Capplannetta y el síntoma nuevo de la autopublicación

Posted on 16:34

 


Cada vez más se empieza a escarbar en el lamentable sentido de no arriesgar a la hora de publicar. El diagnóstico de los libros, sean poesía, narrativa o ensayo es el no-riesgo. Los editores se han pillado los dedos con publicaciones varias, y ahora prefieren no arriesgar, aunque sepan de la calidad literaria del texto. Un buen editor que se precie es aquel que arriesga y toma partido en las necesidades del autor. Pero esto es hoy por hoy un lugar reservado para autores conocidos, o con una gran carrera que los acredita. Cada vez más, están aflorando editoriales de autopublicación. Algunas usan artimañas como la de financiar una tirada de cincuenta u ochenta ejemplares como sí hipócritamente no admitan que eso no es autoedición. Editoriales de gran prestigio han optado por la autoedición. No diré cuales, pero son editoriales famosas en lengua española. Las editoriales que no manejan el cotarro de la edición pagando por parte del autor se financian con publicaciones sobre fútbol, o todo aquello que venda para que el margen al publicar libros de desconocidos sea algo rentable. Sin duda, toman partido en publicar a autores jóvenes y desconocidos, aunque tengan que vender otro tipo de libro más comercial y con una oferta y una demanda accesible para un gran público aficionado. También el hecho de publicar a poetas y escritores consagrados también es una salida para ese tipo de editores. 


En el futuro se autopublicarán los autores. Ya lo están haciendo. Pero se está convirtiendo en un negocio rentable, ya que al usar distintas artimañas de financiación se protegen las espaldas, y al final, no arriesgan por motivos empresariales y de negocio sustancioso. Salvo los editores que vendiendo material de autores consagrados y temáticas deportivas para financiar pocas tiradas de escritores que empiezan, otro tipo de editor crea un tipo de mecanismo mercantil, diciendo que no pagas por publicar pero te tienes que hacer cargo de los gastos de inpresión de un porcentaje de libros, y al final pagas por publicar aunque se diga que se coedita. Es otra martingala que ofrecen los editores que no quieren arriesgar. Efectivamente algunas editoriales se han decantado por la literatura con riesgo, y haciendo hincapié en autoras chicas o mujeres, ya que son éstas las que verdaderamente son fervientes lectoras. O sea, que han visto ahí muestras de un mercado amplio y rentable. Los libros, son eso, un negocio y punto. 

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