La huida
Posted on 9:16
La mayor de las prisiones es huir de uno mismo. Te somete, te atomiza, te hace esclavo, no puedes huir de ti mismo. Tienes que aprender a controlar tus pensamientos, ya que tus pensamientos eres tú, y si eso no lo controlas caerás al abismo de la locura y te limitarás tú solo. Se puede ser tú mismo con un poco de ritmo de balada en tu pensamiento. Acelerarse te hace hablar más de la cuenta y no controlas lo que dices en algunos casos. Yo tengo problemas de memoria, pero no es Alzheimer prematuro, es un efecto secundario. Pero noto que cuando más nervioso estoy más me falla la memoria. Si estoy tranquilo y descansado tengo una gran oralidad o un diálogo ameno. Suelo hablar con lentitud. La parsimoniosa manera mía de hablar me ha hecho muchas veces no decir alguna tontería. Aunque a veces diga alguna, pero pienso bien lo que digo. Lo estúpido es limitarte cuando huyes de ti mismo. No se puede huir de tu alma, es como tu sombra, es como tu verdadero yo, huir de ti mismo te lleva a un estado de estupidez absoluta. Hay que tener temple, tomar las cosas con calma y la vida no tomarla demasiado a pecho. Aunque una cosa parecida sea como el hecho de huir de los demás. Hay que tener la decisión de irte o de quedarte. Cuando huyes de ti mismo tu cárcel eres tú y cuando huyes de los demás tu cárcel también eres tú. Es mejor lidiar con lo que se imagina de buen grado pues es una paz positiva. Lo malo es cuando pones tropiezos a tu propio pensamiento. Tienes que liberarte de muchas cosas. Pero de la más importante es la de entender que tú eres el control que influye en tus reacciones, muchas veces contradictorias y distópicas.