante con el mío sacaron a una mujer madura enganchada con un pastor alemán, al pastor alemán lo taparon para que la gente de la calle no lo viera, pero el animal sacó su cabeza y pudieron verlo los vecinos. Al parecer la mujer practicaba sexo con su perro, y ya se sabe lo que les ocurre a los perros cuando copulan, se les hincha el pene dentro de la vagina. La mujer tuvo una experiencia perruna. Otro caso es el de un hombre que practicaba sexo con gallinas. Resulta repugnante, porque las heces de gallina apestan. Pero en mi barrio, ya en la zona más campestre, se dio el caso de un hombre que practicaba sexo con una burra. Lo pillaron con las manos en la masa en plena faena. Se sorprendieron mucho los dueños de la burra, ignorando tal vez el apetito que originaba su burra. En fin, que la sexualidad es como los colores, cada cuál tiene sus preferencias.
Posted on 3:29

Cuando el miedo llega a los confines de tu mente, se queda para él el sueño entero. Miedo al miedo es la terrible presencia del silencio. Miedo al mismísimo miedo. Miedo torero. Cuando el miedo entra en ti pone huevos en tu día a día. Se convierte en el anfitrión de sus dos mejores amigos. La soledad y la noche. Se pasea como un camaleón mimetizado entre los delirios y la locura. Tiene miedo todo el reino animal. Una calavera asusta al ladrón más valiente y es más productiva que el guachiman. En la noche los guachimanes del Callao son una red de silbos que asustan a los ladrones. Miedo inquisidor que se mete como una rata negra devorándote el cerebro. Existen mujeres sin miedo. Y hombres que huyen de los perros. Miedo al miedo. La cabeza del conquistador Pizarro está en alguna parte, algo parecido ocurrió con la cabeza de Nostradamus, el pene de Napoleón y la gran verga de Rasputín. El miedo puede llegar a ser tu compañero en el día a día, cuando necesites alcohol para el rendimiento de los motores de tu vida. El miedo puede acompañarte dos veces por semana, o predisponerte cada noche cuando se va la luz del sol. Un guachiman avisa a la patrulla de serenazgos, que son oficiales, como antiguamente estaban en España los serenos. ¡Sereno que mi mujer está de parto! Cuando regresa el matrimonio el sereno pregunta: -¿qué ha sido niño o niña? Orden, seguridad, respeto a la autoridad, simbología propia de países en dictadura, o países de distopías con sus toques de queda. Hay a quienes aún persiste el miedo a que los miren, se sienten desnudos, y no pueden controlar la calma en sus pensamientos. Megalomanía de intermitencias que se han hecho dueñas del cautiverio en estos tiempos de esclavitud momentánea.

Algunos se atreven a sortear entre unos y ceros, yo no sé si entenderás pero es así como mejor te quiero, no pensando por pensar, ni incurro en las cavilaciones ni tampoco te echo yo de menos. Odio tener que dividir y multiplicar, tampoco me fío de las pocas noticias que leo. Esto, por lo que los amigos se vuelven enemigos, esto, que es fracaso entre tu rabiosa oportunidad, esto, que no soy yo pero resisto, lo intento, lo detesto, aunque encuentre los tropiezos que me das y ande casi siempre con la soga al cuello. Soy un interludio y un intermedio, soy un equilibrista en su trapecio, soy un manipulado círculo en el que yo me encierro, soy un ruedo, a veces no creo en tus mareas bajas, otras me bajo porque me mareo. Quiero que sepas que en nada, en nadie, en nunca hallo yo el consuelo, soy una presencia triste, que está de paso o viene de paseo. En todas partes soy extranjero. No es ni voluntad ni carecer de lugar, es que yo aprendí a ser así como con la normalidad del tarareo. Algunas veces me dijeron bichito feo, otras veces tío bueno, pero no tengo inoportunidad ni parentesco, vivo aquí en tu misma ciudad pero ni de cerca ni de lejos te veo. Soy una cuenta por saldar, soy una deuda, una barbaridad, soy ambidiestro. Soy un lado oscuro en que nadie quiere estar, soy la desgracia para un suegro, soy elegancia, fantasía y reciprocidad, soy pájaro blanco que no puede alzar el vuelo, soy un caracol, un Madelman, soy un muñeco Vodoo lounge, soy lo que nadie espera, soy sólo yo en un hospital, soy la energía opuesta, soy un ser especial cuando dentro de mí hallan alegría y libertad, soy un salado, soy un haragán, soy el primo hermano que nadie echa a faltar, soy lo que faltaba, soy el de la parte de atrás, soy el avance y también el retroceso, soy la mañana, el sol, soy un embustero.
Posted on 1:12

Cuando has vivido el vértigo de la velocidad a doscientos kilómetros la hora. Cuando has vivido una borrachera con el coche de tu padre y te estrellas contra un muro. Cuando te dicen que vales para una cosa de la que no estás orgulloso. Cuando te brotan pájaros como colibríes de colores desde la mente más inocente y más incauta. Cuando en el vestigio de un sueño despiertas rodeado de noche y te preocupa vivir en sombra. Cuando te das a la fuga y corres el riesgo de no volver nunca más. Cuando te llaman para recitar el verbo y no sabes ni la primera persona del singular del verbo amar. Cuando te pones una vez colorado antes que de amarillo un ciento. Cuando te visita tu padre mientras estás en el turno de noche y tu padre siente orgullo. Cuando te culpan de una calumnia y la ratifican los hijos de perra para dañarte. Cuando no te esperan para la cena, y tampoco te esperan para el desayuno y hay una silla vacía. Cuando te dicen te quiero y al tiempo te das cuenta que los cuentos en el amor son luz de gas. Cuando das paseos en bicicleta y mamá te sigue andando todo el trayecto, un largo trayecto. Cuando te echas desnudo en la cama y te despiertas sin saber dónde estás, y cuando te vistes recuerdas detalles de la noche anterior. Cuando sales a divertirte en la noche y la comedia se convierte en tragedia, y la tragedia en drama, cuando lo recuerdas parece ficción. Cuando te corres en un orgasmo y tu semen le corre por la barriga como una gota caliente y ella te dice que eres raro. Cuando te pasas la vida escribiendo sobre porqués, sobre lo que no ves, sobre lo que te enseñaron las canciones de amor, y llegas a la extraña conclusión que todo amor es precario. Cuando vienes un día a tu casa y ya no es tu casa y tú eres otro, y ese otro se sienta donde se sentaba ese otro que fuiste. Cuando estás al borde de la locura y una pastilla remedia el naufragio. Cuando se amotinan los guerreros del fracaso luchando contra las miradas, los gestos y los pensamientos. Cuando respiras el mismo oxígeno pero eres otra persona, y esa persona respira ahora oxígeno desde una bombona. Cuando te vas haciendo mayor y las respuestas es preferible que sigan siendo preguntas. Cuando las certezas se adhieren a tu alma y en lugar de certezas para ti son ya desengaños, y no crees en nada nuevo, porque nada nuevo hay. Cuando te buscan y no te encuentran, cuando te encuentran pero no eres tú y dejan de buscarte. Cuando te acobardas por las masas de gente y vas en busca del peligro y el peligro te encuentra a ti y esa noche duermes atado en un hospital. Cuando eres un hombre completo porque una mujer no miente jamás, tampoco mienten los poetas, tampoco mienten los políticos. Cuando te llaman hermano sin tener ningún parentesco, cuando el parentesco no es nada, y lo de hermano es una formalidad. Cuando te reconcilias con la vida y la muerte mañana te visita expectante. Cuando estás perdido en un país extraño y saben que eres extranjero porque tu aspecto te delata.

Como no tengo dinero este verano me quedaré en casa. Acuden y llaman a mi esperanza deseos de que el verano no sea como todos los años. Dos meses infernales de calor y agobio. Es parecido a la Navidad, porque presiento que otros tiempos vendrán y puede que sean peores, o mejores ¿por qué no? Para mí el verano no es agradable, ya que huyo de las multitudes y de las playas y piscinas. Y (repito) como no tengo dinero me quedaré en casa escribiendo para este blog con el que me consuelo a veces, otras me desnudo, y otras veces suplico. Lo que no hago es exhibirme. La soledad tiene dos aspectos, el positivo, donde todo es bienestar y tranquilidad, pero después está el negativo, ese momento en que hasta tú mismo no te soportas. No creo que haya que contar la verdadera razón por las cuales odio las aglomeraciones. Ustedes pueden pensar, menudo amargado, y puede que tengan razón. Pero alguien dijo una vez que mi realidad soy yo y mis circunstancias. Aunque en estos momentos de baja forma no me apetece nada veranear. Voy aprovechar este tiempo hasta septiembre para deshabituarme de ciertos medicamentos y conseguir no hacer daño a nadie tras mis crisis existenciales. En otros momentos de mi vida sí he querido veranear, también quisiera ir a un supermercado y comprar aquello que me guste, o sea, llenar el carrito por mí mismo, y no ser egoísta y dejar a mis padres que vivan su vida. Porque sí, me he emancipado, aunque no del todo. Gracias a ellos he podido pasar largas temporadas sin salir, sobre todo durante el confinamiento, que venía mi padre con guantes y mascarilla y me dejaba la compra en la puerta de casa. Que pensándolo bien, yo creo que se creó mucho alarmismo por las autoridades.

Me vienen a la cabeza canciones que avisan aconsejando un sumo cuidado con según qué cosas, y según qué personajes. Por ejemplo, hay una canción del salsero puertorriqueño Ismael Rivera, la canción se llama Yoyó y les invito a que la escuchen en cualquier plataforma. Esa misma letra fue introducida por el rumbero Ramonet en una canción con mucha marcha. Luego está la versión de Manu Chao llamada Peligro donde nos avisa que porqué hay que tener miedo a la vida. La canción es una adaptación distinta a la que ya cantó y compuso Rubén Blades. La canción dice así: ¿qué pasa por la calle? No pasa na’ . Peligro, cuidado en el bar, cuidado en el barrio, ten cuidado, peligro. Es una canción optimista que se ríe de los miedos. Aunque éstos miedos estén fundamentados, la vida es un sortilegio de vicisitudes a las que enfrentarte. Voy a dar un ejemplo que viene muy adecuado en este tiempo. La lucha de Israel contra Palestina. Una lucha inhumana, una lucha injusta. Yo estoy a favor del pueblo palestino, ya que con medios menos potentes están luchando por un trozo de tierra que les pertenece. Y lo hacen sin ningún miedo al peligro, sin ningún temor hacia el gigante Goliat, con el respaldo de USA. El pueblo palestino es un pueblo con dignidad ante la barbarie invasora, aunque deben replantearse nuevas negociaciones, es preferible que no haya miedo ante tal derramamiento de sangre. Pero bueno, esto me lleva a que a veces el miedo tiene fundamento, ya que la ceguera de la humanidad es siempre la culpable de que no se tenga apego hacia la vida. Miren lo que está sucediendo en Colombia, otro pueblo en guerra permanente. Abran los ojos, el miedo es un inquisidor de estos tiempos.

La realidad, dicen, supera a la ficción. Escribir ficción no lo considero malo, no se confundan, ya que existen libros de ficción muy buenos. Pero yo prefiero palpar la realidad, y no es que sea como lectoespectador un insulso que es incapaz de imaginar. Ya lo creo que imagino (ficciono). Pero me llaman más las historias que tienen un poso de realidad, mucha o poca. Escribir desde la autoficción no me parece mala idea. Y escribir narrativa realista es lo que me pone. No es que yo sea como una “Maruja” que vive de los chismes de la vida, no. Me gusta la poesía también, la narrativa, la metafórica, la metafísica, la realista, la poesía de la experiencia. Pero no creo en los jeroglíficos. La poesía hermética me disgusta. Atrás quedaron poetas de mucho hermetismo. Los he leído. Quizá yo no alcance a comprenderles, pero no, no es lo mío. Hace algún tiempo leí en Twitter el siguiente mensaje: se escribe de lo que se conoce. Sí, es obvio. Pero no añadió que la vida o la literatura (en este caso) no tenga distintas posturas o perspectivas. Yo prefiero la literatura que pone sus pies en el barro o el suelo, tal vez que no lo bese, o que vaya de puntillas. A mí me interesa todo lo que experimente desde la experiencia, valga la redundancia. Quizá se me escapen de las manos algunas lecciones culturalistas, pero no voy ni de genio, ni tampoco de lumbreras. Huyo de la ficción pero la leo, aunque donde se ponga una historia que parte desde la verdad que se quite la imaginación. Además, en la autoficción y en la novela realista también se imagina, se intuye, se descubre, se averigua, pienso que todo es cuestión de ser un buen lector. En fin.

Necesito calor humano, calor de hogar. Hay una luz durante mi lluvia en un letrero que dice HOGAR, hogar, dulce hogar. Gracias vecindad por ponerme tantas trabas para que no sea un hombre completo. Ya se acabó el miedo, la tortura y el abismo. Gracias de verdad por vuestros consejos benefactores, consejos de los que disfrutáis ustedes, los que me aconsejan. Gracias, lo conseguiré. Iré con una cuchara a la montaña y llenaré la cuchara de tierra y poco a poco dejarán de ver la montaña. Ustedes, los sabios, los privilegiados, los que pateáis el miedo dos veces por semana. Ponte a ver una película, pero no alcanzo a tener paciencia para ver cualquier película que no me hable a mí. A mí directamente, que me mire a los ojos y me diga: -Esta película es para ti, la que te parte en dos mitades el alma, la que te corrompe la sangre como el escorbuto. Nada más soy eso, un sorteador de palabras. Algunas van a un corazón, otras van a cien corazones, y esas otras a un millón. Pero quiero encontrar las palabras acertadas para toda la humanidad, para remover conciencias de las que no me puedo librar, aquí, desde mi casa, desde mi hogar, desde esta casa de cristal os digo que no debe haber un día igual a otro, ni siquiera parecido. Ni siquiera con el mismo tiempo. Tal vez ustedes piensen: necesitas un psiquiatra, necesitas un doctor, y yo os replicaré, lo que bien necesito es un Dios, que me quitara éste yo rotundo que me traspasa el corazón. Necesito, necesito encontrar mi corazón, lo abandoné hace años, no sé si es blanco o negro, o quizá cambió de religión, yo quiero, necesito, encontrar mi corazón, para ser un hombre, para ser yo.

Ya he mandado al editor un archivo con todas las correcciones y él me ha enviado portada y contraportada, y puedo ahora avisarles de que va a ser un libro bonito. Cibernética esperanza es un libro complicado, pero yo creo en la gran inteligencia del lector. El editor me ha dicho que para la semana que viene estará en imprenta. Parece que sea el primer libro que publico, pero ya lo he dicho anteriormente, es un libro especial. Me lo publican en la colección PoesíaTatto. Ya le he advertido a Pablo que hará la presentación mi hermana. Yo no soy el típico escritor que los lectores esperan. Digamos que soy un escritor que debuta ahora, aunque haya publicado otros poemarios y otras cosas. No soy culto, pero mi cultura está focalizada entre varias causas, algunas perdidas, otras con victoria. El libro se lo dedico a mis padres. Tengo que agradecer a Pablo Méndez por abrirme las puertas de su casa. La verdad, quisiera conocerlo en persona. Lo conozco de llamadas y a veces he visto que es serio cuando debe serlo. Me gusta porque no es de ese tipo de gente que bromea y bromea y no te dice nada en serio, yo desconfío de este tipo de gente. Son gente que se ponen una máscara para parecer más cercanos y accesibles y después te putean. Me esperan vivir momentos de gratitud, de plenitud y de cosechar aquello que una vez sembré. No quiero adelantarme, pero va a quedar un libro precioso. Y literariamente es especial (repito). Tengo ganas de que me lleguen ejemplares y promocionarlo un poco. Pero para eso, creo, que mi hermana me ayudará. Está claro que yo sólo diré cosas buenas del libro, es obvio. Ya les iré avisando en sucesivas entregas. Pronto podremos disfrutarlo. Estoy contento, un trabajo excelente.

¿Cómo se debe ser para ser un ejemplo de buen ciudadano? ¿Ir los domingos a misa? ¿Revolotear como las mariposas en verano? ¿Ser el más prudente en la autopista? ¿Perder a los villanos de vista? ¿Vivir para amar sin antes sentirte vitalista, correr temprano y comer sano? ¿Pedir al mundo que no sea fatalista, falangista o luterano? ¿Empezar por el postre y dártelas de optimista? ¿Recitar los verbos conjugados? ¿Hacer frases de sujeto, verbo y predicado? ¿Ser oficialista? ¿Buen ajedrecista? ¿Pasarse la vida entera en la cama acostado? ¿No ir de victimista? ¿Procrear, amar, cogernos de la mano? ¿Ser un latinista que en latín titula poemarios? ¿Tener cuidado con la vida, los excesos y el hartazgo? ¿Visitar a quien te hace las visitas? ¿Peregrinar a los lugares donde nadie ha peregrinado? ¿Ser bolchevique, un anarquista, un camisa negra, el peor fascista? ¿Ser un alarmista que empotra su coche contra un supermercado? ¿Ser español, ser andalucista, ser santurrón, ser un sátiro bromista? ¿Ser aquel que dejó la huella de sus pasos? ¿Ser un delator? ¿Ser un autostopista? ¿Ser un tarugo y no tenerlo nada claro? ¿Ser un ahorrador? ¿Ser un marmolista? ¿Quedarte petrificado? ¿Ser un perdedor? ¿Un colgado? ¿Ser un mileurista? ¿Ser un pringado? ¿Ser lo que te sugiera la vista? ¿Ser un infractor, un viejo verde, un bigardo, un acusador, un pájaro pasmado? ¿Ser defensor de una causa feminista? ¿Ser asiduo en ir al dentista al menos una vez al año? ¿Ser algo costumbrista, ser el padre de una artista, ser un mojigato? ¿Ser fuerte ante el dolor, ser buscavidas o tal vez un impostor? ¿Ser un esquirol en un altercado huelguista? ¿Estar educado por la televisión, ser un arribista, cosechar de lo sembrado? ¿Ser un populista, ser un surfista o un flipado? ¿Ser un líder socialista? ¿Ser un psicoanalista, ser tendero que deja fiado? ¿Ser oportunista, ser trotskista, ser o no ser, serlo todo, o ser un ignorado?

Debe de haber mucho trabajo en Ediciones Vitruvio últimamente. Lo sé por algunas llamadas que he hecho con impaciencia por mi parte (mejor decir “demasiadas” llamadas). Tengo ganas de ver las pruebas finales y la portada que han elegido. Puedo decir que me he hecho muy pesado pero tengo tanta ilusión en este proyecto que lleva dando tumbos desde el 2012, y ya ha concluido. Cibernética esperanza es un libro muy especial. Cuando se pública un libro que ha sido embrionario tantas veces, que he añadido y quitado tantas cosas, para crear una obra redonda. No, no es el gran libro de esta década, pero tengo una ilusión de verlo en las librerías importantes que me he hecho un tanto pesado (repito). Ojalá se venda. El libro hablará por sí solo. Debo decir que he colmado la paciencia de Pablo, el editor, pero quiero alegar que ha sido por mera curiosidad. Pablo se ha enfadado. Ya no lo llamaré tanto, ya que a él especialmente no le gustan demasiado los emails. Cibernética esperanza es un libro que a veces es narrativa poética, otras veces es ensayo narrativo, a veces es poesía narrativa y otras veces es novela poética. Este libro es para gente marginada, para outsiders, también tiene su vertiente Loser, y es un libro de amor y desamor, anecdótico y transgresor, irreverente y ácrata, es para todo tipo de público lector. Tengo ganas de que salga a la venta, eso nos gustaría tanto a Pablo, como a mí. Es Capplannetta en su quinta esencia, la divertida, la desenfadada, la inverosímil. ¿Quieren saber porque llevo insistiendo en esta obra desde el 2012? Quien lo quiera adivinar que lea la obra, no sólo habla de Internet, habla de las fatalidades de la vida, de los pormenores de muchas causas que reviven en estos años, es una novela fresca e incisiva. Para mí son todo cosas buenas. Recuerden Cibernética esperanza en Ediciones Vitruvio del año 2021. Una historia vista desde diferentes ángulos. Y como apéndice la sustentan las webs/blogs www.capplannetta.com y también www.ciberneticaesperanza.com Es una novela que habla de escritores sin demasiado culturalismo. Es un compendio de flashbacks y flashes de ingenio, de espejos y trampantojos, de bajadas a los subsuelos, de subidas a las superficies, de vuelos, de tecnología, de fotos fijas flotando en el tiempo. Es una mirada, es pura esperanza. Léanla.

Al llegar al Perú un 09-01-2004 me esperaba una mujer con mucha iniciativa. Al casarme dije en público que me había sacado de la oscuridad. Y verdaderamente fue así. Cuando viví con ella en El Callao me animó a que dejara el Tranxilium 50 mg. Lo tomaba desde hacía años. Y como estaba tan alegre en esos días me animé a dejarlo. Se acabaron mis tres meses de estancia en Perú y logré bajar la dosis de 50 mg. a 25 mg. cuando regresé a Barcelona. Después vivimos un año en casa de mis padres y allí pude dejarlo paulatinamente. Estaba muy enamorado y creo en eso que dicen de que el amor todo lo puede. Mientras hice la cura para deshabituarme del Tranxilium 50 mg. allí en Perú todo era alegría y no me costó demasiado esfuerzo. Pero una vez llegados a Barcelona comenzaron mis malestares provocados por mí síndrome de abstinencia. Estuve viviendo un pequeño infierno interior, y salpicó a quien más cerca tenía, que era mi exmujer. Esas y otras cicatrices fueron las particularidades del principio y el fin de mi matrimonio. Debo decir que el hecho de ser un politoxicómano me ha arrebatado muchas grandes y pequeñas cosas que en esos momentos de adicción y toxicidad no lograba ver. Las drogas, tanto las socialmente aceptadas, como las prohibidas por la ley, no son nada buenas, ya que pierdes muchas cosas en el camino. Eso no es vida. Ahora estoy dejando un fármaco que hacía mucho tiempo que tomaba, y tengo mi particular infierno interior. Pero tengo que conseguirlo. Ahora estoy solo y no estoy enamorado pero sé que lo conseguiré. Los efectos de este infierno interior son cansancio y distorsión del equilibrio psicológico. Algunos temblores y sientes una necesidad llamando desde las entrañas. Es la llamada de la dosis diaria.
Posted on 0:20

Alguien debe haber detrás de toda esta conspiración, porque quiero que lo sepan de una vez por todas. Alguien nos ha castrado, nos ha tapiado el paisaje, y nos han desplumado las alas. Alguien debe haber sido, porque está claro que debe haber un culpable. Un culpable oculto tras esta violación. Empezaron con arrojar nuestras risas al mar, después dijeron que había contaminación y nos asfixiaron de aburrimiento. Prohibieron los lupanares, el tabaco mentolado, la pornografía, las relaciones humanas las cambiaron por protocolos rancios. Prohibieron la diversión de los ángeles con sexo y los encerraron en los sótanos de las tinieblas mugrientas. Acabaron con los sindicatos, con las asambleas, con la unión de pájaros migrantes del sur, con el bostezo acabaron y te obligaban a no sonreír, también censuraron las carcajadas. Nos daban pan duro, lo ablandábamos con refregones de tomate. Le echaron la culpa a los santos inocentes, se burlaron de las auroras, decían que querían desvirgar a la noche, prohibieron la poesía, también los besos en los parques, pintaron cruces en los hogares donde hubo alegría, decían que venían a salvar el mundo, y cuando nos dimos cuenta ocuparon todos ellos el mundo. Querían los placeres de la vida para ellos mismos, para nosotros guardaban las cadenas de acero en las cloacas. Prohibieron los abrazos y cambiaron las pesetas por esclavitud bancaria. Ya no se juega a la comba, ya no juegan las niñas a la goma, ahora somos mendigos del microprocesador. Una plaga de muertos vivientes se cruzan por los otoños de hojarasca y ocre, nos están matando, dijeron los valientes, suprimieron los apellidos y las antiguas familias. Pusieron cámaras y más cámaras por las calles, por las plazas, por los mercados. Prometieron paz y sólo tenemos guerra en nuestras ciudades. Se lo contamos al rey y el rey dijo que era uno de ellos.

El mercado editorial últimamente está saturado. Las editoriales grandes rechazan manuscritos en cantidades industriales, ya que desde que se instaló el coronavirus en nuestras vidas, han aflorado poetas a porrillo y escritores de toda índole. El COVID-19 ha hecho que mucha gente aficionada publique en Amazon u otras plataformas. También se da el caso de que las editoriales pequeñas ya no arriesgan ni un ápice como lo hacían antes, hablo de editoriales que hasta hace poco tiempo atrás arriesgaban. La publicación de libros ha abaratado los costes y han surgido empresas de artes gráficas e impresión que realizan copias reducidas bajo demanda. Son empresas que sólo imprimen a editoriales. No imprimen a escritores. Y otro caso que ocurre es que se publica la obra de gente que conoce a mucha gente, y las ventas se disparan. Después están los escritores consagrados o que han tenido cierto éxito en su momento y para estos las puertas de las editoriales están siempre abiertas. Son escritores que han tenido un éxito como un fuego fatuo y se intentan alzar en vuelo tras la confianza de editoriales medianas, ya que las editoriales grandes han explotado a esos escritores y van tras la huella de otros autores con ideas nuevas. El mercado editorial ha perdido el sentido de riesgo a la hora de publicar narrativa. Porque poesía es muy difícil que te publiquen. Ahora, si lo que pretendes es meter un pie en una gran editorial debe ser a través de un agente literario, que ahora, en estos momentos, son muy comunes para aspectos literarios enfocados en las féminas. Lectoras de siempre, hartas de leer a machotes de pelo en pecho, han logrado un lugar merecido dentro de la literatura de grandes editoriales. Y esos editores que publican a mujeres se han percatado que son las que más venden, incluso las más traducidas.
Posted on 3:03

Recuerdo una tarde de invierno en Maggoty que se fue la luz de toda la discoteca. La gente se amontonaba en el guardarropa para recuperar su abrigo o chaqueta. Tuvieron que ir las chicas del guardarropa a conseguir unas linternas para poder ver los números de cada prenda. Había de todo, nos cogió a muchos en plena oscuridad, encendían los mecheros e iban palpando como ciegos deambulando por toda la discoteca. Unos se dedicaban a meterle mano a las chicas, mientras que otros desesperados perdían su chaqueta. Uno de mis amigos perdió su chaqueta de piel en todo aquel barullo, cuál fue su sorpresa que se la vio puesta a un muchacho unas semanas después y mi amigo se la reclamó. El individuo se quedó sin chaqueta de piel, pues se montó un tremendo caos que muchos perdieron su chaqueta, o abrigo, o bolso. Son recuerdos que quedan borrados y en un momento como el de hoy aparecen. Hoy acababa el estado de alarma en toda España y al llegar las 0:00 h.han salido a festejarlo los muchachos de mi barrio. Pobre juventud. Después de un año y un par de meses han levantado el toque de queda. Unos dicen que es irresponsable, otros se alegran que así sea, yo me alegro por los jóvenes. Han tenido que irse a casa a partir de las 22:00h. y los bares cerraban a partir de ciertas horas. No ha habido lugar para la noche durante este largo tiempo. Y ayer aparecía la noticia de que la vacuna es gratuita y universal, al menos eso entendí. Al final el ser humano no es tan perverso como parece. Como cuando se fue la luz en Maggoty la gente ha perdido muchas veces la calma durante la pandemia. Todavía no hay que dar por finalizado el contagio. Falta por vacunarse mucha gente aún.
Posted on 0:08

Entre todos los deseos que tengo a lo largo del año, uno de ellos, el más constante y necesario, es llevar a una vida mejor mi equilibrio psicológico. Estoy desenganchándome de una medicación y comienzo otra nueva. Aún tengo esperanza. El proceso es lento y rutinario, pero de momento está valiendo la pena. Ahora se me puede notar sedado y con la parsimonia típica de estos procesos. Al dejar la antigua medicación sufres un pequeño síndrome de abstinencia. Me gustaría coger mi cámara fotográfica e irme con mi padre a fotografiar el barrio, antes que se lleve a cabo el plan urbanístico y desaparezca por completo ese skyline que tienen las vistas desde La Capella, recuerdo haber ido con mi tío y beber vino hasta hartarnos. Eran tiempos no muy lejanos, aunque me acuerdo mucho de él. Otros de mis deseos, es preferible no hablar de ellos, pueden haber malentendidos que no vienen al caso. Cuando pasen todas las rectificaciones y preparativos sobre Cibernética esperanza debo comenzar con mis lecturas. Me interesa la literatura a la vanguardia de la vida y de la propia literatura. Hay escritores que escriben muy bien. Pero a cada cuál su estilo y su manera de ver la vida. No soy un intruso, llevo muchos años en esta cosa extraña que es la vocación literaria. No tengo la mayoría de edad literaria para denominarme escritor, pero prefiero escribir sin público antes que tener un público que me juzgue de manera equivocada. Soy un antihéroe, no he podido acabar con esta guerra soterrada que me sigue a dos metros, pero gracias a la escritura me he salvado de mi propia inmersión a los infiernos. Cada uno tiene sus propios demonios, y no soy un santo. Aunque tampoco soy un hombre ingenuo. Quizá la vida me haya enseñado su lado más perverso para tomar partido y evocarla en la belleza. Toda la poesía guarda un poso de malicia, pero yo que he nacido en el Hotel Ambos Mundos, prefiera dar tregua a cualquier conclusión errónea de los trayectos que emprendemos desde el deseo. Quisiera de verdad ser amado y amar. Que no se acabara jamás. Pero no soy ingenuo (repito). Conozco o intuyo los materiales de qué se compone la naturaleza humana y esta me crea un poco de desasosiego. Se pierden muchas cosas a lo largo del camino. Pero es mejor no dar importancia a lo que perdemos, salvo si son seres queridos. En fin, me quedo con mis deseos y mi profundo desencanto.

Gran parte de las religiones se fundamentan en fomentar la culpa como adoctrinamiento hacia los religiosos. Existe mucha gente que toma a la religión como un sagrado limpiador de sus conciencias. A veces malas conciencias. Es muy propio de personas resentidas culpar a los demás de lo que nos pueda pasar. Y no quieren ver que los culpables somos muchas veces nosotros mismos, ya que emprendemos un camino equivocado. La culpa, la sagrada culpa. Esa pesada losa en la que muchos hemos tropezado o llevamos a cuestas día a día. La culpa la trabajan bien los manipuladores. Esos que exageran los oprobios, o les ponen tamaño de corto o largo alcance a las libertades. Yo puedo ser culpable de lo que hago y digo, pero la culpa tiene muchos puntos de vista en los que buscamos el perdón, ya sea divino, o familiar, o conyugal. Muchas veces se culpa sin criterio, solamente por ser de una raza marginada, o por simple lucha de clases. Los ricos culpan a los pobres, y viceversa. Pero también se culpa a los gobernantes de un país habiendo ciudadanos que no crean las culpas, suele pasar mucho en los países corruptos. La oposición culpa, y entre pactos de pasillo obtienen perdones y prebendas aquellos que en su momento culparon. Aunque hay una cosa que va más allá de la culpa, y es la calumnia. La calumnia es una mentira que culpa salida de los labios de gente hostil, tóxica y envenenada. La calumnia es prima hermana de la culpa, aunque de ella sea difícil escapar, al eludir una calumnia siempre quedará parte de la mancha. La calumnia es una mancha, decía Camarón de la Isla, y añadía: que no se borra con nada. La culpa, sentimiento bastardo de la mala conciencia.
En otros momentos de mi vida he vivido encerrado y sin ningún vínculo con el exterior exceptuando los momentos de radio, programa que hacía en Radio Barberá bajo la dirección de Lluis Ricart Riu, un buen amigo que echo de menos, parece mentira que ya no esté entre nosotros. Era un profesional comprometido y me dio una confianza para expresarme a través de la poesía que yo no aproveché como debía. A veces sí tuve buenos momentos de poesía, aunque yo siempre tuve el problema de que no recitaba bien. Debido a mi acento andaluz no vocalizaba muy bien, y por aquel entonces mi poesía no tenía la calidad necesaria. Lluis, en cambio, sí recitaba muy bien. Tenía muchas más tablas que yo, y eso era evidente. Pero llegué a un estado lamentable y dejé de ir a la radio, no me sentía nada bien. Y un día cualquiera dejé de asistir a mi sección.
Después, con el tiempo, ya casado, allá por el año 2009, hice un programa de radio desde Internet llamado Nevando en la Guinea. Podían escucharme en cualquier parte del globo. Emitía desde casa, y a veces, cuando podía, venía el Señor de Bidaxune, ya que por aquel entonces paraba por Barcelona. Pero hubo un tiempo que estuve encerrado en casa y nada más salía en mis visitas al doctor. Veía por aquella época mucho cine en VHS y también en TVE2. Esto fue por el año 2000 y 2001. Me encerraba por motivos personales. Salía muy poco, hasta que el 2002 pusieron Internet mis padres en su casa. Lo demás ya está en negro sobre blanco. Se deben aprovechar las circunstancias que la vida pone en tu camino. Aunque cuando estás enfermo no hay lugar para enfrentarse con la realidad. Una crisis del alma es complicada.
Posted on 0:08

Me importa muchísimo lo que piense la gente joven en el mundo entero, pero mucho más me interesa aquello que viene de África y que parece ser que no nos lo proponemos o no nos paramos a verlo, o por ignorancia y los tópicos absurdos, o porque no vemos al gran continente nada más que para expoliarlo o explotar a sus gentes. Conocí a Ana este año pasado a través del Señor de Bidaxune, él me la presentó. Nos dijo que quería participar en Nevando en la Guinea con algún artículo. Al final serían dos mensuales, y de muy buena pluma. Tanto a Juan A. Herdi y a mí nos dejó fascinados. Hablamos Juan A. y yo seriamente y le propusimos que se involucrara más en el proyecto, y a ella le gustó la idea. Le pusimos una sección que pasaría a llamarse Reflexiones de una ondjundju (recién llegada) y con su nombre verdadero Juliana Mbengono. La llamo Ana por motivos que no diré, pero esta Ana es una escritora con un profundo talento. Es sincera, es defensora de las libertades civiles, es una abanderada no sólo de Guinea Ecuatorial, del continente africano por entero. Cada mes nos da una muestra de su profesionalidad como periodista, tiene un blog llamado Popó Mango y una web de carácter sociocultural sobre África. Más adelante pongo enlaces. Esta chica jovencísima es una de las escritoras más seguidas de la web, también en la revista Nevando en la Guinea. Con su enfoque peculiar, reflexivo y muy crítico nos habla dos veces cada mes de visiones paradigmáticas de cómo ella cree en el sueño de una África moderna, y despreciando tópicos ignorantes. Ella rechaza el estereotipo colonial, conquistador, y de historia negativa sufrida en todo el continente por los europeos. No descarta una vida mejor, ya que talento tiene a raudales. También tiene un gran espíritu de lucha y un carácter combativo. No sólo tiene críticas y reproches hacia los europeos, también rechaza cosas de su propio continente, y de las costumbres que en él se ciñen. Es amante del Afrofuturismo y tiene una singular manera de narrar reflejada en sus escritos. Ha ganado diversos premios, y es una luchadora mujer negra maravillosa. Cree en el individuo, sea éste de la condición social que sea, también la raza, o el pensamiento. Ella es de la etnia Fang. La pueden encontrar en su blog, también en su web y en Nevando en la Guinea.
ENLACES: www.ppoppomango.blogspot.com
www.biyaare.com

A partir de los diecisiete años muchos amigos dejaron de conocerme. Dejaron de conocerme y de saludarme, y cuando yo les saludaba me miraban como a un completo desconocido. Incluso hubo novias de adolescencia que me negaban antes de que cantara el gallo. Los amigos que en esos momentos eran amigos no dejaron de conocerme, era obvio, dejaron de conocerme a raíz de mi interés por las letras y el mundo de la cultura. Muchos amigos de antes, cuando tuve diecisiete años, ahora me ven y me saludan pero se extrañan de mi nueva vida, y creen que me he vuelto loco, o he cambiado para ser un petulante amante de las letras. Justamente cuando cumplí veinticuatro quise dar un cambio radical en mi vida. Como los gatos, tengo varias vidas. Mi vida se puede entender como una sucesión de ciclos de los que yo no me he percatado, hasta ahora. A mis cuarenta y cinco años he vivido, aunque todavía me quede mucho por vivir. Ilusiones tengo, también esperanza. He querido ser muchas cosas en la vida, y ahora, que soy Capplannetta es como mejor me siento. Es ahí donde soy realmente yo, y para bien o para mal, los habrá que no me acepten, y los que me acepten en mayor grado, son buena señal de que son los amigos o familiares que vale la pena tener. He sido muy selectivo con las amistades de las que dispongo ahora. Tengo amigos y tengo enemigos. Tengo amigos que dejaron de conocerme a partir de los diecisiete y otros que han dejado de ser amigos al conocer mi vida de ahora. Aunque hay gente en mi vida que para ellos soy el mismo de siempre, con esos me quedo. A partir de mis veintisiete años conocí gente nueva que ahora no me saludaría, yo a ellos tampoco. Aunque en esa gente nueva haya personas que no olvidaré nunca. Soy el típico yerno que resulta incómodo en todo momento, soy un odioso cuñado, y soy tío de sobrinos que me quieren a su manera desde mis propias circunstancias. Estoy ya muy acostumbrado a las puñaladas en el pecho y que no me conozca nadie. Esto que digo es un poema que escribió Federico y que Camarón de la Isla cantó. Ahora no soy raro, yo era más raro de niño y siempre estuve presente para los que de verdad quiero.
Posted on 3:36

Corro y corro aunque quisiera ser una piedra más, un guijarro inútil, que ni se mueve ni para quieto. Yo quisiera que os ayudara mi alegría, aunque diría que la malgasté en botica y ahora no tengo dinero ni para pesarme. Recuerdo un niño que fue niño como todos los demás. Jugábamos a la pelota en los parques. Y yo me apunté a actividades extraescolares. Me dediqué al atletismo. Entonces sí estaba delgado. Aguantaba corriendo tramos y tramos sin cansarme. Gané varias medallas. Pero hace tiempo que llegué a la meta. Toqué fondo y ahora corro y corro. De pequeño me encantaba ir a la pastelería El Cisne. Qué bien olía ahí dentro. Era como la casa de Hansel y Gretel. Mi madre me compraba un cruasán, y estaban deliciosos. Soy un romántico. Estoy repleto de nostalgia. Pero la nostalgia implica a aquellas personas que la viven contigo. Siempre quise tener una mujer morena. Como los cuadros de Julio Romero de Torres. Todavía conservo un billete de este pintor. Me gusta guardar tesoros que parten desde la nostalgia y queda para el futuro de este mundo de progreso absurdo. Soy un romántico. Todavía conservo el primer libro que leí, también conservo unos pocos cuentos pequeños, y mi libro gordo de Petete. Conservo muchas cosas del pasado. Mi hermano me trajo unas cuantas. No tienen valor económico, pero sí sentimental, y es que soy un romántico. El coleccionismo breve es la prueba de que llegué al fin a la meta. No conservo mi medalla de oro de nacimiento, la empeñé por veinte Euros. Entonces estaba mal, pero muy mal. Dicen que ha venido la primavera, pero yo sigo teniendo frío. Me tapo con mantas de poliéster. No soporto mantas pesadas. Dicen que ha venido la primavera, y tienen que estar anidando los gorriones en los tejados. Cuidado con los gatos.

Me revuelco por mí mismo mientras miran desde la FM de radios que se cuelan por mi casa. Me sintonizo con la caterva de especies pensadas en la inopia del solitario bostezo del que huyen, todo cansa, al igual que yo canso. Estoy a un paso de donde se precipitan los hombres del violonchelo con su lamento sostenido. Mi cuerpo no hace juego con mi pensamiento. Soy una prueba evidente de que quizá otra galaxia, otro hemisferio, otro mundo hubo o hay desde lo que soy y no lo veo. Vamos a hacer la guerra de la gran verdad a los que se declaran activos en la conexión lejana. Capplannetta se sienta a mi lado, le digo que no piense en tonterías, que la vida es seria, y él lo toma todo a broma. Si tú eres Capplannetta por qué no decides de una vez invadir la mañana. Nos merecemos los unos a los otros, por eso un Capplannetta no quiere a otro Capplannetta. Pipiolos de la tarde tienen el miedo cosido a su pecho por un vestigio de noche que se derrama. Capplannetta’s que no quieren venir a verme porque se aburren del silencio. Así no vamos a ninguna parte. Somos los homúnculos que quieren todos de nuevo o los que todos desprecian de viejo. Quisiera ver vuestra trastienda, pero allí puedo encontrarme a un enfermo de los nervios, o un atrofiado pero simpático niño travieso. Enciende todas las luces del mundo. Al alba se apagarán todas. Visitarán la noche siendo adolescentes aunque una llaga que les pellizca les hará extranjeros sin su planeta. Puedo ser un bicho, un tonto, un cobarde, aunque tú no seas nada de eso, pero quiero que sepas que puedes encontrarte el veneno en cualquier camino hacia Roma. Anda, ensaya esto.

Vamos a ver la acogida que tendrá la novela poética Cibernética esperanza, ya que puedo llevarme una desilusión. Pero no hay que preocuparse. Cuando salga publicada y esté en todos los puntos de venta, seguiré escribiendo, y sobre todo leyendo. Y si se vende como si no se vende, me iré a otros empeños. Tengo varios proyectos, de algunos mejor ni hablar, pero de otros debo estar ilusionado. Si la novela poética se vende, pues seguiré con Ediciones Vitruvio pase lo que pase. Pablo es un buen hombre, y como me dijo Manuel Lacarta, Vitruvio es una editorial necesaria. De momento escribiré relatos y poemas, y llevaré el blog actualizado. Pero todo eso sin perder la cabeza, y sin escribir para publicar, en primer orden escribiré para mí mismo, y aquello que merezca la pena lo publicaré después de exhaustivas correcciones. He aprendido mucho del señor de Bidaxune, y más que tengo que aprender. Hablaré con él acerca de la novela de Juliana, recuerda: sed leales. Eso le gusta a Juan A. y no lo traicionaría nunca, pero quisiera que Juliana publicara en Vitruvio, más bien por la difusión que tendrá. Esperemos se venda también lo de Juliana. Se lo merece la chica, además de que es buena escritora. Lo ha demostrado con creces en Nevando en la Guinea. Y una vez publicada la novela poética voy a leer todos los libros que he ido comprando, y que por carecer de concentración no he leído. Esperemos también que la medicación nueva no me juegue malas pasadas. De momento, ya sabes, escribir relatos y poemas, leer como disfrute, no por obligación. Si no te gusta algún libro se debe tener la madurez suficiente para dejarlo por siempre, o dejarlo por un tiempo y retomarlo más adelante. Estoy muy expectante con la novela poética, si no se vende durante los cuatro años de contrato, la dejaré, no puedo estar siempre con lo mismo. Es un proyecto que lleva dando tumbos desde el año 2012 y estamos en el 2021 y ya no da más de sí. Por mucho que cambie el planeta. Al menos, eso creo. Lo importante es pasarlo bien. Disfrutar trabajando. Has nacido para escribir y lo sabes. Digan lo que digan. Porque aunque no tenga estudios superiores, sé escribir, sé llevar a cabo una historia. Pero en este mundillo cada uno va a lo suyo. Tienes que ver a la gente que triunfa en la literatura no con envidia sino con gratitud, ya que han puesto al alcance del lector un mundo nuevo. La gratitud es siempre bien acogida. Además la gratitud es gratis, valga la redundancia. Espero que no le ocurra nada a mi hermano en Alemania. Sin él mi vida sería oscura como un foso en un castillo medieval. Bueno, queda dicho, veamos los resultados, estamos hoy a 03-05-2021, a las 18:52h. de la tarde. Hace poco fue mi cumpleaños. Me estoy dando cuenta que necesito para escribir gafas. Sed leales.

Ayer, el día de la madre para ser exactos, me bebí un Red-Bull antes de comer. Pero a mí lo que me gusta de verdad es el café americano. Pero no puedo abusar, ya que retengo líquidos. Ya se acabaron los tiempos del buen güisqui, a veces garrafón, ya pasaron los tiempos de cerveza, o vino blanco. Me gustaba beber, pero ahora debo cuidarme. Al mezclar el alcohol con relajantes musculares y otras sustancias agarraba unas trompas de las que no recordaba nada el día después. Pero hay estaban los supuestos “colegas” para reprocharte todas las locuras que hiciste. Hace ya mucho que no bebo para emborracharme. Bebía para sobrellevar el verano cerveza, aunque ahora ni eso. Ahora bebo café, y a veces descafeinado. Pero conservo mi mini bar con botellas sin empezar. He pasado épocas de mala bebida cuando mezclaba alcohol con Tranxilium 50 mg. Dejé de tomarlo; es aconsejable no tomar ese tipo de fármacos debido al síndrome de abstinencia que sufres después. Rebajas dosis lentamente pero te pica el monillo. Es una bomba mezclar alcohol con pastillas, de otras drogas ya ni digamos. Eso no es diversión. Perder el conocimiento en una borrachera es algo que te deja varias secuelas. La primera, que la gente se aparta porque eres conflictivo. Y las demás los líos donde te metes. Yo dejé la noche hace mucho tiempo. Mi vida ha dado un giro de 180 grados. Ahora me motivan otras cosas. Aunque a decir verdad no es algo de lo que esté orgulloso. Siento vergüenza de mí mismo. Cuando no me metía en peleas, me daban una paliza, o me llevaba la policía detenido y dormía en comisarías. Odio las comisarías de policía. Las mantas huelen a choto y ahí es cuando te das cuenta de lo que vale la libertad. También las multas que te hacen pagar. Porque una persona borracha pierde la credibilidad y pierde la razón, aunque la tenga. Nadie te toma en serio. El resultado es que odio el alcohol. He cambiado mucho. A veces me tomo una cerveza, o como el otro día un Red-Bull, pero (repito) soy un verdadero Gourmet del café. Ahora también tomo té verde con hierbabuena. Aquel que se harta de cubatas en la barra de un bar son los clientes VIP para los taberneros. Los hay que incrementan deliberadamente el número de cubatas que te llegaste a beber ya que ibas borracho y perdiste la cuenta, aunque hay excepciones. Los hay quienes fían a los bebedores y se llevan una parte generosa del sueldo cada mes que cobran. En fin, mejor sin alcohol.
Posted on 3:36

Estoy enfrascado en varios proyectos a corto plazo y también otros a medio plazo, pero no puedo hablar de ellos hasta que estén por publicar. Seguramente los publique en Ediciones Vitruvio si Pablo los acepta. Pero tengo que leer y ponerme al día, leyendo es como salen las buenas ideas, y además, sabes qué camino tomar y cuál no. He emprendido un camino en solitario y no es que me guste mucho, pero sigo creyendo que escribir tiene mucho de solitario. Sólo la soledad y una tablet basta para crear historias, o también para crear post como éste y los demás que escribo, que suelen ser como píldoras contra el mal de altura, o sea, el soroche inoportuno que a las personas con un ego pedante y pretencioso molestan. Hay muchas clases de escritores, y cada uno va a lo suyo. Yo no critico a nadie, espero que nadie me critique a mí. Pero me he dado cuenta que los escritores con estudios superiores ven como intrusos a los que no hemos aprovechado estudiando. Aunque a veces hay amigos sin mucho ego que te sorprende con un correo. No hay cosa que más me guste que recibir un correo esperado. Con el Internet la gente escribe y en algunos casos se nota si han sido estudiosos o merecen ser estudiados como especímenes de la ortografía Whatsapp y derivados. Yo jamás criticaría a alguien mayor porque escriba con faltas ortográficas, pero a un joven que haya tenido la oportunidad de ir al colegio y no sepa escribir bien sí que merece una colleja. Yo escribía en mayúscula porque no sabía poner tildes, pero ahora sin necesidad de corrector he aprendido, y es que todo se aprende. Se empieza por rellenar cuadernos con poesía mala, te pasas a la tablet para tenerlo en un procesador de textos y sigues pensando que tú poesía sigue siendo mala. Yo tengo algunos o demasiados poemas horribles, pero no se puede llegar a ser un escritor hasta que no te has leído a muchos clásicos, y también a los contemporáneos, para aprender de errores que pudiste tener y consigues verlos de otra manera nueva, o también para estar en la vanguardia de escritores que tienen cierta relevancia. O sea, mejor dicho, que escribas no significa que escribas bien, la literatura es una carrera de largo recorrido. Se debe ser oportunista, como también observador. Y a veces tienes que ser parco en palabras para ciertas susceptibilidades.
Posted on 2:37

La poesía está en cada átomo, en cada partícula, está en las calles, y en el hogar también hay poesía. En cada miligramo de medicina contra el dolor de cabeza, está en los bits, está en los cúbits, está en las sonrisas de los que hacía tiempo no os veíamos, está repartida en cada Píxel que incorporo sobre un fondo que también es poesía. La poesía de los raperos, de los que hacen flotar un pedazo de tierra, la poesía está en una bombilla que se enciende y se apaga. La poesía es música, es olor de una churrería, la poesía es el olor del pan recién hecho, la poesía son las risas tremolantes de las mujeres, la poesía vive de noche, por el día se mueve, por los mercadillos, por las salas de espera y por las autopistas. La poesía es alguien que te salva la vida, que te recoge de la carretera porque te quedaste tirado, la poesía son las enfermeras, son los buenos doctores, la poesía es dar, agradecer, valorar, la poesía es la comida de mi madre, la poesía es la quietud cuando fumas, la poesía es ver a mi padre contento, la poesía un segundo y también son cinco minutos, la poesía es bailar, la poesía somos todos.