Capplannetta waiting for the miracle
Posted on 18:01
Al principio era una obsesión. Andaba escribiendo las palabras justas que fuesen en número capicúa, después, con el tiempo, huía del número 4. Eso ocurrió cuando en un bar de chinos le dijeron estos que no era buen presagio. Que el número cuatro daba motivaba supersticiones, ya que lo creían como mala suerte, muerte, y malos augurios. Pero el número 8 era totalmente lo contrario. El ocho era símbolo de suerte y prosperidad. Por este motivo en China en las olimpiadas del 2008 tiraron la casa por la ventana. Pero para él, un número capicúa era síntoma de que la suerte estaba cerca. También creía en el número 33 ya que este número es el mayor posición en una logia masónica. El treinta y tres para él eran una buena señal.
Quizá buscara la piedra filosofal o como un alquimista pensara en crear oro con pociones mágicas. Pero esperaba el gran milagro. Aquel por lo que los antiguos templarios buscaban como el Santo Grial o la Sábana Santa. Esperar el milagro, qué torpeza, el milagro invita a salir en su búsqueda. A realizar actos de buena fe donde la Divina Providencia elige sus mejores hombres y mujeres. Esperar el milagro es luchar por encontrar la fantástica gran verdad que todos los hombres deben conocer. Trazar un mapa humano donde la desfachatez de los que tildan “fugitivos del deber” sean aquellos que están corrompidos por su lengua viperina. Se debe huir, antes de la mala suerte, se debe huir de las personas tóxicas y de los zafios.
Hubo una vez en que el mundo era y sigue siendo un gran nombre palíndromo. El nombre es TENET. En ese nombre está la verdad de que todo se ha de dar sin pedir, se da por generosidad humana.