Capplannetta manda flores a María

Posted on 5:34

https://drive.google.com/uc?export=view&id=1XFNa8FxJ8SyLRdsuygS2G_vXz5cI7TMO

En el verano caluroso del 2022 le prometí a María deshojar la margarita. Me dijo; bueno, no me dijo nada. Y no lo digo porque me duele que le duela. Que le duela confesarlo, decírmelo. Un día de agosto, cuando en la quietud de la noche, te invité a que vinieras a mi encuentro. Pero ya es tarde. Es tarde para cruzar bahías a nado. Es tarde para todo lo que ha invadido el polvo. Te mando una flor María, o tal vez mejor un ramo. El caso es que las flores se vuelven marchitas cuando el silencio lo dice todo, cuando la primavera no encuentra al sol, y cuando los relojes se aproximan al temblor de los nerviosos péndulos, y cuando suenan sus timbres dan miedo por ser campanas del alba de Londres. Las flores son para los amores tardíos y para los enfermos en una cama. El florista se emplea bien haciendo tirabuzones de briznas vegetales. A las flores de María ponerle espigas, para la guerra del pan, ponerles lazos de colores, ponerle una nota que yo la dicto. Las flores para María se cansan de auroras que se desmayan, de febriles enamorados sin sangre. Una suerte sería tocar el cielo con mis manos y cantar la canción que no se oye, que no lastima, que se emancipa como la pobreza del pueblo. ¿He dicho emancipa? Al pueblo llano y andariego no lo deja el capital emanciparse. Porque creen que el pueblo sin dinero es como mejor se puede dominar. Los policías llevan pistola para matar a los jilgueros de madroño rojo. Una virtud del silencio es contemplar una realidad. Callándola, como acurrucada en un puño. Como surgida de la muerte social y volver al mundo ruidoso con una alegoría de las sombras. 

0 Response to "Capplannetta manda flores a María "