Un bicho raro
Posted on 23:16
Los bichos raros no dominarán la tierra, aunque sí el mañana. Mi padre me solía decir: —Eres el bicho que le picó al tren. Un bicho raro es apetecible pero siempre caminará a solas por la cuerda como funambulista. Me encantan las rarezas, las cosas raras de por sí, me llevo bien con los outsiders, con los losers, y con los weirds de todo el mundo. Una molécula en el epicentro de la zona cero de los cataclismos, una polilla necesaria y horriblemente rara. Los bichos raros son los camaleones, los pulpos y los calamares gigantes. Un bicho raro hoy en día es un hombre que le gusta leer poemas de poetas fracasados, de aquellos que lo perdieron todo en la casa de apuestas. Un acabado es un bicho raro porque este mundo hipócrita y cruel lo tiene señalado con la marca en la frente del signo de Caín. Un bicho raro es aquel que subterráneamente se ubica en los metros y las estaciones con techumbre, huyendo de la lluvia, de las tormentas, de los apócrifos escritos que aparecen para heredar la economía después de la muerte de algunos padres escritores, también algunas madres. Tener un libro de artista hoy puede que no valga nada, pero mañana o nunca será un perfecto juego donde página a página, con guante blanco y sensibilidad aguda, se convierta en magia, como la magia de la radio, o la especial amiga que es la música, la buena música. Hoy en día a los bichos raros no les falta un tornillo. Viven cerca de ferreterías, de psiquiátricos con vistas donde el skyline gime entre horizonte y brisa. Un bicho raro no tiene casi nunca dinero, es un desastre como persona, pero se las sabe todas porque las ha visto de todos los colores.