Capplannetta une verbos con adjetivos
Posted on 2:08
Escribir es un hábito de los que no puedes desengancharte fácilmente. Primero empiezas a escribir poemas automáticos, digamos surrealistas, después te das cuenta mientras lees que debes ser más coherente. Dentro de esa coherencia descubres las metáforas, descubres las imágenes, y te percatas de que a tu poesía le falta poesía. La poesía verdadera es aquella que te hace soñar despierto multitudes de vapor, naturaleza gaseosa, y un monstruo que se esfuma con un tremendo pavor a esconderse en un trastero. Hay poesía delicada, hay poesía varonil, feminista, pero lo mejor en poesía es aquella poesía que vale para niños grandes que sueñan en cópulas de nubes. Mi editor Pablo Méndez conoció a Gloria Fuertes, y le ha publicado textos. A mí, Gloria, no sólo desde niño me gusta cuando la veía en la televisión, también cuando escribía versos que comprendía ya de mayor. Pero valoro mucho su poesía infantil, precio que tuvo que pagar caro. Pero hay muchos poetas que quieren perdurar, y no creo como Roberto Bolaño decía, que eran tontos. Y no es que quieran perdurar, quieren simplemente tener cierto reconocimiento como escritor o poeta. Lo que sí es una tontería querer cambiar el mundo. El mundo es un lugar con miles de siglos a sus espaldas. El mundo acabará si siguen las personas maltratándolo, pero cambiar el mundo es imposible. Yo sólo pretendo unir verbos a adjetivos, hablar de vidas mundanales, y otras con cierto atractivo. Pero historias hay por descubrir una infinidad. Si te gusta soñar a una edad adulta tienes ficción, si te complace la no-ficción tienes ensayo, autoficción y literatura realista. Todo aquello que pueda interesarte está en los libros. Entre libros eres poderoso, eres un ser con conocimiento, pero si además escribes, desde la nada creas.