Posted on 1:03

Puedo demostrar que la literatura actual es una papiroflexia espontánea que no debemos dejar de reescribirla. O se dice la verdad, aunque sea con pudor, o se prescinde de escribir por escribir. El valor que tienen los libros no podemos dejar de ser mejores lectores prolíficos o con cierta precariedad tal vez, pero el respeto a un libro debe ser igual que el respeto a las palabras, al público que las escucha, hacer las cosas manteniendo el esfuerzo no es la misma cosa que hacerlas con desánimo y frustración. Un libro siempre te estará esperando, al igual que un film o un audio. A ratos se nota la lejanía pero cuando te olvidas que estás solo, piensas siempre en alguien. En alguien para ti muy valioso. Valioso tremendamente sincero. No quiero dar datos sobre esto, pero nunca me traicionan aquellos que no puedo reprocharles nada. A mis padres tampoco. Aunque una madre lo es todo en la vida. Demostrar lo terrible de esta vida mala sí resulta difícil cuando la vida ha sido desorden, pero aparentar orden cuando te has dejado la piel no vale la pena preocuparse de enemigos como testigos de tu rendición. Te criticarán sí o sí. Yo no tengo porqué demostrar nada a nadie. Vivimos en una sociedad de mala televisión, precios al alza y estamos como en el 2008. La especulación sigue haciendo acto de presencia. Y el único consuelo que tenemos los pobres es el amor. El amor materno-filial, un amor que te haya dejado huella. Cuando un amor se acaba es signo de desencanto a lo largo de los años. No creo en el matrimonio. Tampoco en forzar las cosas obligatoriamente por intereses sospechosos ante la gran verdad mimetizada tras el silencio. Un hombre puede ser muchas cosas pero lo que no debe ser jamás es un obligado hombre de abismos o laberínticos síntomas de esclavitud sin fundamento e incomprensión. Se puede crear desde cero, lo que no se puede es crear un libro que se parezca a otros. Un libro debe ser innovador, escrito en prosa y verso si es poesía, o escrito bajo un flujo narrativo que exija cierta connotación de atmósfera, tiempo y frases escuetas. Las frases largas son un galimatías. Se escribe mejor desde la simplicidad. Existen errores imperdonables en la escritura, pero también hay que saber interpretar las lecturas con fino instinto y no confundir al lector. Se debe confiar de la inteligencia y el criterio del lector.

No hay mayor plenitud que satisfacer a tu pareja sexualmente. Si tu pareja tiene más de un orgasmo puedes darte por satisfecho. El sexo oral es usado como arma arrojadiza, pero a mí no me importa lo que opine la gente o cómo lo digiera. Un buen amante tiene su razón de ser en la empatía como vida afectiva y sexual. Tengo tantas ganas de disfrutar de mi sexualidad que ya la disfruto, aunque como los caracoles, hermafroditas, otros lo llamarían onanista. Algún día me volveré a enamorar de la vida y sus placeres sencillos. Tus cosas favoritas. La verdadera razón por la que me masturbo es por pura economía, pero es un acto que no volveré a llevar a cabo. Amor con amor se paga. Esa es una de mis máximas. Yo he perdido en el amor pero sé lo que es querer. Querer de verdad, ser un buen amante no es sólo sexualidad. Es también una manera más de salir de nuestra tediosa rutina. El amor es un bálsamo para la melancolía, para la alegre manera de vivir nuestras legítimas vidas. Como me han querido algunos/as guardan momentos inolvidables. He tenido amigos hombres, aunque soy heterosexual. Pero con las mujeres sí suelo buscar la piedra filosofal que es el amor verdadero y recíproco. Ahora tengo más autoestima, soy hombre en plenitud, y como decía Camarón: —…sin descanso amar… Tengo recuerdos de los que más me valdrá callarme. Existir contiene la fruta del amor, y ante esa fruta se goza con el tacto, el sabor, las miradas, incluso el oído es importante, y cómo no, el olfato. Hay olfatos de gente inolvidable y otros olfatos similares al almizcle animal. Somos animales pensantes y en eso no hay lugar para la muerte. Se apuesta para amar.
Posted on 0:45

Hoy pusieron medalla a una reina que al dejar vacío el podio se manchó el vestido de licra y nylon con el semén de mi diamante rojo. Hoy se manchó de calumnia una mujer que tenía que dar su corazón de oro por billetes arrugados y sudorosos en la inapetencia de quietudes con cerrojos. Hoy se vistió una mancha de suavizante oloroso con perfumado trajín de trapos, banderas y sacos rotos. Hoy en el club de alterne entró un caballero y un mozo y negociaron con doña Isabel la postura y la impostura de un polvo. Vivan las putas del mundo, vivan las que trabajan sobre todo cuando los lupanares oscuros y los besos que son pequeño tesoro. Vivan las cosas sencillas, desconfía de quienes prometen el cómo, viva los que te dan vidilla y los chaperos de los que se habla tan poco. Estoy con el corazón absorto, hiberno en la cueva como un oso, no pretendo sofritos con regusto e insomnio, me gusta disipar dudas sobre las falacias de los matrimonios. Huye de la esclavitud mañanera, del sol y los equinocios, sed leales amigos a este loco, que ni critica ni se come el coco, tan solo trasforma las huellas en los barrizales del estorbo. Un partidazo subrayan los herederos del inmueble repleto de forros y escrotos, sueños con trampantojos, braguetazos de aquellos Manolos de los que niegan la sed y el chocolate del loro. Aparatosos son los desnudos que tienen aquellos fantasmas amos del todo, algún personajillo casposo, y aquellos que despiertos sueñan con la bilis, la pus y en hacerse famosos. Esto es teórica vacua que yo mismo enarbolo, a las palabras no le quito ojo, ni a los placeres pacatos ni a las quimeras del distrito del Soho. Quiero mi corazón azul de un color granate de sangre que escondo en el zoco, ardiendo de mañanas perturbadas y colibríes desnudos desde las entrañas a los ojos. Mi buen abuelo José marchó de este mundo en el año noventa y ocho. Yo soy producto de los setenta y nadie me dió ningún pésame, no, porque soy incoloro, siempre otro, no me conoce el lobo, el ogro y el paraguas roto, se me conoce olor a magnolia hermosa de tus senos redondos. Ni me conoce aquel mundo de solitarios tampoco. Un día me partiré en pedazos, será el último número del gran show del triste Capgrós nascut a Sabadell sin ser cristiano antiguo, sin rehusar lo que me falta en trozos, y es la ventana abierta lo que cubre mi fangal de lodo, y otras cosas que te confiaré cuando encuentre acomodo. Solamente del mundo recogeré el oro que no quisieron otros, y esos otros no son Juanes ni Mohameds, vivo yo con mi sueño que de ira destrozo yo solo. Soy el rey de lo cacofónico, pero estas rimas están fijadas con sangre de cereza y madroño. Es ley que no se respeta. Es robar por vicio caprichoso. Es hacerse el tonto.
Posted on 1:14

La gente habla porque no tiene nada que decirse y se habla de aquellos que no tienen un sentido muy afinado. Si no hablara la gente, ¿de qué iban a hablar? Si mirarse les duele y se sientes como niños perdidos en el relente del silencio. La gente vive tranquilamente la vida de los demás. Se compadecen, se persignan, se lamentan, se quieren de cien maneras distintas. No quiero ser sacerdote de la moral de los otros. No pretendo tener prejuicio sin antes saber qué les llama la atención de una persona que no puede replicarles. ¿Acaso dejaron de ser valientes ante el miedo de entreguerras y sinsabores escogidos como el que azarosamente da con una almendra amarga? La gente se disculpa, la gente se entienden bien entre ellos, están con la calma de un calor serenado por la soflama del equilibrio importante que yo quisiera para mí. Y no lamento su vida, porque les entiendo. Les entiendo tanto que me siento montado en sus coches como un pasajero más. No quiero ser un dedo acusatorio. Tengo mi entraña en la de ellos cosida por un hilo de sutura. Tengo una cicatriz en mi frente desde que huía de las preocupaciones de mis padres y hermanos. Estoy desenredado de cariño y calor humano. Solo me queda respirar el mismo oxígeno, y pensar en que Adán como primer hombre no tuvo a nadie a quien juzgar. Soy la desilusión de los hombres corrientes. El canto con el que se dan en los dientes los hombres que se tropiezan. Soy testigo ciego de que un mundo es diferente pero yo no tengo cómo hablar de ese mundo. Porque no puedo. No puedo porque me duele lo escrito al releerlo por segunda vez. Soy un cero a la izquierda y no creo en las batallas de la voz que regresa.
Posted on 2:10

Si tú crees que eres un inútil ahora puedes aprovecharlo, ten calma y paciencia, el algoritmo te dará aquello que no necesitas. Pero tú creerás ciegamente que lo necesitas. Si lo que quieres es ser un buen músico, un poeta o un fotógrafo ahora puedes proclamarte como artista. La vida pasa mientras que cuando tenías las manos sucias tocabas la abundante vainilla de los helados con bizcochuelo de cucurucho. Comías con esas manos palomitas de maíz y te chupabas los dedos. Estabas inmunizado al veneno, al amoniaco, y al salfuman. La Navidad llegaba con sus luces de colores, y en noviembre ya llevabas abrigo. A casa, de vuelta a casa, ya pasaron los Reyes Magos y la ilusión era una schweppes de limón. Burbujeante, efervescente y en ella ocultabas un mal recuerdo. La verdadera libertad era el huerto de mi padre. A mi padre se le ocurrió la idea. Juntó una cuadrilla de hombres y se pusieron a limpiar aquel fangoso trozo de tierra. Quedó como una huerta con acequias de regadío. Era perfecto. Mi padre iba vendiendo trozos de huerto pues era tierra fértil y nunca optaron por el barbecho. Mi pregunta es la siguiente: —¿hubiera podido realizar esa ardua tarea la Inteligencia Artificial de los robots, de las máquinas con programación numérica, hubieran podido? La respuesta es No. Pero un No tajante. Pasa la vida y pasa la gloria, y ves que de tu obra no queda ni la memoria. Aquellos hombres, murcianos, castellanomanchegos y andaluces lograron la proeza del cultivo en tierra fértil. Sólo temían las heladas del invierno. Yo comía habas crudas y era feliz. Mi campana de cristal era un secreto que yo mismo desconocía. Una vez me traje a casa un nido de arañas en los calcetines enganchado. Me picaron avispas. En la acequia principal, la que abastecía a todo los huertos de la explanada, jugábamos mi hermano y yo con barquillos de caña verde. Cañas que servían de lindes y estaban próximas al riachuelo. El agua era abundante. Me acuerdo que mi padre compraba estiércol de caballo. Allí, en esos momentos, yo era un salvaje y era el niño màs libre de la tierra. Recuerdo a mi tío Manolo, a mi otro tío Pepe, a los hermanos manchegos, y los naipes mal impresos. Esa era mi infancia. Un huerto con un sistema de regadío que parecía una voluntad de agua. El misterio de la siembra y el milagro de la cosecha. Yo era una personita pícara que ni pensaba ni intuía, solamente jugaba como en un recreo de campesinos de fines de semana y los días corrientes trabajaban el metal. La siderúrgica manera entre el hierro colado y el cobre, entre los cañaverales y las acequias. La prisa vegetal de los domingos. No era una vida ostentosa. Mi padre siempre fue humilde. Una cuadrilla de hombres trabajaban la tierra, ponían trampas para los que se comían el grano, eran hombres que empezaban a respirar en la transición. Eran hombres sin infancia reconocida y reconocible. Eran jornaleros desde niños pequeños.
Posted on 0:21
ELEGÍA EN PROSA PARA DANIEL JONHSTON
Dan; las tardes y las noches, que has pasado creando música soñando con los nueve custodios de tu número sagrado son en balde. Olvida New York. Ya se acabaron para ti los kilogramos, ahora son libras que ganaste encima de un escenario sin llegar a haber sido libre, es por el miligramo del blíster que ejecuta el sobrepeso a su capricho, o con la voluntad del enfermo de la mente, no sueñas con éxito, aunque tu éxito sea como músico de culto. Se necesitan muchos dedos para tapar el líquido de los coladores agujereados. Un buen colador es el que retiene la zurrapa del café, la flema del caldo de pollo, la sangre coagulada de las morcillas hechas en la cruda sangre de los desangrados cerdos. La emancipación de la route 66 no es el mismo paseo que diste de cara a la muerte con tu padre en caída libre. Te salvaste tú y se salvó él. El señor hizo su acto presencia. Dan, cuéntame otra vez la historia de un artista, tu historia, tu trasiego por el paseo de la fama donde tú no estás. Quiero llorar de honor y orgullo por tu virtud que canta con una guitarra cochambrosa. Perdiste el apetito, pero te saciabas tantas veces de alimento que te cerraron las puertas del sexo, del amor, del deseo onírico. Una multitud asiste a tu concierto último o penúltimo, vienen a verte a ti. A Daniel Jonhston. El músico del que todo el mundo habla. Texas te recuerda todavía feliz y adolescente. Te recuerdan delgado y en gracia de vademécum está tu sombra obesa vacía de patria. El hogar de los valientes, la patria de los justos. No eras Jimmy Hendrix pero te faltaban las ganas de serlo.


Yo no me considero poeta, un buen poeta es aquel que hace y crea imágenes a través de la palabra. No soy un poeta porque me tachan de radical y me tachan de que escribo poemas rimados. Dicen que son cacofonías. No me interesa lo mås mínimo lo que piensen. Hay poetas que escriben narrativa, y novelistas que escriben poemas. La poesía está de nuestro lado. Sentada junto a nosotros y cuando ella lo quiere aflora como una amapola entre espigas de trigo. Porque ser poeta implica estar solo. Y no solamente para leer, sino para acercarse a la poesía y entregarse por entero a ella. —A cualquier cosa llaman poeta; yo no estoy de acuerdo. La poesía es patrimonio de la humanidad. Por usar una metáfora o un verso de un poeta conocido no se puede acusar a nadie de ser epígono. Las palabras no tienen dueño. Las palabras son la verbigracia eterna de los que saben moldear su arcilla. Un poeta debe ser humilde, debe ser perfeccionista, debe no pretender ser un poeta ante un público selecto, porque la poesía, la buena, carece de elitismo. Tantas veces me han tildado y etiquetado frente mis propias palabras que he llegado a plantearme dejar la poesía para siempre. Pero a mí la poesía me ha salvado la vida, y me ha apartado de la reclusión, me ha hecho mejor persona. No me considero poeta pero me considero digno ante las fieles palabras. Ahora no fumo, ni bebo, aunque sí voy con mujeres, por eso me han confundido con otro tipo de hombre. Yo soy fiel a mis parejas, no soy vengativo. Pero me voy sin hacer ruido. No me planteo mi vida sin poesía. Mi poesía es una cicatriz que perdura mientras yo perdure. No tengo descendencia pero tampoco creo llegar a grandes propósitos de éxito y aires de grandeza. No seré académico, no seré epígono, aunque odie el plagio. Pero lo que más me importa es resolver una paz en armonía con la gente que discrepé en su momento. De los poetas no he aprendido cosas vergonzosas, al contrario, me han dado la capacidad de tener mi propia voz. Crápulas hay en cada familia uno. Yo soy un cuadro daleao’ pero de quién más aprendo es de mi amigo vasco. Su pudor y su pulcritud a la hora de escribir se la debe a la lectura voraz.

Estoy desangrándome por dentro. Gota a gota se me va, se me va el pulso, se me va. Desnudo me convierto en azul pero sin ser príncipe de ningún cuento de hadas. Soy hemoglobinamente anémico. Sufro la diarrea del café. Ante ti tiemblo de desangelada calma. Hoy decía un fake News que los proxenetas estaban en sus mansiones con grifería de oro, y no, nadie los movía de la tranquilidad de los jardines y los laberintos de cipreses. El verano se despegará de la primavera, y el calor hará estragos en los soñantes con fiebre permanente. Estoy desangrándome por dentro. Me estoy quedando sin grupo sanguíneo, me abandona hasta la sangre, la mía, la que heredé del chimpancé, del genoma humano, del eslabón perdido, de la huella seca, del homo sapiens extinto. El transhumanismo está avanzando para la masturbación con IA. Con ADN. Con el Internet de las cosas. Con los locos de la vida. Una voluntad sexualmente creativa es gozar de tus zonas erógenas que sólo conoces tú a solas. Y te llevarán con prisa hacia el orgasmo intenso. Y perderás la cabeza bajo los albicelestes cielos que reincorporan a la mañana de su asesinato diario. Un prejuicio es lamentar aquello que una vez se fue. Desperezarse bajo la sombra del ruido, mientras a las cinco tomamos café. Me estoy desangrando por dentro. De dolor nocivo es mi algoritmo suculento. De pereza que engorda es la espina de rosa del frecuente retiro del viejo y el esperado día señalado del joven risueño. Nunca supe porqué me tocó a mí el pálpito de luz y el bocado indigesto ante el sí y el no. Quisiera volver a mirarte, como lo hice antaño. Tranquilo, no me hiciste daño. Tan solo cambié de rastro y se camuflaron relojes de arena en el desierto yermo. Me estoy desangrando por dentro. Por defunción cierro.

Te llamaban Soledad aunque siempre estuvieras rodeada de gente. Y en realidad sufrías en soledad, esa soledad que te rememoraba el amor de un hombre corriente. Hay filósofos como Nietzsche o Cioran que reivindican la soledad como un paraíso y se equivocan, hay que leer las biografías de ambos y comprobar cómo acabaron. Aunque fuesen inteligentes. Por eso creo que ahora está tan en boga el estoicismo. Una de las cosas más bellas de la vida es la amistad. Pero aunque no todos podamos afrontarla como nos gustaría, tener un amigo, o varios amigos, es una dicha. Yo tengo buenos amigos. Tanto de la adolescencia y como en edad adulta. Pero mi soledad no es como la de Cioran o Nietzsche. Mi soledad es cuestión de tratar de no molestar, no me gusta dar la brasa, pero lo más grande en la vida es dar la vida por un amigo. O si no dar la vida al menos ayudarlo con una nueva alegría. Con tu alegría. Y no complicarse la vida. La vida es vida en momentos varios. Por ejemplo, cuando te ríes rememorando con tus amigos. Yo tengo amigos que no olvidaré. Y todo porque cuando yo era custodio del sol, de mi enorme sol, ellos siempre estuvieron para mí. Incluso tuve muchos amigos. Ni un solo verso vale más que un buen amigo. Daría muchos versos a cambio de buenos amigos. Dar, siempre dar, y rodar como piedra que no cría moho. Que es otra manera de estar vivo. Una amistad es para siempre si estás a la altura de ser verdaderamente un amigo, aunque yo tenga mis puntos flacos, mis debilidades, mis ideas equivocadas. Las personas necesitamos compañía. Buenos amigos, beber (o no) y comer bien (siempre). Es un derecho que deberíamos aplicarnos unos más que otros. Por ejemplo yo mismo.

Aquí abajo de mi casa hay una magnífica biblioteca. Pero yo prefiero la biblioteca virtual. Puedes leer con más tranquilidad y no ir con prisas. Entre escritores y libreros hay una cierta complicidad que los define. Unos como creadores de la palabra escrita y los otros como vendedores de la letra impresa. Lo indignante es que los derechos de autor sean poco respetados por la mayoría de manera insustancial como el que adquiere gratuitamente. Escribir un libro es una tarea difícil. Decía Roberto Bolaño que cada lector tiene la librería que merece. En Internet hay infinidad de libros que los derechos han pasado a dominio público por longevidad, pero también hay muchos con los derechos de autor todavía vigentes. Esto ocurre con frecuencia en los libros electrónicos. Yo soy socio de CEDRO y me resulta importante que se respeten los derechos de autor del que elabora un trabajo, también desprecio el plagio. Los editores independientes son más valientes a la hora de arriesgarse que las grandes editoriales. Hay quienes opinan que el futuro de la palabra impresa pasará por el filtro de la autopublicación. Y puede que tengan razón. De lo que estoy seguro es que siempre existirán libreros y bibliotecarios. Los libros en papel no dejarán de existir. Son un invento magnífico. Hay mucha gente involucrada en el mérito editorial, algunos para publicar a escritores desconocidos tienen que invertir en libros amarillistas o de fútbol. Un buen libro es el que te habla a ti solo en voz baja. Si no te gusta la música, la lectura y la escritura, y también el cine, seguramente carecerás de gusto por otros placeres sencillos que tiene la vida. Los libros piratas son un delito, pero hay un mundo paralelo con ajuste de cuentas frente al despecho por envidia.
Posted on 0:05

Una de las cosas que llaman la atención de mis amigos es el cambio tan radicalmente brusco con respecto a mis dos personalidades en ese mismo yo, que es con el que ellos suelen tratar. Por ejemplo, puedo ser extrovertido, veloz como el viento y con una empatía natural que me hace divertido y alejado de toda apatía, y sin embargo, puedo ser justamente lo contrario, del todo tedioso en mi comportamiento social, de cualquier forma que denota cierta depresión enfermizamente aburrida, psicológicamente lenta y espesa. Tan espesa como el chocolate que venden junto a los churros. O la miel espesa en un panal. Soy dos personas en una. Soy las dos caras de una misma moneda. Puedo ser obligatoriamente divertido, agradable, afable, simpático y con una energía y unos ánimos sorprendentes. Pero luego está mi lado oscuro. Mi sombra sin límites, mi pesadez de conciencia, mi dinámica de tortuga que desconoce el lugar donde enterró sus huevos. Un pelícano perdido en un abismo repleto de guano. Un enfermo en baja forma y un peligro para la calma de algunas personas. A veces creo ser un duplicado de mí mismo, por un lado bien trabajado, preciso, coherente y gran conversador, animado, elocuente, ocurrente, vivaz e inspirador. Por otro lado puedo ser lento, obtuso, confuso, tozudamente equivocado, malhumorado, diletante, acuciante, medroso y un cero a la izquierda. Puedo ser dos polos opuestos. Tengo dos controversias en una sola persona. Que se equivoquen conmigo me afecta. Pero lo que más me afecta es que me vean como a dos personas, la una distinta de la otra. Soy la misma persona. Lo que de verdad ocurre, que a veces no está el horno para bollos. Un regalo sería mi yo extrovertido y dinámicamente locuaz, lo contrario, es un sambenito que jamás soporto.
Posted on 8:40

Echo de menos la voz enlatada de las máquinas de tabaco en las gasolineras. Ellas me decían lo que dicen todas. Su tabaco, gracias. Yo le contestaba: —de nada. Fumar un cigarrillo, solo uno. Para disipar la fiebre, para reencontrarme con el humo azulado de un cigarrillo. Cuando llega la hora de los reproches me vienen unas ganas locas de fumar un cigarrillo. Tan solo uno. Con uno me conformo. El momento de los reproches es una incontinencia de sentimientos que hay que dar salida como una necesidad para el consuelo. Un pájaro negro vuela desde mi mirada. Agazapado está en el bosque de mi locura. No quiero hacer de esto una terrible tragedia. Pero un cigarrillo, por el amor De Dios. Eso no se le niega a nadie. Ya sé que es vicio que persiste entre calenturas y sudores fríos como la escarcha. Mi tabaco no será una manía más de la que escapar. El tabaco es muy difícil de dejarlo. Hay momentos que lo pasas realmente mal. Por ejemplo cuando despiertas del sueño, incluso cuando duermes te acuerdas del tabaco. Luego está el momento de después de comer, y también de cenar, siempre aparece las ansias por un cigarrillo. Pero hay que resistir aunque sufras.

Por amor, amor verdadero, a la lírica de las piedras inmutables. Por amor, por amor exclusivo, a la química de imágenes ante unos versos. Por amor, por puro amor, he pagado un precio porque el crimen no compensa. Por amor, por el amor que profeso, por esa cantidad de palabras que aglutiné como un ingenuo. Por amor a la poesía he derrochado la confianza incondicional de mis buenos padres, tanto de mamá y de papá. Por amor a entablar un diálogo corporal con leal bolsillo vacío de los poetas radicales. ¡Cuántas perras gordas y cuántas perras chicas me sacaron con astucia! Desde el incesante prometo mientras te la meto, desde hasta el tragapelo abandonado hasta el escarmentado negociante. Desde el editor de nepotista orgullo al consejero de cultura, desde el poeta paticorto hasta el concursante en el hipódromo. Por amor a la poesía he arañado a la luna sus blancos deseos de brillar en las madrugadas de insomnio. La poesía. Que me hablen a mí de poesía, de poetas y editores. Que me digan que no media el dinero antes que la palabra. La palabrería antes que el altruismo. Que me digan a mí lo que es sacrificio. Que me cuenten de la verborrea de los sinvergüenzas. Que me llamen impostor, mal poeta o enajenado. Que me llamen triste, poeta estéril y que me llamen cacofónico. Que destripen mis poemas, que hagan poliéster con el hilo negro de mis versos viejos. Enfrentarme a los consejos certeros de mi padre. Comer del cocido andaluz con hierbabuena de mi bendita madre. Mantener tantos secretos que con el tiempo se abren. Lamentar el dinero entregado a porrillo por publicar, sí señores, por eso que avergüenzan a los poetas, a los pobres poetas como yo, sin pena y sin gloria. Que me engañen unas cuantas veces. Este es mi homenaje al día mundial de la farsa poética. La camisa blanca de los vividores, de los que vuelven a las andadas, de los que parafrasean la vacuidad del silencio de la adolescencia ciega. Hay millones de amigos esperando tus versos para partirse de la risa mientras te llaman unos cobarde y otros marica. Existen eminentes ganas de decir la verdad, aunque proliferen los enemigos. Pero por todo eso que he aprendido desde el 21 de marzo al 23 de abril nadie habla con la dignidad de acero ni con el cimbreo de la cuerda de cobre de una falseta. Apoltronarse en las postrimerías de la flamencología me hizo decantarme por un vicio mal pagado pero puro, sincero, sin ambición material. Seguimos escribiendo aunque me lama las heridas yo solo como un perro. Me azotarán los astros azules a lo lejos. He aprendido, sí, papá, que nadie hace nada gratis. Tantas veces me lo has dicho que la verdad se repite pero no ha querido saber nada de ella mi conciencia. Mentira debe ser aquel y aquello que prometo la aurora acolchada de un mal sueño. Los peligros de las rosas que sin espinas no son rosas.

De un tiempo hasta acá tengo demasiado miedo escénico para los recitales de poesía. Comprendo esa gente que presenta libros, que acude a recitales poéticos, a clubs de lectura, a actos sociales y etcétera. Yo no me prodigo demasiado por los cenáculos y las entregas de premios. Tengo miedo escénico. También tengo una ética, y esa es la de no hacer presentaciones, y no porque no lo desee, además de miedo escénico no quiero poner a nadie en compromiso, y menos a la gente que quiero. La literatura hoy en día está viviendo un buen momento, al menos en España. Mi miedo escénico no es misantropía, es un profundo sentido del ridículo que he ido acrecentando con los años. No pienso vender muchos libros si no hago presentación, pero me da lo mismo. No quiero hacerme rico, pero tampoco soy demasiado vanidoso. Un poco, sí, pero lo suficiente. Como cualquiera. Mi sentido del ridículo es tan absurdo que me recuerda a la novela de Frank Kafka (La Metamorfosis). Sin duda es una obra maestra. Un día desperté convertido en un insecto repugnante. Las personas que mimetizamos nuestra naturaleza somos verdaderos héroes. Y está mal que yo lo diga. Pero la diferencia entre una extraña criatura y un insecto repugnante son dos formas de vivir la misma imagen con ópticas distintas. No pretendo dar el coñazo pero es importante recalcar que la literatura es una afición o profesión de riesgo al hacer el ridículo. Se debe escribir cuando tengamos la idea anticipada para contar algo con un comienzo y un final concreto. Si escribes y no te prodigas por cenáculos y fiestas de alto copete te dirán outsider y pueden tener razón, también pueden etiquetarte como Loser, pero eso le ocurre a casi toda la gente. Es parte de la vida. Esa vida que fluye cuando escribes con humildad.

Me tranquiliza tanto que seamos una supernova ínfima en el espacio, que no tienen valor para mí las malas conductas ni las soberbias. En el Rubaiyat se dice “…El vasto mundo: un grano de polvo en el espacio, la vana ciencia del hombre: palabras; los pueblos, los animales y las flores de los siete climas son sombras de la nada…”. En esos versos de Omar Khayyam se simplifica lo que es el mundo. Esto debería hacernos pensar para preguntarnos nuestro paso por este mundo. El gran poeta persa da unas nociones a todo aquel que piense que es amo del mundo. El mundo es un préstamo. Tiene que cuidarse para nuestros descendientes. Seamos más buenos unos con otros. Que el mundo es una minucia. Que no es para tanto rencor, inquina y la prepotencia. Seamos diferentes pero iguales. Iguales pero consecuentes. Consecuentes y sensatos. Somos nimiedades insignificantes para tanto odio, tanta maldad y crueldad. Abramos el corazón antes que el drama de vivir. Debemos de ser mejores personas. Lamentar lo que llevamos a rastras como un lastre. Ser esencialmente nada, cero, vacuidad en la vía láctea. Esa bola azul debe restaurarse como un cuadro valioso.
Posted on 1:51

El mal aliento es tan fiel que hace acto de presencia cuando comes carne, cuando bebes güisqui, bourbon o fumas tabaco negro, también rubio. El mal aliento en las distancias cortas es cuando hace su aparente presencia molesta. El mal aliento persiste cuando te levantas después de haber dormido, si no te lavas los dientes, la halitosis es tan obstinada que te persigue en las borracheras, en la drogadicción, tras la siesta y en la carne blanca huele distinto el mal aliento que al comer carnes rojas. Ser vegano también causa mal aliento. Todo lo que tenga que ver con el hecho de alimentarse crea mal aliento. Hay gente que se tapa la boca, las medicinas también causan mal aliento. El mal aliento es tan fidedigno que todos tenemos, unos más y otros menos un aliento bueno cuando tenemos limpia la boca, y pésimo cuando nos levantamos. Los leones, los lobos, las hienas y los perros tienen halitosis extrema. Existe un vínculo entre el mal aliento de persona aseada y que se lava los dientes y la halitosis producida por la farmacopea, aunque el mal aliento más numeroso sea el olor a caca. Es tan estúpido culpar o delatar a alguien que le huele el aliento, que es una persona que no asume su autoengaño a sí misma. Perfumarte el aliento es primordial cuando se pretende echar un polvo. Pero repele a todo aquel que no mantenga una distancia de seguridad a prueba de malos olores sobre todo en las distancias cortas. El mal aliento acompleja, ridiculiza, y crea rechazo. También se da en casos de coprofagia y comer marisco enlatado. El mal aliento, ni aunque te laves la boca después de comer, hace siempre acto de presencia ya que las personas nos declaramos animales pensantes. Pueden utilizarlo en tu contra como arma arrojadiza. El mal aliento proviene de la lengua. Creer que el mal aliento es por el estómago o las tripas que almacenan los restos fecales es un error. El mal aliento es tan pertinaz, tan molesto y tan normal que mienten ese tipo de gente que ostenta con tener aliento de menta fresca. Porque cuando te lavas los dientes y te los enjuagas con enjuage sí que huele a menta fresca. Pero se evapora ya que la saliva también segrega toxicidades y putrefacción. Decir que no te huele el aliento alguna vez en la vida es tan falso como decir que microorganismos, carnes y bebidas alcohólicas junto con el tabaco hacen rehuir a los besos en la boca. Un buen aliento a muchos les obsesiona. Y un mal aliento los acobarda. El mal aliento es la solitaria sombra de la alimentación. El sexo sin ser animal no es sexo sin bajos instintos que delatan un aliento maloliente. Pero lo mejor es el enjuage vocal. A lo largo de la vida todos visitamos el mal aliento más de una vez. El mal aliento es la causa de divorcios y uno de los reproches para que un matrimonio duerma en camas separadas. Demasiadamente humano. Demasiadamente animal.
Posted on 0:03
La tradición cristiano-católica es costumbrista en crear santos, patriarcas y apóstoles en cada ciudad que los haga seguidores fieles creyentes y donde tengan adeptos estrictamente religiosos. El día del padre es el 19 de marzo debido a que el padre de Jesús era San José, pero al ser María sin pecado concebida, quedó ya fijado que San José fuese “padre putativo” del hijo de María. Por eso lo de Pepe a la hora de llamar a un José. Porque son las iniciales de “padre putativo”, al igual que los Franciscos son Paco por San Francisco de Asís que era el fundador de la orden franciscana también conocida como Pater Comunitas. Que en castellano es “padre de la comunidad”. Hoy día diecinueve celebramos el día del padre y el día de todos los Josés.
Verdaderamente es un imposible que una mujer se quede embarazada sin haber sembrado la simiente. Pero las tradiciones tienen misticismo y mucho de leyenda mitológica. Las leyendas en pos de la cristiandad en los países católicos son muy tradicionalistas y guardan todas una relación en torno al hijo De Dios en la Tierra. Que fue Jesús de Nazaret. Para el que sea creyente mañana es domingo festivo en la comunidad valenciana y en Madrid. Así que toca ir a misa. Los 19 de marzo son el preámbulo habitual de que comienza la primavera, con días de lluvia u otros días soleados. Disfruten del domingo. El domingo de los San Josés.
Para este día tan memorable les recomiendo buen cine de José Luis Cuerda. Así en el cielo como en la tierra, toda una alegoría en clave de humor de lo que es el cristianismo. Tiene un reparto excelente, y no podría ser de otra manera que Dios fuese Fernando Fernán Gómez.

Sin mí tú vives en la gloria. Estoy cansado, muy cansado. La vida pasa deprisa ante mis narices. Ya no me besa nadie. Me disgrego porque en una habitación veo un mundo paralelo al ecosistema de las plazas públicas. De las palomas y las cotorras no se habla en mi zona común. Estoy tras el equilibrio dándole la total espalda. He difuminado paisajes de otoño y primavera para estar de acuerdo con el templadísimo clima ámbar. Muchos eliminan toxinas en las saunas. Yo las elimino mediante las palabras. Pues escribo y escribo, pero nadie quiere el despellejado tronco de mi realidad. Me llaman algunos tóxico, otros inmaduro y otros ya ni os cuento. Las cosas que se hacen por azar pertenecen al Dios de los malabarismos. Tantas toxinas he derrochado por amor que ahora no tengo ni calorías. Hubo un tiempo en el que me introduje en el lumpen. Allí aprendí a ser desconfiado como un Oliver Twist a la merchera. Las toxinas son tan pocas ya en mis adentros que no creo que se hayan ido a base de ocultarme en un hogar de metacrilato. Siempre me fío de los desconocidos. ¿Qué haría yo sin flamenco? ¿Sin cualquier música como mejor amiga especial? He visto encerrados locos precoces que se amamantaron del calostro. Yo no quiero esta realidad tan estresante. Yo quiero la alegría de la melodía convertida en risa. Escapar juntos en la noche sin estrellas. No quiero ver tus ojos de miel entristecidos por un provinciano hombre que se cree que las mujeres fáciles vienen del extranjero. Algunos tuvieron mujer fácilmente porque tenían dinero, solamente eso. Hay hombres que se casan por las tardes con Teresas y por la noche buscan Salomés de pieles blancas como lunas repletas de luz. Pero las mañanas de las Soledades están esperando autobuses y trenes con el miedo granate de la sangre fría coagulada. Lucha el firmamento contra la decadente tierra que nos presta su espacio. Una plegaria reza al que llaman hipócrita, pero otros son pisados y esclavos del sonido de afuera donde no suena dentro el poeta ciego de paz y pequeña guerra plomiza. El origen del mundo está ofreciendo un gran sol y no le damos importancia. Imaginad una noche eterna. Y entonces, cuando os deis cuenta de que sin ese astro amarillo no se puede vivir, habréis empezado a entender la verdad que aún niegan amos del mundo. ¿A qué viene eso de llamarme pusilánime, mantenido y sin la costumbre de la soledad? Yo lo que de verdad siento es asco al verte besar al repugnante hombre de las barbas tricolores. No me asusta verme solo, si hubiera nacido mujer me llamaría Soledad. Porque estando solo tengo la compañía silenciosa del Dios justo. No busco una media naranja, no busco mi otra mitad, al final del destino somos tal para cual. Los trastornos de mi corazón a mi mente se los debo. Así, de esta manera, no puedo mantenerme en este calabozo por mucho tiempo más.
Posted on 9:11

Hay tanta gente con miedo en el mundo que podríamos decir que el miedo es un problema universal. ¿Por qué ocurren las circunstancias para que tengamos miedo? Yo creo que han puesto mucho empeño en ello. No puedo someter ni culpar a nadie. Porque el miedo es la realidad que imaginamos como real, y es tan distinta de lo que ocurre realmente, que nos provoca un miedo que proviene de la nada, del sinsentido absoluto. Por eso es tan absurda. El miedo puede venirnos por distintas vías, pero la que más representa al miedo por antonomasia es la imaginación. El miedo provoca tensión, ansiedad y una psicosis que nos hace prisioneros de nosotros mismos. Ha habido gente que me ha aconsejado no tener miedo, pero el miedo es colectivo, no soy ni el último ni el primero que lo padece. El miedo a veces es nocturno. Tantas veces te amarra en la noche que parece que vaya al unísono con la tediosa manera que asimilamos la vida. No hay un miedo verdadero, tan sólo el miedo a la muerte tiene su verdadera importancia y es verídico. Lo casual linda con el miedo. A veces parece que el tiempo avance al mismo paso que nuestra propia conciencia. La conciencia es la parte más acuciante del miedo. La conciencia de tener de lo demás conciencia crea fantasmas y monstruos imposibles. La muerte es miedo, pero el miedo no es muerte. Es cautiverio. Aquel que te cause miedo puede controlar el pulso vital del subconsciente. El pulso de la vida cambia de ritmo y hasta la manera de respirar. El miedo es parte de nuestra prehistoria. Cuando desterraban a algún integrante de la manada de personas estos sabían que era una muerte segura, pues carecían del apoyo de la tribu. El miedo más importante en nuestra vida no existe.
Posted on 9:03

Esa pregunta me la hago todos los días. ¿Sirve para algo la poesía? Yo me encuentro en el lugar de la poesía mala. Considero que no merece la pena tanta impostura, tanto exponerse, tanto exhibicionismo. Al final tú eres la única víctima del escarnio. Del oprobio redundante en el que sueles caer constantemente. ¿A quién cura la poesía buena? Ya no hablamos de la mala. Pero yo creo que escribir es algo serio. A veces caes en un ridículo espantoso. O pecas de cursilería o padeces de egocentrismo, otras te haces la víctima y otras es para avergonzarse. La poesía es un material altamente corrosivo y al mismo tiempo tan duro como el acero. La lenta combustión de un poema no equipara tanto esfuerzo derramado. Debo dejar de escribir. Mantenerme solamente como lector expectante. Seguir a algún poeta de culto, poetas buenos. No como yo. Un poeta bueno es aquel que mantiene un diálogo coherente con cualquier tipo de lector. La poesía que transpira y respira. La poesía viva. Y ésta sólo es posible cuando ella te llama. Cuando te llama la poesía todo está justificado. Hasta la grosería y la insolencia. Yo, como poeta malo, no me da vergüenza admitirlo, no pretendo ser laureado, premiado ni agasajado. Escribo por evasión. Malamente. Con respecto a otros poetas que leo yo no soy el que suele hacer sombra a ningún poeta. Ni tampoco lo pretendo. Mi humildad no es falsa. Soy consecuente. ¿Para qué sirve la poesía? Yo creo que sirve para evocar mediante la palabra, la imagen o la metáfora una ilusión dentro del imaginario personal. Intuimos que hay algo que nos llama y nos invita a imaginar, pero somos soñadores natos los poetas. Yo ya es que no evoco ninguna imagen. Tan sólo suscribo.
Posted on 0:10

Yo no pido consuelo ni que asientes con la cabeza, tampoco pido una limosna de amor, echar un polvo cada día, o tres veces por semana. Yo lo que necesito es paz. Que nada ni nadie me corrompa la calma. Conseguir por ejemplo, dejar de ser un pelele manteado. Un monigote arrumbado, un enemigo del silencio. Quiero yo vivir en paz. Con nada que decir ya. Por mucho que me empeñe en estas palabras, por mucho que me esfuerce, por mucho que me calle o diga lo que no se debe decir. Es todo tan lamentable, que estoy harto de repetirme el perdón. Un perdón que me recula y vuelvo otra vez a la lona, y todo se desmorona, se desmorona, todo el amor se acaba. ¿Porqué tengo yo que suplicar compañía si me han aborrecido aquellos que ya no son ellos mismos? Ni yo tampoco. ¿Dónde dejé mi pureza del alma y mi corazón asustado ahora? ¿Qué tengo que hacer para encontrar la paz, esa paz que se me niega? Es nefasta la envidia, el reproche que se hunde, el suspiro calentorro, el subyugante momento. Es todo tan complicado que parece la vida una broma. Si nacemos y cuando nos cortan el cordón umbilical somos ya carne destinada a la soledad. Más abstinencia has aguantado con piltrafas y mamarrachos, y no te dije nunca nada. Es como si maldecieran mi estrella, que es totalmente fugaz. Te hago concesiones que no mereces. Viertes contra mí la rabia desatada. No quiero ni recordar al niño que fui porque me da pena cómo ha acabado. Ha acabado como un sueño placentero y de pronto suena el despertador, te resistes a despertarte, pero la realidad diluye el sueño tan gozoso que parece mentira tanta realidad putrefacta. Tanta fermentada mañana. ¿Tanto he cambiado que ya no te alegra verme? ¿Qué tanto he cambiado que ya no me encuentras? ¿Por qué he cambiado tanto si sigo siendo la misma inocencia con un grado más de locura o de cordura? Yo te conozco a ti y no me conoces tú, ¿o es que me conoces demasiado? Ni tan viejo ni tan niño soy el mismo hombre que se cruza en los lugares. ¿Dónde estaré marcado que ya oigo sorda la ceguera de mi mirada? ¿Qué principio es el mundo si todo fenece con la ayuda de las auroras? ¿Dónde estoy yo ahora?

Escribimos poesía porque somos conspiradores de las palabras. Somos los saboteadores de los déspotas y de los malvados. Los locos nos marchamos cada uno por su sitio en busca de un pájaro que nos vuele en el alma. Conspiramos con la palabra porque sólo tienen la razón de la inocencia. La inocencia que no podemos perder, porque la necesitamos para soñar como niños en los vestigios de una mamífera quimera sagrada. Somos principio, y cuando asaltamos a la noche a ella no le importa porque es toda obscura y enorme, abismal, e íntegra, visceral y desangrada. Los poetas acabamos con la poesía entre emoción y sorpresa, porque seguimos y continuamos siendo niños que se afeitan y se irritan el instinto, la hemorragia va camino del coágulo, y cuando la sangre deja de ser líquida es forma de lapidaria presencia. Se hacen bicarbonato las palabras sucias de lamento, de realidad vertical, del latido que subyace vacío de efímero pasado mañana. Porque ¿tenemos que lamentar tanto, tanto y tanto los poetas? ¿Por qué tanto discurso estéril del que remitimos la idea. Lamentamos con las palabras las leguas y leguas que caminamos sin darnos cuenta. Nos acomodamos al olvido después de acordarse de nosotros la muerte que nos borra el pulso, que nos cincela el nombre y el apellido y dos fechas que son intervalo que aspira e inspira. Tantas veces he pecado que no soy nadie sin mi ADN que me aproxima a toda mi identidad. Mi identidad hecha pedazos, añicos de parentesco, porque no soy el óxido anaranjado de la fecha de la cita con la conspiración en secreto de las palabras burbujeantes. Estoy debajo de los muros de mi derrota, no soy un ganador aunque sea dueño de mí sí y de mi no. Creo que voy a perder la cabeza ocho veces al día. Soy la abnegada devoción devastada. Soy el único ser que es todos los seres porque la empatía se lo permite.
Posted on 0:06

A veces es necesario mentir, no pretendiendo mentir por mentir, sino para sobrevivir. Se miente para sobrevivir, porque, al fin, hay que de la verdad prescindir. Se miente llenando una sustancia vacua subyacente. Se miente para vivir, porque es difícil admitir cuestiones que no se deben decir. Mentir, mentir y mentir. Para dar y repartir. La verdad es una vaca flaca o un conejo que de una chistera se saca, ya que todo en esta vida consiste en mentir, para sobrevivir, para no sufrir, para no sucumbir. La vida es magia y mentira. Se debe del todo admitir, que esta vida sin mentira sería una sopa que se nos enfría, un fuego fatuo que se nos apaga y expira, un huevo de pato en un acuífero jardín, un chimichurri con ajo y perejil, un siete de julio, un San Fermin. Miente hasta un arcángel y un ángel querubín, mienten en una poesía sin fin, los poemas, los relatos, la literatura adulta e infantil. Miente el presente y el futuro es el fin, solamente el pasado la verdad sabe decir. Se miente por el porvenir, se miente porque un día sin fin sería un relámpago que resplandece y en segundos se escucha rugir. Mentir, mentir y mentir, en el cine, en la televisión, para sobrevivir. Dime si hay verdad en la vida y dime si es aconsejable la verdad admitir, pues te darán garrotín en la espalda, en tus carnecitas blandas y te dejarán una cicatriz que aborrecerá el adolescente, el adulto, el hombre senil. Mentir por mentir es decir irse en barco de Barcelona a Madrid, mentir es para sobrevivir, a este caos de verdad desnuda, de verdad sin su raíz. Mentir para ganar dinero, para negociar un beso sincero, para resurgir del nepotismo pueril. Mentir hay que mentir. Para evitar lo cáustico, lo caucásico, lo hostil, se debe decir la verdad y la verdad a veces es un acto para contradecir, tener memoria para mentir, como un actor secundario o una primera actriz. Mentir por mentir, callar para sobrevivir, tu madre te aconseja que siempre digas la verdad, que no se debe mentir, pero mentir también lo hace tu madre, entre lo económico, lo cómico y lo que se sugiere en esta vida infeliz. Decir que se es feliz también es mentir, no existe nadie feliz, no fueron felices ni comieron perdices, conversar con bestiario como lo hacía San Francisco de Asís, jamás lo hiciera San Agustín, ni el demoniaco Rasputín, mentir, no se debe mentir. Pero dime que me quieres, para que sea sólo un rato feliz, miénteme, quiero vivir. Quiero a la mentira sucumbir, derrotado, maniatado, demacrado, morir por fin, quisiera mentir para no herir, para ser buen amante, para ser insensato malandrín. No, no hablo chino mandarín, quiero un sinfín de virtudes en un serpentín, mentir en marzo, mucho más en abril, mentir es entregar un pedazo de golosina y regaliz, mentir por mentir, contradecir lo que suma unos diez mil. Mentir para que no hacer caso al ocaso y que seamos infelices hasta morir.

Los hay quienes tienen pelos en el corazón. Individuos que niegan la alegría de los hombres. Mientras convierten en desdicha la falsa ubicación y la frecuente pose. Existe gente que camina con pelos en el corazón. Alejados del cariño y la grandeza del amor en una suerte de infame frialdad de inviernos disecados. El cariño, solamente es cariño, resulta necesario para combatir el frío y el miedo. Si tengo que caminar solo lo haré encantado, sólo tengo que suspirar y avanzar el paso. No soy andariego, pero conozco los caminos que van a la guerra inútil de la plastelina. Pelos en el corazón tienen aquellos que me dejan en los portales como un mueble viejo, esperando quizá que se lo lleve alguien. Pelos en el corazón es área construida con desnuda pared en los latidos sin sangre. En los reproches es necesario devolver y decir más de dos verdades para que la gente sepa lo que esconden esos pelos en el corazón. Pelos en el corazón es un niño maltratado, una adolescente que echan a la calle. La gente cría callos en las entrañas. Callos duros en el corazón como si la dureza de un callo no fuera ninguna molestia importante. Pero los pelos en el corazón son negrura de prepotente ninguneo. Un insulto, solamente un idiota cree que lo es cuando se dice un verdad auténtica. Ya que si ofendidos se sienten con la verdad insultados. ¿A quien insultar yo con decir tres verdades si miento en una? La indiferencia es la cobardía de los que no se atreven a decir dos verdades a la cara. La frialdad acude a los cementerios los primeros de noviembre, y no nos queda otra que llorar, porque los escarnios en vida dejan el oprobio podrido entre triste melancolía.

Hay una canción de Neil Young titulada Old Man, que es una verdadera maravilla. No comprendo porqué Young no quiso que reprodujeran su música en Spotify. Pero sí, lo hizo. Pero yo que soy un hombre de recursos he conseguido el tema completo, aunque no diré cómo. Me gustó el tema debido a la película Wonder Boys y perdonen mi obsesión con esta película pero se ha convertido en una de mis favoritas. Yo me siento viejo y no tengo una edad de persona anciana pero he vivido muy deprisa y he notado el aliento del diablo muchas veces en mi vida. Me levanto entumecido y cansado, pero eso lo atribuyo a la fuerte medicación. No tengo que demostrar nada. Lo más seguro es que no tenga descendencia, pero no me preocupa demasiado. Es una responsabilidad nada aconsejable para personas como yo. Tener hijos no lo es todo. A veces los hijos son un castigo hacia los padres, y otras veces son los padres el castigo. No creo en el matrimonio. A veces en lugar de ser un acto amoroso también es una transacción de intereses creados, también la convivencia es difícil para ambos cónyuges. En el amor alguien debe ceder, y tratar de darle a la mujer su lugar en total igualdad y recíprocamente en el matrimonio del que discrepo. Soy una persona cansada y no he trabajado demasiado, quizá apenas nada, pero mi mundo interior es un mundo controversial, difícil. No le temo a la soledad, le temo a la gente que desprecia a mi persona sin conocerme. No soy un ejemplo para nadie, pero tampoco soy una persona que carezca de ignorancia. Me gusta la gente sin rencores, me gusta la gente sencilla. Pero lo que más me gusta es volver a un estado equilibrado.
Posted on 0:37
El otro día vi una película dirigida por el fallecido recientemente Carlos Saura; la película era el séptimo día que trata sobre la masacre de Puertohurraco en Extremadura. Realmente pone los vellos de punta. Me hizo reflexionar sobre el comportamiento del ser humano, y me asusté al ver la extrema violencia que puede llegar a haber entre dos familias enemigas. Es verdaderamente la España Negra por antonomasia.
Pensé si esto es un ser humano, ¿qué más le queda por hacer de manera tan cruel y despiadada? Esa masacre condenó al pueblo y a los seres queridos de las víctimas en gente infeliz, sola y destrozada para toda la vida. Incluso en los ejecutores de la masacre, de las hermanas que envenenaron la sangre de los asesinos. El odio entre familias no es casualidad, es causalidad. La venganza, y el odio no es más que el hombre deshumanizado. Desposeído de cualquier sentimiento y la mala convivencia es totalmente algo tan trágico como el terror perpetrado en Atocha, u otras víctimas del terrorismo de cualquier tipo.
En el ensayo de Julio Caro Baroja La Cara, el Espejo del Alma se muestran ilustraciones acerca de asesinos y gente sin ningún escrúpulo para delinquir; tienen ciertos rasgos que los clasifica y los hace evidentemente sospechosos con rostro o efigie, si se prefiere. Cada ser humano tiene una fisonomía y distintos rasgos que lo definen. Por ejemplo, las caras de los criminales de Puertohurraco son gente cerrada con muy pocas luces y eso se vislumbra en el ensayo y en las caras de los autores de tamaña tragedia, mejor que tragedia sería decir crimen y asesinatos en masa. Estos auténticos descerebrados se definen por unos rasgos de gente cerril y ceporra. Sin duda las caras de los personajes de la película dulcifican un poco la imagen de estos sujetos perpetradores de los asesinatos que más conmocionaron a la sociedad española.

Los asesinos no tuvieron compasión alguna con las víctimas disparando a diestro y siniestro a toda la gente que encontraban a su paso. Para ellos los culpables de su desgracia eran todo el pueblo, y todo el pueblo padeció el crimen de estos energúmenos alimentados por el odio de sus hermanas. No pretendo hacer spoiler pero es evidente, ya que ese hecho es parte de la memoria colectiva de la España más siniestra. La foto final representa soledad y amargura.
Posted on 3:02

Acompañadme al patíbulo, al cadalso de muerte para el sacrificio eterno. Pues mientras dure la luz todo estará en su sitio. Creo creer que estoy vivo porque me tienes en tu mirada y te doy lástima, lo siento, sí, a ratos soy ridículo, pero cuando cojo confianza soy un bonito animal de compañía. Hoy, y esto no viene a cuento, me arranqué una muela con los dedos. Me acordé de Marlene Dietrich ya que a ella le arrancaron varias muelas para perfilarle la cara. Era bella pero no más bella que Marilyn Monroe o Ava Gadner. Pero si hablamos de mujeres especiales hablemos pues de Audrey Hepburn. Audrey tenía una figura como de cisne maravilloso pero tan atractivo como un jaguar corpulento, o un colibrí azul y verde. Al caerse mi muela me ha encantado el sabor de la sangre. Era mía, ¿qué importancia tiene? Pero me ha estado toda la semana dando la tabarra la maldita muela. Todo por no ir al sacamuelas. Me cuesta 50€ por muela sacada. Porque el dentista del seguro no me da mucha confianza. Llevaba ya tiempo con el dolor de muelas. Ahora que me la he arrancado siento un descanso agradable. Como cuando dejas de sufrir en una agonía, ya sea de enfermedad o existencial. La paz que tengo ahora es propia de un hombre con sufrimiento pero dopado de morfina. Yo creo creer que la fuerza de vivir también se define por la actitud para afrontar los temas de sufrimiento y agobio. Los nervios se desatan y el descontrol te dará torpeza y una inseguridad más que evidente. Si no tienes temple o atrevimiento para sacarte una muela ves a un dentista, pero un dentista va a ganar dinero y te cobrará meciéndose obsequiado con el hecho de cobrarte 100 € por las dos muelas que me sacó en su momento. Hoy he cenado unos sándwiches de atún con mayonesa excelentes. A sabiendas que los sándwiches, son blandos debido al pan de molde y son fáciles de tragar, lo he pasado muy mal. He sufrido estos días un dolor interminable, y a la hora de comer imagínense. Pero yo me la he sacado con mis propias manos o sea, mis dedos. Y he quedado bien satisfecho. Cojonudo estoy ahora. Ya es la tercera muela perdida desde hace muchos años, pero estoy extrañando la muela ya que era del carrillo derecho y no soy zurdo. Así que ese es el problema verdadero.
Posted on 1:18
Esos flamencos de todos los tiempos que han cantado con el corazón impregnado de doliente pena que lamentan solitaria y seca. Un cantaor no es sólo lo que canta, es lo que transmite. Un cantaor puede cantar en momentos donde no debiera cantar por el dolor tan inmenso de su realidad. Pero aún así canta. Canta por necesidad y por consolarse. He visto cantaores llorando de sentimiento, y he visto a cantaores cantar con tanta alegría una bulería que daba gusto verlo.
Un cantaor gitano viejo gusta de cantar por soleá. La soleá es un palo flamenco serio y con una solemnidad que nada más el gitano viejo tiene el duende de su parte. Un cantaor de soleá es un cantaor de prestigio. El fandango contiene las raíces del pueblo andaluz, tanto por payos y gitanos. El verdadero Fandango es el de Alosno de la Rivera. La Alegría es la perla de la bahía gaditana. La bulería es propia de Jerez y de Sevilla. El tango es de toda Andalucía. La zambra, el zorongo, y la granaína es de la ciudad de la sultana La Alhambra.
Sin embargo el martinete en las fraguas, las mineras en las minas de Murcia y Río Tinto. Como la Debla, la Toná y el polo, es parte de toda la Andalucía más flamenca. En Málaga su malagueña. Y en Almería los cantes llamados Tarantas. También en los olivares de Jaén. En córdoba tienen los tientos, y en Huelva todo tipo de fandango. Podemos irnos a Extremadura y también a Murcia. Que son también flamencas.
Silverio Franconetti compuso las seguidillas por antonomasia. También cabe destacar las coplas marineras de toda la costa Andaluza que son un verdadero deleite. Las sevillanas en la capital sevillana. La feria engalanada maravilla.
Esto, amigos míos, es la cultura flamenca. Saetera en Semana Santa, una Andalucía auténtica.
Posted on 0:18

Cualquier día menos pensado me dejará la poesía y tendré que dedicarme a la filantropía de la narrativa comercial, porque nadie quiere saber de lejanos soles que se arrepienten de ser luz que crea sombras. Un día de estos dejo la poesía como el cabrón que abandona a un perro, o lo patea por capricho. Cuando la poesía me abandona intento dirigirme a las musas pero no me oyen o yo no puedo sentirlas, no sé muy bien cómo es esta historia. Ahora me voy a dedicar al oficio de chatarrero, seré feliz reciclando metales por doquier. O ser, tal vez, un enfermo en este mundo enfermo donde es tan maravilloso vivir, con tanta paz por todas partes y con la armonía de los hombres que se abrazan con amor fraternal. Asesinar a la poesía es imposible. Quizá tenga que intentar engatusarla con guiños y sacándole la lengua lascivamente. O quizá tenga que escribir mi nombre un millón de veces en las redes sociales, para llegar hacia unos versos concretos y certeros. Como primaveras que persiguen al verano. No estoy demasiado lejos de la poesía, porque ¿para qué sirve la poesía que se escribe sin fuego en la pasión de un verso? o ¿con la palabra certera que nombra un viaje astral alrededor del mundo azul? Cuando la poesía me abandona las cosas me parecen mentira, los desafíos me los tomo a broma, y los improperios me hacen estornudar. Soy como una cama elástica, saltas y saltas pero si saltas demasiado te sales dàndote un porrazo que no sabrás ni dónde estás, como el que se despierta en cama ajena. Un día dejaré a la poesía y seré novelista. Seré un novelista de novela histórica. Hablaré del futuro, como Julio Verne, intentaré ser profeta y novelista. Todo eso pienso hacer cuando abandone a la poesía. O quizá ella me abandone a mí, como los amigos en la adolescencia tardía, o seré un malicioso y pertrecho poeta de verso blanco. De esos que maldicen al amor y sus semillas, de esos que escriben a mano, y cuentan versos con los dedos. Seré un inútil alimentando a poemas como lobos babeantes de hambre. Seré un poeta tan hermético que nadie entenderá porque me abandoné a las palabras desnudas en pleno invierno. Seré un poeta comprometido con causas perdidas, tan perdidas que no hay rredios que las encuentre.