Capplannetta deja de escribir para ambos mundos
Posted on 10:32
Ya estoy harto de errar, errar y errar por el desierto helado. Dejo de escribir para ambos mundos, uno, no me entiende, y el otro tampoco. Quiero dejar esta ciudad e irme sin mirar atrás. Quiero paz, para mí y los míos. Mis padres se llevan todos los golpes, pues son los únicos que me quieren. Pero mi madre es la que más preocupada está. Dejo de escribir para ambos mundos porque el hecho de escribir es predicar en el desierto helado (repito). Un sur o un norte me esperan ahí afuera. Todo es muy complicado. Nadie dijo que fuese fácil la vida, pero así es. Dejo de ser un cosmonauta, un arlequin, una molestia. Por eso me encierro. Me encierro a cal y canto. Pero sigo siendo un loco que nadie cree. Mi credibilidad es adivinatoria, pues ante la libertad de las personas conmigo descubro su cinismo. Soy un invitado incómodo para unos, y para otros un enfermo. No soy misántropo ni un hikikomori, soy algo que no puede ser. No sé si tengo amigos, pero enemigos unos cuantos. Amigos tengo uno, Herdi. Él es un verdadero amigo aunque no puedo mirarle y tratarle como una persona de su nivel lo merece. Escribiré poemas ocultos, o hablaré de campos de concentración como Paul Celan. No estoy en un campo de concentración pero es un encierro voluntario, porque en la calle los hombres buenos no deben tener miedo de la noche oscura. Y yo no tengo un solo corazón. Tengo para dar y regalar. No creo en la vanidad, pero si creo en el tormento que es la vida. Para ambos mundos, salvo para aquellos libres que se aburren en soledad. ¿De qué sirve la gloria si no has sido verdaderamente feliz? Si quisiera mirar y tener el poder de las rocas. De las rocas milenarias. A veces pienso, ¿porqué he venido a este mundo? Si amo vivir y cada día muere un sol. Es difícil vivir para ambos mundos. Solamente puedo escribir para no acabar loco mentalmente. Pero no quiero ser víctima. Para todos la vida es difícil, para todos, y los ignorantes dan tristeza. Tristeza porque mienten y raras veces dicen una verdad. Soy un cero a la izquierda, no he estudiado, pero conozco los designios de la naturaleza. No voy a suicidarme jamás, porque detrás de un día malo hay siete buenos y si hoy estás triste ya volverá la alegría. La alegría que te traen los demás porque el ser humano es sociable. El ser humano se hace daño en soledad. El miedo es peor que la tristeza, pero cuando se acaba el miedo es cuando vale la pena escribir para ambos mundos. Llega la hora de ser quien debo ser, allí donde vaya siempre seré un solitario, y sé que la muerte tardará en venir. Lo que temo es la muerte de mis padres, son mayores y sagrados para mí. Y mi amigo Herdi, es una bella persona.