Capplannetta y la locura de los Panero

Posted on 1:07



Muchas veces me pregunto: ¿cómo se las apañaría Panero para leer y escribir en un manicomio? Estuvo en varios, incluso vivió solo. Pero todo aquel que haya visitado o haya residido en un manicomio sabe que es algo muy difícil de digerir tras el día a día. ¿Tuvo un trato especial? Era sabido por todos los que hemos seguido su trayectoria en documentales y demás películas, o los que hemos conocido su poesía, que Leopoldo María Panero salía y entraba del manicomio algunas veces. Eso es un trato especial. Sin duda se le nota sedado por la manera de abrir la boca y salivar. Leopoldo María era un fumador empedernido, pero en toda o casi toda su poesía se le nota una lucidez y una originalidad impecable. ¿Por qué los locos escriben (algunos) esa poesía tan desmarcada de la de los que están ‘bien” psicológicamente? Dicen que en todos los manicomios en los que estuvo dejaba tras de sí una pequeña biblioteca que dejaba por no tener un lugar concreto donde residir. Los gritos y la precariedad existencial que hay en los manicomios se percibe a primeras luces que es un lugar imposible para concentrarse. También para crear como Leopoldo lo hacía. Para mí y por mi experiencia digo que es ya casi imposible concentrarse en un lugar donde residen los vecinos, es decir, una comunidad. Imagínense un manicomio. Me llama mucho la atención que Panero hiciese alarde de ese culturalismo estando tan próximo de la locura verdadera. He leído sus textos y son de una calidad excelente. Es obvio apuntar que la resistencia mental que tenía Panero más de uno quisiera tenerla. Aunque en la familia de los Panero había indicios de locura en casi todos, los más cuerdos de la familia parecen ser Michi y Felicidad Blanc (la madre de los Panero).  


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